Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Recuerdos de la Navidad en Canarias.

Martes, 19 de Diciembre de 2006
Pedro Grimón
Publicado en el número 136

En Canarias aún podemos disfrutar de una variable enriquecedora de acciones tradicionales para revivir una Navidad que cada vez se nos hace más ficticia y comercial. No cabe duda de que es el hecho temporal del ciclo del año el que nos sitúa en este período donde confluyeron los ritos paganos y posteriormente la cristianización. La única pretensión es acercar a los que aún desconocen las costumbres que marcaron un tipo de fiesta especial cargada de una suma de manifestaciones que han ido engrandeciendo a través de la vida la Navidad Canaria.


 

Partimos de la connotación cristiana que tiene la Navidad, lo que justifica la particularidad de centrar la fiesta en torno al Nacimiento de Jesús y la Epifanía, realidad que nos conduce a la elaboración del Nacimiento en cualquier rincón de la casa, protagonizándolo la familia, sin olvidar la esperada fiesta de los Reyes Magos, cuyos protagonistas son los niños y las niñas que se debaten entre el deseo y la ilusión que es compartida por la propia familia.


 

Ranchos de Ánimas.

Por costumbre salen el día 8 de diciembre, en la Inmaculada, y terminan su participación en el ciclo del año el día 2 de febrero, en Candelaria.

La mayoría de los hombres que componen el Rancho de Ánimas eran agricultores y ganaderos, cercanos al mundo rural, que tenían y tienen la creencia, la fe y el honorable respeto a las ánimas. Mantienen viva una tradición musical, con elementos mágicos religiosos, de un valor ancestral incalculable. Su objetivo es dar culto a las ánimas. Don Antonio Sánchez Hernández nos hablaba de los sacrificios para las salidas: Salíamos a pedir por todas las puertas la limosna para el rezo, canto y plegaria por las ánimas.

Los instrumentos que utilizan son guitarras, panderos, espadas, triángulos, timple... Uno de los panderos tienen un palo atravesado del que cuelgan sonajas de metal y esquilas.

Hoy día siguen con nosotros el de Teror, el de Valsequillo y el de La Aldea.



 

Ranchos de Pascuas.

Pertenece a un cano familiar del género de los Ranchos de Ánimas. Improvisan los villancicos para cada representación como el Rancho de Tiscamanita en Fuerteventura.

El de San Bartolomé de Lanzarote que se conserva a través del traspaso de interpretación de coplas mediante distintas generaciones a lo largo del tiempo, como lo viene haciendo la familia de los Corujo.

Y quizás el más conocido es el Rancho de Pascua de Teguise, único rancho que conserva el cuerpo de danzarines en el interior del templo. Según Don Sebastián Jiménez Sánchez, su tonalidad predominante es cadenciosa y acompasada, descriptiva de los misterios del Nacimiento. Sones de instrumentos de cuerda, espadas, sonajas, triángulos, castañuelas, requinto, timple y panderos. Es música pastoril y religiosa muy primitiva.

Cuatro partes configuran los tiempos de interpretación:

1. Corrido: es un pie de romance, que dice:
Cantemos con alegría
Ya nació el dulce Mesías.



Se suele entonar cuando el Rancho irrumpe en el templo.


2. Salto: se interpreta ante el Niño Dios; los bailarines se cuidan de no darle la espalda mientras danzan.


3. Desechas: para estos cantos se utilizan estribillos:

Se celebra hoy
en el mundo entero
la Navidad
del Rey de los Cielos.



4. La Pascua: última parte, se emplea el pie de romance:

¡Oh, rey de la creación,
grandes tus misterios son!



Años Nuevos.

En la noche de fin de año y año nuevo se cantan las coplas, con chácaras, tambor y romance. Todo comenzaba por degustar una gran comida propia del momento con la familia; terminada ésta, se recogía y preparaba al mismo tiempo la propia mesa para brindar al rancho que visitaba todos los hogares interpretando coplas alusivas a la unidad entre la vecindad y el deseo de prosperidad. Se cantaba cualquier pie de romance y sólo se respetaban las casas que estaban de luto o tenían algún enfermo. Este género de tambor se iba marcando por todo el recorrido, acompañado sólo por hombres y que finalizaba cuando habían visitado todos los rincones de Chipude y Arure.

Ábranos la puerta
Señora por Dios,
que venimos cuatro
y entraremos dos.



 

Auto de Reyes Magos.

Se establece como una de las manifestaciones navideñas de mayor significación histórica.

Son varios los pueblos y comarcas de Canarias en los que se representaba, destacando en la actualidad las de Agüimes, Gáldar, Betancuria, Tejina, Tegueste, Garafía, etc., la mayoría basadas en textos de Gaspar Fernández o adaptaciones de la orden de los jesuitas, y de Orlando Hernández la que se representa por las calles de Agüimes bajo la dirección de la Asociación La Salle.


EL CORRER DE LA ESTRELLA.

Uno de los momentos más esperados en cualquier representación del Auto de Reyes, es cuando escénicamente se mueve la estrella, indicando el lugar donde está el pesebre.



 

Lo Divino.

