Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Naife canario.

Miércoles, 25 de Abril de 2007
Cathaysa García Martín y Bárbara Pérez Almeida
Publicado en el número 154

El naife, o cuchillo canario, es una popular herramienta usada durante siglos por los ganaderos y agricultores de las Islas Canarias. Además, tiene su origen en las cuchillerías de Albacete y Toledo del siglo XVI, aunque deba su nombre coloquial al vocablo inglés de cuchillo: knife.


El cuchillo canario, que se usaba principalmente para la agricultura, se diferencia del cuchillo peninsular en las dimensiones de su hoja de acero, de quince a veintitrés centímetros y recambiable, además de disponer de un mango de oro-plata, níquel o marfil recubierto de forma artesanal con innumerables piezas de inspiración árabe realizadas por el maestro cuchillero.

La llegada de los conquistadores castellanos, así como la gran afluencia de comerciantes y mercaderes foráneos venidos a Canarias desde el siglo XVI introdujeron este instrumento mudéjar en el archipiélago y su uso se extendió rápidamente entre la población insular.

Así, este cuchillo es el resultado de la evolución sufrida en las islas por el hispanoárabe, que en Canarias fue modificado por los artesanos locales a fin de satisfacer las necesidades del hombre canario dedicado al trabajo de las plataneras.

La vida de un herrero que hoy día tiene setenta años ha cambiado mucho. Las formas en las que se criaban antiguamente, el respeto que se tenía hacia los ancianos, la forma de compartirse las tareas domésticas. En fin, todo ha cambiado con respecto a hoy en día y, para corroborar esta afirmación, tenemos la entrevista realizada a un forjador de 70 años y, en dicha entrevista, nos informa de las costumbres de su época y de cómo aprendió esa profesión que le ha sacado adelante y que hoy día, aunque esté jubilado, sigue practicando.



Antonio García Déniz es natural de Guía, en Gran Canaria, aunque por motivos de trabajo ha tenido que trasladarse al municipio de Gáldar, situado en la misma isla. Su madre, al igual que todas las mujeres de la época, era ama de casa; y su padre era herrero, de ahí que sacase su afición por dicho oficio.

Comenzando por su infancia, debemos destacar el hecho de que en ningún momento asistió a la escuela y que aprendió a leer y a escribir con la edad tardía de diecisiete años, en una escuela nocturna. Desde muy temprana edad, exactamente a los 10 años, comenzó a ayudar a su padre en el oficio de forjador. No era hijo único ya que tenía cuatro hermanos pero, aún así, todos ellos tenían que ayudar a su padre en el trabajo, debido a que en el municipio de Guía había muchos herreros y, por lo tanto, debían sacar adelante el trabajo lo más rápido posible. Por este mismo motivo, con el paso del tiempo, don Antonio decidió trasladarse al municipio vecino ya que, en este último, los herreros escaseaban y, por lo tanto, había algo más de trabajo.

En su juventud, aparte del trabajo, también había cabida para alguna que otra fiesta popular. Las más memorables para este fiel artesano son: la fiesta de Las Marías, en Guía; y la fiesta de Santiago, en Gáldar. De ellas recuerda con mucho cariño las ramas de ambas fiestas y las tertulias, en las que se intercambiaban opiniones, se contaban historias y se reían de la propia fortuna que la vida les iba deparando. Quién le iba a decir que en una de esas fiestas, entre parranda y parranda, conocería a esa mujer con la que compartiría el resto de su vida y con la que, además, tendría dos hijos varones que continuarían con la tradición del oficio. Una pregunta que se nos pasa por la cabeza al oírle hablar de las fiestas es ¿y qué hay de las romerías? Tras preguntarle sobre el tema y tras echarse una carcajada, nos confirmó que eso no es nada que "viniese de viejo" ya que es una costumbre que viene dándose desde hará, aproximadamente, veinte o veinticinco años. Y, como bien dice él: "Hoy en las romerías te echas cuatro cacharritas y no sabes lo que tienes entre manos".

