Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Con los pies en la tierra.

Sábado, 29 de Marzo de 2008
Vanesa Díaz
Publicado en el número 202

Últimamente se habla mucho sobre la necesidad de alcanzar una soberanía alimentaria en Canarias. Según las Naciones Unidas, para que un territorio tenga unas coordenadas mínimas de soberanía alimentaria debe producir, al menos, el 50% de lo que consume. En Canarias no producimos más del 14% de lo que consumimos. Curiosamente de las 150.000 hectáreas cultivadas hace 40 años, ahora cultivamos menos de 40.000.


Por otra parte, la producción mundial de petróleo ha tocado su techo (fenómeno conocido como cenit del petróleo), mientras que las exigencias de consumo de éste siguen subiendo. La producción petrolera no se puede aumentar debido a limitaciones mecánicas que existen a la hora de llegar a la profundidad terrestre donde se encuentra. Por otra parte, la investigación orientada hacia la mejora de los métodos de extracción no sería rentable y tardaría décadas.

Mientras, la escasez del petróleo se intenta subsanar sustituyendo su consumo (en el ámbito del transporte) por el de los biocombustibles. Esta maniobra resta alimentación a una población mundial que crece a una velocidad de 70 millones de personas al año. Es decir: el cenit del petróleo traerá más hambrunas.

Canarias depende en un 97% del petróleo según el Director del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER). Un recurso que se agotará totalmente dentro de 40 ó 60 años.

En Canarias dependemos del transporte para importar el 86% de los alimentos que consumimos. El precio que se paga por ese transporte y el encarecimiento de la comida por culpa de los biocombustibles está provocando que las familias canarias no lleguen a final de mes. De hecho, muchas familias están buscando huertas donde plantar las verduras de casa.

El aumento de los precios de los alimentos se mantendrá fuerte en los próximos meses. Para los máximos dirigentes de la industria agroalimentaria, los consumidores deberán acostumbrarse a que "comer ya no será barato". El presidente de Alimentaria, Josep Lluís Bonet, manifestó que el encarecimiento de los alimentos "no es un debate, es una realidad".

Tenemos un ejemplo a seguir:

(...) En los años 90, Cuba perdió más del 50 por ciento de sus importaciones de petróleo, gran parte de sus alimentos y el 85 por ciento de su economía de comercio (...).

(...) Ocurrían colapsos frecuentes en la planta de energía que funcionaba con petróleo, hasta 16 horas al día. La ingesta calórica de los cubanos cayó un tercio. El transporte paró, se agudizó el hambre y el habitante cubano promedio perdió 30 libras (...).

(...) En las ciudades, los autobuses dejaron de funcionar, los generadores pararon de producir electricidad, las fábricas se volvieron silenciosas como cementerios. Encontrar la forma de obtener el pan para cada día se volvió la prioridad para muchos, si no es que la mayoría de los cubanos (...).

(...) La gente tuvo que comenzar a cultivar verduras donde podía (...).

(...) Cuba tiene mucho que mostrar al mundo en cómo sobrellevar la adversidad energética (...).

(...) Los cubanos también están reemplazando su maquinaria por bueyes y su agricultura urbana reduce las distancias para el transporte de alimentos. Alrededor del 50 por ciento de las verduras en La Habana vienen de la ciudad, mientras que en otros pueblos y ciudades cubanas los jardines urbanos producen del 80 al 100 por ciento de lo que necesitan. Al adoptar la jardinería, individuos y organizaciones vecinales tomaron la iniciativa identificando terrenos baldíos en la ciudad, limpiándolos y plantando (...).

(Extractos sacados de: QUINN, Megan. Cómo Cuba sobrevivió al peak oil. Revista Permaculture Activist. Año 2006).


Estamos en un tiempo en el que no podemos seguir mirando al campo canario solamente con el romanticismo derivado del amor a las tradiciones, el patrimonio cultural o la defensa del medio ambiente, sino también como nuestra única alternativa.

Retornar a las zonas rurales será la única alternativa para la población canaria dentro de muy poco. Donde único encontraremos comida para nosotros y nuestros hijos será en la tierra. Hacerlo desde ahora para integrarse y aprender progresivamente a sacar frutos de ella, o hacerlo a última hora, cuando no tengamos acceso a la comida del supermercado, es decisión de cada uno. Hay que tener en cuenta el alto porcentaje de población que vive en las zonas urbanas y no saben absolutamente nada de agricultura o ganadería.

Los políticos hacen publicidad de ayudas al sector agrario y ganadero, fábricas de nuestra comida, pero mientras, por ejemplo, el 90% de las explotaciones ganaderas se encuentran fuera de ordenación.

Las personas que apuesten desde ahora por sacar la comida del campo se encontrarán con las puertas cerradas. No existe un acceso a cuadras o terrenos en arrendamiento o alquiler (ya que optar por la compra es imposible).

La población envejecida de las zonas rurales debería poder optar por arrendar sus tierras a personas o grupos de personas más jóvenes a cambio de una parte de la producción y siendo receptoras de las Medidas Agroambientales, beneficiando la economía de las dos partes de un contrato arbitrado por una institución seria.

Las explotaciones agrícolas sufren la subida de los precios de fertilizantes mientras escasea el estiércol. ¿Por qué no se ayuda a construir, en las fincas, cuadras para que otras personas inicien su actividad ganadera a cambio del estiércol?

