Revista nº 1041
ISSN 1885-6039

Epifanio Rodríguez Rivero Faño. Regatón de Hupalupa 2004.

Martes, 29 de Marzo de 2005
Miguel Hernández
Publicado en el número 46

Desde el año 2000 la Asociación Cultural y Ecologista “Tagaragunche” viene realizando un reconocimiento anual a personas que se han significado por el mantenimiento de los valores de nuestra cultura popular. Es un sencillo homenaje con el que se pretende reconocer la labor de toda una vida.



Los homenajeados han sido:

 

Año 2000. Manuel Felipe Cruz (Manuel “Chico”). Cubaba, Tazo. Vallehermoso.
Año 2001. Angel Cruz Clemente (“Angelillo”). El Estanquillo, Hermigua.
Año 2002. María Navarro (María “Pincha”). Gerián, Vallehermoso.
Año 2003. Antonio Díaz (“El Tunera”). San Sebastián de La Gomera.
Año 2004. Epifanio Rodríguez Rivero (“Faño”). Playa de Santiago, Alajeró.

 

El último homenajeado ha sido Epifanio Rodríguez Rivero “Faño”, al que le fue entregado “el regatón de Hupalupa” en su pueblo, Playa de Santiago, el pasado mes de noviembre de 2004, como uno de los actos de la conmemoración de la Rebelión de los Gomeros. Posteriormente protagonizó, junto con los homenajeados en los años anteriores, la rotura del gánigo, en la ya tradicional fiesta de confraternización celebrada en Las Nieves.

 

A continuación reproducimos aquí, el texto que fue leído durante el acto de rotura del gánigo y nos acercamos a la figura de Epifanio Rodríguez Rivero “Faño”.

 

¡Tamaragua! Bienvenidos a la Rebelión de los Gomeros. Un año más, la Asociación Tagaragunche se complace de estar aquí, en Las Nieves, cerca del lugar donde, el 20 de noviembre de 1488, a raíz de los atropellos y abusos cometidos por el señor de la Isla, Hernán Peraza el joven, contra sus antiguos pobladores, decidieron ejecutarlo e iniciar una rebelión que, por su trágico final, significó para los gomeros el fin de su condición de pueblo libre. Como todos los años, son dos los motivos principales que llevan a Tagaragunche a conmemorar este hecho. El primero es rescatarlo del olvido al que ha sido sometido, por la historia “oficial”, y por los que han gobernado esta isla, durante más de cinco siglos. Pero el pueblo de La Gomera no ha olvidado. La Rebelión de los Gomeros es y será parte indisoluble de nuestra memoria, y de nuestra identidad. Por eso hay que ponerla en el lugar que le corresponde en la historia de la isla.

 

El segundo motivo, es recoger el sentido que está en el fondo de aquél hecho histórico, y que aún tiene vigencia en nuestros días: mantener viva la llama de la rebeldía contra cualquier tipo de opresión y sometimiento, venga de fuera o de dentro de nuestra tierra. Es el sentido de la Libertad de nuestro pueblo, de cada uno de nosotros.

 


Faño con los homenajeados en años anteriores. De izquierda a derecha: la mujer de Antonio Díaz “El Tunera”, María “Pincha”, Manuel “Chico” y Angelillo

Otro acto importante fue la entrega del regatón de Hupalupa a D. Epifanio Rodríguez Rivero. Este símbolo lo venimos entregando, desde hace unos años, a personas que, igual que el viejo Hupalupa, merecen consideración y respeto por la comunidad. Y no por su linaje, poder o riqueza material, sino por su sabiduría, sencillez y apego a su gente. Por mantener vivas, a veces de manera inconsciente, los valores, tradiciones y conocimientos ancestrales de nuestro pueblo.

 

No ha sido fácil decidir, cada año, a quién le rendimos este sencillo homenaje. Cada vez es más difícil encontrar personas que reúnan las características señaladas. La sabiduría suele andar pareja a los años, y muchas de estas personas han desaparecido, o desaparecerán, sin que nadie les haya reconocido nada. En ellos vivie Hupalupa, en ellos vive nuestra Historia y nuestros antepasados. Estas personas son los Herederos de Hupalupa.