Los hijos de este artesano, Jesús y Carlos García Medina de cuarenta y dos y cuarenta años respectivamente, siguen dedicándose hoy día al oficio de herreros y cuchilleros. Además de seguirse dedicando al trabajo que esta familia ha tenido desde hace cuatro o cinco generaciones, han conseguido ampliar el mercado del cuchillo canario ya que son muy conocidos por el hecho de que sus cuchillos son los únicos que se hacen totalmente, es decir, desde la hoja hasta el cabo, en el mismo lugar (c/ Vicente Alexander n° 49 - Barrial, Gáldar) y de las mismas manos.

Como bien dice don Antonio, el trabajo ha cambiado mucho desde la época en la que él empezó con este oficio, hasta hoy día. Antiguamente el trabajo de forjador se centraba más en las herraduras para los animales, es decir, "los forjadores servíamos como mecánicos pero para las bestias". Además de realizar este trabajo, también se dedicaban a fabricar diversos utensilios para la agricultura, principal oficio de la época, como por ejemplo: sachos, hachuelas, con la finalidad de arrancar las cabezas de las plataneras; escobas, picos canarios, los martillos pedreros, que también servían para realizar sus propios trabajos y algún que otro cuchillo canario. Este último objeto, aunque en épocas posteriores no se utilizaba mucho, hoy día es el más demandado y más fabricado por esta familia de artesanos.

El uso del cuchillo canario ha sido siempre exclusivamente masculino (por lo general, suele ir colocado en el ceñidor en una funda de cuero llamada vaina) (2). Antiguamente servía al agricultor para cortar hierbas, ramas y en todas la tareas del cultivo de las plataneras. No sólo ha servido para los agricultores sino también a los pastores para trocear la hierba o el pasto. Sin embargo, los canarios tradicionales también lo usaban para cortar un "cacho" de queso, así como para la propia defensa personal, pues muchos hombres afirman que "ir sin el Cuchillo Canario colgado al calzón, es como ir desnudos". Este uso, comentado anteriormente, ha variado con el paso del tiempo y hoy el cuchillo canario sirve como pieza para coleccionista, para alardear del hecho de poseer una de estas exclusivas piezas de artesanía o como obsequio, ya que es un regalo original que ninguna persona podría rechazar.

No sólo existe diferencia entre los utensilios que se hacían antes y los que se hacen ahora sino que también hay mucha diferencia en cuanto a los talleres en los que se realizan las hojas y los cabos de estos cuchillos canarios tan demandados.

Con respecto al taller en el que se realizan las hojas debemos decir que este es el punto de partida para la realización de estos cuchillos. Este taller, aparte de ser su lugar habitual de trabajo, suele tener unas características concretas. Como el hecho de que es un lugar situado habitualmente en un lugar apartado de la vivienda familiar, ya que es en este taller hay un ambiente muy ruidoso y lleno de humo y calor debido a la utilización del carbón y el fuego para forjar los diversos materiales que nuestro artesano realiza, entre ellos, la hoja del "naife". Aparte de esto, el taller donde se forja la hoja ha de tener unas dimensiones considerables debido a la cantidad de materiales y herramientas con las que en este lugar se trabaja.

