Revista nº 1041
ISSN 1885-6039

Las cosas de Dios no se tocan.

Sábado, 31 de Diciembre de 2005
Valentín Barroso Cruz. Arqueólogo. Director de Arqueocanaria, empresa dedicada a la arqueología, restauración y museografía.
Publicado en el número 85

Entender el nacimiento del Roque Partido o Dedo de Dios es introducirnos en una apasionante historia de lucha o dialéctica entre construcción y destrucción, entre creación y desmantelamiento. Cuando se habla de reconstruir el trozo caído, se está tratando de corregir a la naturaleza, la misma naturaleza que fue capaz de modelar el Dedo de Dios. Además, con esta pretensión se demuestra un desconocimiento profundo de la geología y topografía del roque en cuestión.



Entender el nacimiento del Roque Partido o Dedo de Dios es introducirnos en una apasionante historia de lucha o dialéctica entre construcción y destrucción, entre creación y desmantelamiento.

Desde que hace unos 14 millones de años comenzó a existir la isla de Gran Canaria, se inició la erosión de la misma, con el viento y el agua como principales agentes. La huella de este proceso queda reflejada en los barrancos del interior de la isla, mientras que en la costa el resultado se manifiesta en las playas y en los acantilados.

Un acantilado se genera por el constante golpear de las olas en la base de las paredes de roca, produciendo el desplome de las mismas. Tras millones de años de erosión, las costas van ganando altura y verticalidad, por lo que los desprendimientos empiezan a ser cada vez más frecuentes.

Ejemplos majestuosos y espectaculares de acantilados los podemos observar en el Puerto de Las Nieves, en los que se aprecia perfectamente cómo se creó la isla de Gran Canaria mediante la superposición de coladas volcánicas y materiales sedimentarios productos de la erosión.

Este constante derribo de las paredes rocosas de los acantilados no es uniforme, variando notablemente por la constitución química de la roca, por la variedad de los estratos geológicos, por la exposición a la erosión y por muchos otros factores. Ello da como resultado una costa recortada, tanto en horizontal como en vertical, donde es normal que aparezcan puntas, puntones, cuevas, roques, etc.

El Roque Partido o Dedo de Dios es un ejemplo de la erosión diferencial. A ambos lados del roque, el agua y el viento, combinados con el paso del tiempo, han desmantelado y retranqueado el acantilado, quedando el Dedo de Dios separado del risco. Pero ¿por qué no desapareció este conocido roque? Seguramente por la existencia de una plataforma rocosa de traquibasaltos de gran dureza semisumergida, justo delante del Roque Partido que impide que la ola lo golpee directamente, por lo que la erosión es más lenta que en el resto del acantilado, donde sí llega la ola con toda su fuerza.



No obstante esta circunstancia, la erosión siempre ha estado y estará presente en el Dedo de Dios. La imagen típica hasta ahora fue precedida de un roque con un agujero en el arranque del “dedo”, agujero que se destruyó allá por los años cincuenta. Ahora le tocó caerse al “dedo”, pero en el futuro, volverá a caerse otra parte y puede que nos ofrezca una nueva forma caprichosa que hará olvidar al Dedo de Dios. La imagen que veíamos hasta hace poco era provisional; la definitiva la obtendremos cuando esté totalmente erosionado y, por lo tanto, sumergido bajo las aguas.

Por todo ello, cuando se habla de reconstruir el trozo caído, se está tratando de corregir a la naturaleza, la misma naturaleza que fue capaz de modelar el Dedo de Dios. Además, con esta pretensión se demuestra un desconocimiento profundo de la geología y topografía del roque en cuestión.

A diferencia de los millones de personas que han visto el Dedo de Dios desde el Puerto de Las Nieves, desde donde sólo se aprecia una forma, pero no la constitución geológica del mismo, el que subscribe se considera usuario del Dedo de Dios, por frecuentar la cala existente para el baño. Esta última circunstancia, unida a mi formación en Geografía e Historia, me hace tener una perfecta idea de la geomorfología y problemas estructurales del Roque Partido. También me permite afirmar que cualquier intento de reconstrucción del mismo, sólo conseguiría acelerar la destrucción de lo que queda del roque o crear un impacto negativo, hasta ahora inexistente.



Para hablar con propiedad, es necesario conocer previamente las características del Roque Partido a nivel geológico y desde el punto de vista erosivo. Desde el punto de vista estructural, el Roque Partido se divide en cuatro partes bien diferenciadas:

1- La plataforma sumergida y semisumergida sobre la que se apoya: Es la zona más consistente de todo el roque. Muy atacada por la erosión, pero al ser basaltos muy homogéneos y de gran dureza, es también la más resistente.

2- La base piramidal: Ocupa prácticamente la mitad de la altura del roque, con estructura geológica más o menos resistente y estable, básicamente por su volumen.

3- El bloque intermedio: De poca resistencia y estabilidad y de constitución poco voluminosa, con un proceso erosivo estructural muy avanzado.