Debería existir una preocupación real por parte de las instituciones que fomentara el arrendamiento de instalaciones agroganaderas o terrenos para la producción.

También sería provechoso trabajar en la creación de una bolsa de terrenos, o cuadras en abandono, con la finalidad de fomentar un arrendamiento, teniendo en cuenta las relaciones entre los intereses de los agricultores y los ganaderos.

Una nueva configuración en el mundo rural restauraría el entorno, la cultura popular y garantizaría nuestro sustento. La transmisión de conocimientos entre el arrendador y el arrendatario ayudarían a la viabilidad de las explotaciones, y el conocimiento del medio de los lugareños ayudaría sin duda al aprovechamiento de los recursos disponibles en la zona, manteniéndose nuestra idiosincrasia.

Si podemos alimentarnos mejor y más barato compartiendo las labores, los conocimientos y los beneficios del campesino...; si un campesino recibe el precio justo, el respeto por su trabajo y su entorno...; si nuestros hijos empiezan a ver el campo como la despensa de la casa...; si alzáramos nuestra voz y se dejase de sembrar cemento en nuestras islas: estaríamos empezando a hablar de soberanía alimentaria.



Vanesa Díaz. Coautora del blog http://crisis-ganadera.blogspot.com y miembro de Asociación Ossinissa.


Amplíe su información:

Cenit del petróleo.


El petróleo se agotará totalmente dentro de 40 años:


Canarias importa el 99,7% del cereal que consume:


El Cénit del petróleo traerá más hambrunas:


El encarecimiento de los alimentos seguirá fuerte:


Gráfica de la producción y consumo mundial de cereales:


Medidas agroambientales:


Cómo Cuba sobrevivió a la crisis del petróleo:


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Comentarios
Sábado, 05 de Abril de 2008 a las 02:37 am - Amazigh

#03 Esta es la mentalidad canaria avanzada necesaria para construir un futuro para Canarias.

Martes, 01 de Abril de 2008 a las 19:55 pm - mi amigo \"el cabrero\" y \"yo\" que lo he visto

#02 ...lo de la ganaderia es una verdadera pena,cada vez desaparece mas,y no porque la juventud no quiera dedicarse a esto.Tengo un conocido,un vecino que tiene su manada de cabras,unas ochenta,el hombre esta arreglado con el ganado,vamos que tiene el registro sanitario,al principio hace como unos 5 años,le iban de tres en tres meses a analizar el queso,hace como dos años le venian de mes en mes,ahora le vienen de 15 en 15 dias......vamos que ya dentro de poco le vendra de día en día.En hombre esta un poco harto del tema,pero no solo eso,...de año en año le vienen a analizar las cabras(muestras de sangre y ponerle sarcillo),cuando las van a enzarcillar(que yo lo he visto)el animal sufre lo suyo,claro esto es lo de menos,a los dos dias le \"cria\" en la oreja y se le empieza a podrir....no pasa nada que se \"joda\" el cabrero,pero aqui no termina la historia,hace unos dos años a mi buen amigo el \"cabrero\"le vinieron a ensarcillar las cabras dos veces,gente distinta,y me comentaba el hombre,el sarcillo viejo ya no servia,claro que no se lo quitaban para aprovechar el agujero para el nuevo,era mas sana abrir otro agujero nuevo,y de paso que las orejas de las cabras quedaran como el pecho de un coronel,lleno de medallas....y por ultimo me ha comentado que ya el sarcillo no sirve,este año se aprobo el \"bolo\"(especie de pila que se coloca en el estomago de la cabra,para identificarla,a modo de chip),que puede llegar a producir fiebre en el animal ademas de la muerte...pero ya mi amigo el cabrero harto de tanto acoso,a tomado una decision,quitar el ganado.y me decia la ultima vez que lo vi \"seguiran haciendo lo que ha ellos le da la gana,ya uno no manda en nada......lo que ellos deben de controlar es que mi queso este en condiciones para venderse,que carajo tienen ellos que meterse con mis cabras\"...una pena de verdad,pero que se le va a ser,maestro Juan,es lo que hay.....

Lunes, 31 de Marzo de 2008 a las 21:34 pm - Erasmo González Martín, Las Mercedes

#01 Felicidades Vanesa por la reflexión que haces de la agricultura y ganadería en canarias, que a mí como canario que soy también es un tema que me preocupa. Es muy cierto lo que dices en cuanto a que la población joven no se adapta de un día para otro a la vida del campo. Creo que tendríamos que fijarnos en los países muy avanzados en agricultura y ganadería como es el caso de Israel, ya que en canarias disponemos de un clima idóneo para estas cuestiones. Creo que habría que comenzar por un mejor aprovechamiento de las aguas pluviales, porque con lo accidentadas que son las islas occidentales favorece la construcción de pequeños embalses y la de utilizar estos para el riego. Creo que si la Universidad y los políticos se volcaran más en este tema podríamos en un futuro ser autosuficientes en estas cuestiones. Hemos basado nuestra economía en el turismo y eso está muy bien, porque también el clima nos favorece, pero es un tanto delicado por si este un día por cualquier circunstancia ajena a nuestra voluntad nos llegara a fallar .