Como hemos comentado anteriormente, en el taller de forja existen diversos materiales que facilitan la elaboración del cuchillo canario. Entre estos objetos debemos destacar los siguientes: la fragua (3) que es el lugar en el que se calienta el hierro para que éste sea más manejable; el martillo (4) que es uno de los utensilios principales y el cual se utiliza para darle forma al hierro; el yunque (5) sobre el que "se maja el hierro y se hacen las herramientas"; las tenazas (6) que pueden ser de varias clases como las fuertes, las planas y las de cañón y que son usadas para coger el hierro caliente; la mandarria (7) que se asemeja al martillo pero con la diferencia de que las dimensiones son mayores; el puntero; la tufidera que se utiliza principalmente en la realización del sacho y la cual facilita la acción de abrirle el agujero al sacho para, posteriormente poner el palo que servirá de mango. Todos estos utensilios, mencionados anteriormente, proporcionan una gran ayuda para el artesano a la hora de comenzar la forja. Este proceso, muy laborioso y complicado sigue los siguientes pasos: primero se enciende fragua y para ello se introduce el carbón mineral, trozos de papeles y se les prende fuego hasta que la "fragua esté a su punto", es decir, hasta que tenga brasas; luego se pone la hoja en el fuego, con las brasas cubriéndola, para posteriormente sacarla e ir propiciándole diversos martillazos, siempre sosteniendo la hoja con unas tenazas, con el fin de darle la forma deseada y forjarla; a continuación "se lima y se tiempla", con la finalidad de darle mayor fortaleza al material, el cual puede ser acero o hierro; y por último se le saca filo a la hoja.

Como bien dijimos anteriormente, el taller en el que se hacen las hojas y en el que se hacen los cabos son muy diferentes. Esta familia de artesanos ha dividido la elaboración de ambas cosas en dos talleres diferentes. El motivo de esta división es evitar molestias a la hora de realizar el cabo ya que, aunque pueden hacerse ambos trabajos en un mismo lugar, el humo, el ruido y el calor son molestias inminentes a la hora de realizar el trabajo del cabo, trabajo que se caracteriza por ser silencioso y muy minucioso. El taller en donde se realiza el cabo, a diferencia del taller en el que se forja, posee un ambiente silencioso, debido a la concentración a la hora de elaborar esta parte del producto que se caracteriza por tener una gran complejidad y una gran organización de las herramientas. Cabe destacar que las herramientas también son diferentes ya que, en el taller del que estamos hablando, nos podemos encontrar con: martillos de pequeñas dimensiones (8), debido a que el trabajo es más minucioso que el trabajo que se realiza en la herrería; las sierras para incrustar las láminas; y tornos pequeños con la finalidad de "trincar la pieza" para facilitar la realización de las incrustaciones. Estos utensilios son los más usados a la hora de la elaboración del cabo el cual puede estar realizado con diversos materiales como, por ejemplo: cuerno de vaca y de cabra (9 y 10), los cuales llevan un proceso para poder ser utilizados en la elaboración del cabo; el aluminio, el metal, la plata o incluso el oro pueden ser utilizados para las incrustaciones del cabo. Dichas incrustaciones forman el dibujo del cabo el cual puede ser de diversas formas. Muchos de estos dibujos tradicionales, aunque nuestro artesano no sepa de su procedencia, provienen de los bereberes de África (11). Pero no sólo se realizan incrustaciones tradicionalmente canarias sino que también se hacen diseños originales y exclusivos que sus hijos inventan y, a su vez, se las ingenian para pasar su imaginación al cabo de un cuchillo.

Una vez que están elaboradas la hoja y la espiga, la fabricación del cabo sigue el siguiente procedimiento: primero se prepara el cuerno, el cual se corta en trozos circulares agujereados en el medio. Estos trozos son enderezados a fuego para posteriormente "ponerlos entre dos planchas, trincarlos y enderezarlos", además poseen distintos diámetros, puesto que el mango es más ancho en el centro, y va disminuyendo a medida que se avanza hacia los extremos en una curva muy suave. Tras tener preparado el cuerno, se encaban las diferentes piezas, ajustadas de la manera más adecuada para obtener el diseño que se pretende conseguir; posteriormente se desencaba y se liman las diferentes piezas para darles la forma deseada; tras haberse desmontado o desencabado el mango, nos centramos en cada una de las piezas, según el orden en el que las hemos colocado inicialmente, de la empuñadura; luego se realizan los cortes en las piezas para luego incrustarlas con las láminas del material deseado (aluminio, metal, plata, oro...). Esta decoración es exclusiva en la mayor parte de los cuchillos y varía según el gusto del consumidor y según la forma en la que trabaja el artesano. Tras haber decorado cada una de las piezas, se procede al encabado definitivo, manteniendo el orden inicial de las piezas. Tras haber finalizado la elaboración del cabo, este se cierra con un casquillo y el correspondiente remache, situado en la perilla. Este casquillo también puede ser decorado minuciosamente con diferentes motivos geométricos. Para finalizar todo el proceso se igualan todas las partes del mango, con la ayuda de una lima, y posteriormente tiene lugar el pulido de la pieza.