4- Parte superior del roque o “dedo”: Es la que se acaba de caer. Tenía forma de lengua de piedra y se mantenía en un equilibrio muy inestable, sujetada por gravedad. Sólo quedó tras la caída un trozo de menos de dos metros de altura con una fractura vertical que llega hasta el bloque intermedio



Desde el punto de vista geológico, en el Roque Partido encontramos:

1- La base sumergida y semisumergida, formada por traquibasaltos de gran dureza.

2- El roque, compuesto por la superposición de unas treinta coladas volcánicas muy finas y de una gran variedad en cuanto a su composición: coladas piroclásticas, basaltos plagioclásticos, basaltos piroxénicos, traquibasaltos, diques e incluso unas hermosísimas disyunciones columnares basálticas que imitan a escala a “Los Órganos de la Gomera”.

3- El bloque deslizado que divide verticalmente el roque en dos mitades. En algún momento del pasado geológico, antes de estar conformado el roque, la parte más cercana al Puerto de Las Nieves se hundió, dejando el corte que hoy divide el Dedo de Dios en dos mitades. Se puede observar en las fotos cómo los estratos de uno y otro lado no tienen continuidad, sino que forman un escalón producto del hundimiento. Esta circunstancia agrava aún más los problemas de conservación del roque.



A modo de resumen, tenemos que indicar que el Dedo de Dios está formado por decenas de estratos o capas de lava y materiales volcánicos, apilados unos sobre otros como si fuese una tarta de galletas, divididos de arriba abajo por el hundimiento ya comentado y sometido todo el conjunto a una intensa erosión marina y eólica. Queda claro que el roque no es una sola roca homogénea desde la base a la cima y que básicamente se mantiene en pie por efecto de la gravedad, que hace que los diferentes estratos se mantengan unos sobre otros por su propio peso. Ante un empuje lateral como el que produjo el temporal Delta, provocando la pérdida de equilibrio del roque, la masa de roca más débil cae irremediablemente.

Ante este estado de cosas, resulta extraño que políticos, artistas, intelectuales, ciudadanos de Agaete y del resto de la isla, hayan planteado propuestas encaminadas a reconstruir el Dedo de Dios con las mismas rocas que cayeron y si con ellas no fuese posible, con cualquier otro tipo de material (cemento, fibra, metales, etc.). Es como si se cayese el drago de Icod, que es un ser vivo y algún día tendrá que morir, y se plantease reconstruirlo con escayola o con cualquier otro producto.

La propuesta de coger los trozos del Dedo de Dios para volverlos a poner en su sitio es una opción inviable por todo lo expuesto anteriormente, por cuestiones filosóficas y estéticas pero, además, por las siguientes razones:

1- Antes de caer al mar y a la playa, como se puede observar en el lugar, la gran masa de roca chocó contra el tramo intermedio del roque, fragmentándose y descomponiéndose en cientos de pedazos de diverso tamaño.

2- Una parte de los fragmentos cayeron al mar y el resto al hueco existente entre el Dedo de Dios y la playa, una zona intermareal de mucha corriente que provoca el movimiento de los bloques de piedra y roca menuda de uno a otro lado, rompiéndolos aún más y desplazándolos por el fondo marino.

3- Parte del “dedo” no era roca compacta sino tobas volcánicas que al entrar en contacto con el agua se disgregaron, por lo que no existen ya todas las piezas del puzzle.

4- Pero en el caso hipotético de que se tuviese hasta el último grano de roca desprendido, y que con todas las comodidades del mundo, por ejemplo en un solar de Las Nieves, se decidiese montar la porción de piedra que era el “dedo”, ¿quién sería capaz de montar otra vez el puzzle sin tan siquiera tener un registro fotográfico y topográfico detallado antes de la caída? ¿Quién sería capaz de recomponer miles de fragmentos de roca y darle un aspecto que nadie conoce? Si en un solar con andamios, grúas, sin olas, esta labor sería imposible, ¿se imaginan recomponer el “dedo” en el propio Roque Partido, a más de 25 metros del altura, con una base rocosa inestable y constantemente azotada por las olas y por el viento, en una superficie donde ya se aprecia de forma muy bien visible una grieta vertical de grandes dimensiones? Recientemente restauramos una casa prehispánica en el Roque de Guayedra; a pesar de estar todas las piedras dibujadas, topografiadas, fotografiadas y estudiadas antes de iniciar la restauración, nos fue totalmente imposible volver a poner cada piedra en su sitio, porque cada una de ellas nos ofrecía varias caras y todas juntas, infinidad de posibilidades de colocación.

5- No se debe olvidar tampoco que no sólo se cae el Dedo de Dios, sino que los acantilados situados junto a él, no dejan de soltar piedras y trozos enteros de risco que más de una vez hemos visto impactar contra el roque, lo que significa un factor añadido que complica más el planteamiento de trabajos o actuaciones en ese lugar.