 

 

Epifanio Rodríguez Rivero, Faño

 

D. Epifanio Rodríguez Rivero, nació el 23 de abril de 1929, en Playa de Santiago, en el seno de una familia humilde y numerosa. Sus padres, Epifanio y Adela, provenían del sur de Tenerife, y llegaron a Santiago en el año 1909, coincidiendo con la erupción del Chinyero. Ellos fueron, junto a otras familias de pescadores del sur, los primeros habitantes de este pueblo, los fundadores de Playa de Santiago.

 

Faño, como todos lo conocen en el pueblo, creció con sus siete hermanos: Carmen, Alfonso, Mariana, Antonio, José, Ángel y Maruca. Desde chicos juntos en la mar, en la faena. Corría el año 41, el del temporal, cuando Epifanio empezó a salir a pescar con su padre y hermanos, a los 12 años, en un bote de 5 metros y medio. El barco iba a remos, y cuando hacía viento, izaban las velas, cortadas por sus tíos Adolfo, Ramón y Marino, “los sastres de la Mar”.

 

Se faenaba sobre todo a la caballa y la albacora, sin más aparejos que el cordel, hecho de “liña corchada”, curtida con aceite de vaina de algarrobo. También se echaba la traíña y el chinchorro. Era una pesca de bajura, alrededor de la costa, aunque también se salió a pescar fuera de la isla. En la época en que funcionaban las factorías de Playa Santiago y La Rajita, Epifanio estuvo tres temporadas faenando en El Hierro, junto a otros pescadores gomeros, en seis barcos que llamaban Los Petretes. D. Álvaro Rodríguez López puso allí una cava para conservar el pescado, que luego era traído a La Gomera a bordo de la falúa Santa Rosa. Eso fue en La Restinga, lugar que colonizaron y crearon los pescadores gomeros, entre ellos Faño. También estuvo faenando en La Palma, en Tazacorte, en la época que estalló el volcán San Juan.

 

Eran tiempos difíciles. La Postguerra dejó a la isla completamente aislada. Había poco que comer y nada que comprar. Y raro era el que tuviera alguna perra. El trueque permitía llevar al plato algo más que lo que daba la mar. Al Barranco de Santiago, a Alajeró, al Cabrito o a San Sebastián, se iba Faño y su mujer con las cestas llenas de pescado, a cambiarlo por productos del campo: papas, millo, o lo que hubiese. Hasta Hermigua iba remando, con buen tiempo, a vender petos...

 

La cosa empezó a mejorar en los años 70. Llegó la “gambota” y aumentaron las capturas de albacora. Así pudo comprar su primer barco de similares características que el de su padre, con el que empezó a salir a faenar con sus hijos. Y así, día a día, sacó a su mujer y a sus siete hijos adelante, arrancando a la mar los frutos para la subsistencia. Toda la vida en la mar, y dedicado a la mar. Así resume él su vida, porque él es la misma mar... Hombre del pueblo, sencillo, padre de familia, y sobre todo, pescador. En él vive parte de la herencia cultural de Canarias y de La Gomera. Las tradiciones y conocimientos de los pescadores están vivas en él. Por eso es un Heredero, y por eso, se le entrega hoy el Regatón de Hupalupa.

 

 

Algunas anécdotas

 

- El temporal de 30 de octubre de 1941 provocó un barranco que arrasó las fincas y la fábrica de Rodríguez López. En la mar se encontraron latas de conservas que tuvieron que devolver a la Guardia Civil. También encontraron frutas y otros alimentos que sí aprovecharon. Entre ellos UN LECHÓN.

- La erupción del volcán San Juan lo cogió faenando en Tazacorte. Pescaban mientras veían explotar la montaña... La ceniza no les dejaba ni ver, ni comer...

- Estuvo trabajando en el aeropuerto del Revolcadero porque se puso la mar “negra” y no había capturas.

- Amante del folklore y la música popular. Parrandero y poeta. Tiene poemas propios que almacena en una memoria prodigiosa.

 

 

Comentarios
Jueves, 27 de Mayo de 2010 a las 14:02 pm - Escriba aquí su nombre andres

#02 Escriba aquí el comentario gracias por lo que nos ofrece esta isla sin cobrarnos nada

Jueves, 31 de Marzo de 2005 a las 15:55 pm - José López.

#01 Felicidades por mantener ese espíritu que nos hace sentir vivos y libres y por ese homenaje a los que han tirado de estas islas realmente p'alante.