En la actualidad, esta familia posee una señal identificativa colocada en la parte de atrás de la hoja. Esta señal es exclusiva de esta familia de artesanos y cualquier persona que la conozca podrá reconocer cuales son sus hojas o sus cuchillos. Aunque la señal no esté situada en el cabo, este puede diferenciarse de otros cuchillos debido a la forma en la que trabajan en este taller de Gáldar, en Gran Canaria. Bien es cierto que para diferenciar los cabos realizados por una persona, de los realizados por esta familia debemos tener un conocimiento más minucioso de la forma en la que trabajan. También debemos destacar que aunque el cabo no pertenezca a la familia de Antonio García Déniz la hoja sí que puede ser de ellos, debido a la señal. De ahí que en alguna ocasión nos encontremos ante un cuchillo realizado por otro artesano pero que, aunque esté bajo el nombre de él, la hoja no pertenezca a esa misma persona ya que son escasos los cuchilleros que realizan las hojas y el cabo en el mismo lugar y de las mismas manos; de hecho, el artesano que ha sido protagonista de nuestro trabajo, no sabe de ningún artesano de la isla que haga todo en un mismo.

Hoy día tenemos el honor de contar con un gran elenco de maestros cuchilleros que nos garantizan la total y absoluta pervivencia en el archipiélago de esta tan arraigada tradición. Por ello, el Cuchillo Canario se configura como uno de los más importantes símbolos de nuestra identidad y cultura popular canaria, una cultura que entre todos hemos hecho y de la cual debemos sentirnos inmensamente orgullosos.


Este trabajo ha sido realizado por las alumnas del IES Guía Cathaysa García Martín y Bárbara Pérez Almeida, bajo la coordinación de Tazarte Sánchez Moreno.


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Comentarios
Martes, 26 de Febrero de 2013 a las 03:23 am - la verdad os hará libres

#06 2 ¿Origen de Albacete? jajajajaj Que manía de buscarle a todo un origen godo sin estar seguro.

Y de donde va a ser el origen de un utencilio de hierro o acero hace 500 años en una poblacion que solo conocía la madera y las pidras?

amigo ..?

Lunes, 04 de Enero de 2010 a las 02:15 am - bethsabeth tapia solis

#05 en hora buena...

para los hermanos garcia medina...

mis saludos y mis felicitaciones...

hasta en ecuador los conocen

ya que siempre lo llevo a todas partes donde voy y asi la gente pueda observar el buen trabajo que ustedes hacen..

un abrazo a la distancia...

Lunes, 29 de Junio de 2009 a las 23:42 pm - bethsabeth

#04 pues un cuchillo que se nota que se hace con dedicacion y amor esos son los cuchillos canarios de los hermanos carlos y jesus garcia medina en hora buena

felicidades

Martes, 24 de Junio de 2008 a las 00:12 am - camila

#03 me alludo mucho para hacer un trabajo

muchas gracias

Lunes, 17 de Septiembre de 2007 a las 02:18 am - amanghuy

#02 ¿Origen de Albacete? jajajajaj Que manía de buscarle a todo un origen godo sin estar seguro.

Viernes, 27 de Abril de 2007 a las 00:55 am - ALEJANDRO C. MORENO y MARRERO.

#01

Enhorabuena por este magnífico estudio sobre el Cuchillo Canario que nos han ofrecido. Sin duda, maravilloso trabajo de campo. Muchas felicitaciones. Un abrazo. ALEJANDRO C. MORENO y MARRERO. www.cuchillocanario.com