Desde que comienza diciembre, las islas se poblaban de grupos de personas que iban rondando a sus convecinos al son de alegres cantos navideños. Estas agrupaciones reciben el nombre de Divinos.

Pero Lo Divino, es también el nombre de nuestro villancico más tradicional. La melodía original, así como las coplas que se utilizaban, fueron rescatadas por Don Fermín Cedrés, organista de la catedral lagunera, el poeta Gil Roldán, el coplero Crosita y el cantante de ópera Néstor de la Torre; entre ellos resolvieron componer una versión de Lo Divino.

Anuncia nuestro cantar
Que ha nacido el redentor,
La tierra, el cielo y el mar
Palpitan llenos de amor.
(Gil Roldán)



 

Ranchos Navideños.

Hasta hace poco tiempo, la celebración de la Navidad en zonas de Gran Canaria revestía solemnidad. Tras las reiteradas prohibiciones de realizar actos populares en los templos, iban cantando villancicos desde el 13 de diciembre:

El Niño chiquito que está en una era
pidiendo limosna p’a una camisuela.
El Niño chiquito que está en el barranco
pidiendo limosna para unos zapatos.



La Misa del Gallo solía ir acompañada de conmemoraciones populares de la Navidad. Representaban en la iglesia comedias sobre motivos evangélicos relacionados con la venida del Mesías.



 

Los Nacimientos.

Don José Miguel Alzola, en su libro La Navidad en Gran Canaria, nos
relata con todo detalle su significación basada en las viejas costumbres de estas fechas. Al acercarse la Navidad se hacían en la mayoría de las casas canarias los nacimientos, donde primaban la indumentaria de la gente, la arquitectura, las escenas domésticas y agrícolas, reproduciendo el quehacer cotidiano, el vivir inmediato, sin pararse a pensar que el suceso había ocurrido en otra época, en otras tierras.

La siembra, el 13 de diciembre festividad de Santa Lucía que canta Pascua en once días, se comenzaban a preparar los nacimientos. Primero se sembraban trigo y lentejas por separado en pequeños recipientes; colocadas en el portal a los once días ya habían estallado las semillas y se percibían las verdes hebras creciendo. Ésta es una costumbre traída de Madeira. Luego se construía la base sobre la que se coloca el nacimiento, se elaboraban casas, cuevas, barrancos, las montañas y riscos, los cuales se hacían de corcho o piedras de picón. Las figuras solían ser modeladas de barro y policromadas ingenuamente, hasta que empezaron a venir de la península.



 

Baile de la Cunita.

Se bailaba el día de Navidad en la plaza de Guía. Se situaba una cuna con un niño dentro en el centro, y cuatro parejas de danzantes bailaban al ritmo de seguidillas girando en torno a la cunita, formando dos rombos, los hombres en una dirección y las mujeres en la contraria.

Este niño chiquito
no tiene cuna.
Su padre es carpintero
que le haga una.



 

Bailes del Niño.

Son bailes marcados por el ritmo del tajaraste en el que se va bailando por jóvenes dentro de la iglesia de espaldas al Niño Jesús, acompañados de tambor, acordeón de botones, flauta y castañuelas. Se visten con pantalón negro, blusa blanca, fajín rojo y alpargatas blancas. Estas reminiscencias se conservan en La Matanza y en Ravelo el Sauzal.

Además se conservan las Misas de Luz y el baile del Niño en Taganana.



 

La Tanda.

Tejina es un rincón lagunero donde se expresa considerablemente la participación e interpretación de los cantos a lo divino. Un numeroso grupo de personas entonan villancicos por las calles y dentro del templo en Nochebuena y Epifanía.



 

Mazapanes y Truchas.

La buena mesa brindará las fiestas navideñas con la repostería de costumbre según islas: conserva de guayaba y membrillo, arroz con leche, quesadillas herreñas, bizcochos lustrados, rapaduras palmeras, bienmesabes, turrones de melaza, gofio y almendras.

Pero destacan el mazapán de almendra y las truchas de batata o de cabello de ángel.


QUE TENGAN UN FELIZ NACIMIENTO Y SOLIDARIOS REYES MAGOS.



 

Bibliografia.

Alonso Quintero, Elfidio.- Antología del Folklore de las Islas
Alzola, José Miguel.- La Navidad en Gran Canaria.
Torres Santos, Julio.- Tradiciones Navideñas en La Laguna y su Comarca.
Galván Tudela, Alberto.- Las Fiestas Populares Canarias.
Cabrera Hernández, Benito.- El Folklore de Lanzarote.
VVAA de artículos en prensa y revistas.

 

 

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Comentarios
Jueves, 24 de Diciembre de 2015 a las 17:49 pm - victorio díaz marrero

#01 Mi enhorabuena al autor por tan magnífica síntesis sobre la Navidad en nuestras Islas. Al mismo tiempo felicito, un año más, al gran equipo de Bienmesabe por la extraordinaria labor cultural que llevan a cabo. Y, como manda la tradición: FELICES PASCUAS Y PRÓSPERO AÑO NUEVO. Un saludo entrañable desde el Menceyato de Tegueste.