6- También es inviable reconstruirlo con materiales y productos nuevos porque todos los condicionantes anteriormente mencionados seguirían presentes. Tanto en una como en otra propuesta se tendría que cimentar en algún sitio, bien en el propio roque, bien fuera de éste. En el primer caso, por la composición y fracturas de la roca sería imposible, y fuera de éste, supondría crear una estructura que implicaría un impacto estético importante, probablemente no desde el muelle, pero sí desde el propio Dedo de Dios.

Ante todo lo expuesto anteriormente, planteamos las siguientes propuestas:

1- No tocar ni añadir nada al roque resultante tras la caída del “dedo” y que la naturaleza siga modelando su particular escultura que a lo mejor dentro de 500 años ofrecerá a nuestros descendientes una imagen más atractiva que la del Dedo de Dios.

2- Los fragmentos de roca caídos se podrían recuperar con una embarcación provista de una grúa y exponer en algún lugar emblemático de Las Nieves o en el edificio del Dedo de Dios de Pepe Dámaso. Estos fragmentos podrían mostrarse tal y como se recojan o colocarse dentro de una armazón metálica que recree las dimensiones y altura del fragmento caído, a modo de escultura, encargándosele a un artista de prestigio o plantear un concurso de ideas. De llevarse a cabo esta propuesta, sería prioritario recuperar cuanto antes los fragmentos puesto que el mar los está rompiendo y desplazando por el fondo marino. Por supuesto, esta recogida se tendría que realizar casi como una excavación arqueológica para identificar sobre todo los pequeños fragmentos de roca y no confundirlos con otros ya existentes antes de la caída.

3- Otra opción que planteamos para que se debata y estudie técnicamente es la posibilidad de que al atardecer y durante varias horas se pueda ver la silueta de lo que ha sido un símbolo de Agaete y de Gran Canaria en los restos del Dedo de Dios. Para ello, y ya hemos consultado a varios ingenieros, un láser proyectado desde el muelle viejo dibujaría el contorno del roque existente y del fragmento que falta de una manera muy sutil que casi costase apreciarlo como ocurría hasta ahora con el roque, que siempre, por la mimetización con los acantilados, era difícil de ver. Esta propuesta es totalmente inocua para el roque y no supondría un problema para las aves nocturnas, puesto que el láser no ciega a las mismas. La gente seguiría yendo a Las Nieves a esperar que, con la noche, apareciese el Dedo de Dios y seguiría siendo un símbolo, pero mostrado de una manera muy original, artística e incluso mágica. Otra ventaja de este sistema es su escaso coste económico y, sobre todo, que puede probarse en breve, utilizando los emisores de láser que utilizan determinadas empresas de espectáculos e iluminación. Si los resultados no son los deseados, se desecha la idea y no habrá supuesto ningún derroche económico significativo.



4- Por último, recomiendo que los políticos encargados de decidir las actuaciones dejen enfriar el tema, que reposen las ideas y, sobre todo, que las actuaciones sean siempre consensuadas y reversibles, que no supongan un aceleramiento de la destrucción de lo que queda del Dedo de Dios. También se debe evitar plantear soluciones que económicamente supongan una gran inversión de dinero, puesto que sería más lógico emplearlo, por ejemplo, en la recuperación de los abundantes yacimientos arqueológicos del municipio, en el molino de Las Nieves, que está a punto de caerse y nadie está haciendo nada para evitarlo, o en microfilmar, antes de que por una desgracia se pierda, el archivo documental de la parroquia que se empezó a escribir hace más de quinientos años, con “dedos para Dios”.

Comentarios
Viernes, 07 de Abril de 2006 a las 18:33 pm - Carlos L. Álamo Suárez

#03 Me parece muy acertada y de sentido común la idea de Valentín Barroso, al tiempo que añade un valor a nuestro 'querido pedazo de roca' que hasta ahora nadie se había planteado. El hecho de que al caer la noche se abra la posibilidad de contemplar la figura del Dedo de Dios tal y como era antaño supone un atractivo añadido y saber sacar partido de un accidente de la naturaleza. Siempre, de lo malo, lo mejor.

Un saludo de Carlos Álamo.

Lunes, 03 de Abril de 2006 a las 13:13 pm - Quien reniega de la villa marinera, más marinera ahora que nunca

#02 Bendito sea Dios, y que haya tanta gente dándole vuelta a la sandez de que se ha caído una roca, buscando otras significaciones que no sean la más pura y simple que la acción de la naturaleza. Dedíquense a trabajar hombre!!!

Miércoles, 04 de Enero de 2006 a las 13:12 pm - Fidel Suárez

#01 Totalmente de acuerdo con lo que planteas. El roque se ha partido (más todavía) de forma natural, si no hubiera sido ahora hubiera sido el año que viene o el otro. Aunque a veces nos cuenta entenderlo la naturaleza no es inamovible, afortunadamente, porque si fuera así no estaríamos aquí. Das en el clavo cuando dices que se piensa en 'reconstruir' el roque cuando resulta que los yacimientos arqueológicos y el patrimonio en general está abandonado y a lo que yo añado que se está produciendo una urbanización salvaje de Agaete.

Un saludo