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Martes, 27 de Febrero de 2007
Vanessa Santana Moreno y Keila Medina García
Publicado en el número 146
Además de contarles las experiencias didácticas de relevancia etnográfica que suceden en Canarias, en las próximas semanas traeremos trabajos realizados por alumnos. Comenzamos con un texto dedicado a la música popular canaria, en el que se hace una revisión notable de los elementos que la componen: canciones, instrumentos, géneros musicales, etc.
En cada pueblo, en cada generación o persona se dan aportaciones personales de estilo que hacen variar al folclore con el paso del tiempo, por lo que podemos decir que el folclore es anónimo y contemporáneo; anónimo porque el autor escribió algo y la gente lo hizo suyo; contemporáneo, porque evoluciona en cada generación y la gente lo asume como parte de su tradición.
1. Canciones.
Aunque me maten, vida, por amor de tí,
aunque me maten no lo he de sentir.
Artífices de estas canciones eran ciertas mujeres intrigantes, las cuales han legado a nuestro folklore actual ciertos cantos brujeriles que, lo mismo que han llegado hasta nuestros días, se recuerdan en Cuba como tono de brujas canarias:
De Canarias somos,
de Madrid venimos
no hace un cuarto de hora
que de allá salimos.
Racimo de uvas,
racimo de moras,
¿quién ha visto dama
bailando a estas horas?
Si me alejo de mi tierra
llevo una pena conmigo
que no quiero que la tenga
ni mi peor enemigo.
Explícamelo señor
cuando yo más la quería
mi madre se me marchó
ni siquiera dijo adiós
y tú bien que lo sabías.
Aunque tú no me quieras
tengo el consuelo
de saber que tú sabes
que yo te quiero.
Con una pella de gofio
y un buen mojo picón
quito mis penas del alma
y alegro mi corazón.
Llega a una cueva que en la cercanía
de la gran ciudad de Belén había...
Como quieres que te quiera
si tú nunca me has querido
como que te pague
lo que nunca te he debido.
Otros géneros tradicionales son también:
Vírese pá ca, cha María
Vírese pá ca, cho José
que el cachito pan que tenía
se lo comió el perenquén.
El baile del vivo
no lo sé bailar
que si lo supiera
ya estaría ya.
Santo Domingo de la calzada
llévame a misa de madrugada.
Cho Juan Periñal
Tiene un arenal.
Con grano de trigo
lo quiere sembrar,
Lo siembre en la bumbre,
lo coge en la mar.
Ansina lo siembra, Cho Juan Periñal.
Ansina ponía sus pies en la mar.
Ansina se enseña mi danza a bailar (...).
Si mi niño se durmiera
yo le daba de regalo
un San Antonio Bendito
y una Virgen del Rosario.
El sorondongo, mondongo del flaire,
lo manda el rey que lo baile...
La virgen va caminando
en dirección a Belén
y en su compañía lleva
al glorioso San José.
Este artículo ha sido realizado por las alumnas Vanessa Santana Moreno y Keila Medina García de la asignatura Antropología del IES Guía, durante el curso 2006/2007, quienes han sido coordinadas por Tazarte Sánchez Moreno.
#04 vete a chipude
#03 Debería ser mas extenso
#02
Originariamente, la folía era un baile nacido en los ambientes populares de la Castilla de fines del siglo XVI. Los tratadistas de la época lejos de hablar de dicho baile con indiferencia, dada su naturaleza popular, trataron de definirlo en la forma y el fondo. De este modo, Covarrubias en su Diccionario Tesoro de la lengua castellana, publicado en 1611, habla de la folía señalando que:
“Es una çierta dança portuguesa, de mucho ruido porque ultra de ir muchas figuras a pie con sonajas y otros instrumentos”
Fue, sin duda, uno de los bailes más populares de la Castilla del Siglo de Oro. Se caracterizaba básicamente por su compás ternario, fácil acompañamiento instrumental y una desenfrenada puesta en escena. Posteriormente, esta danza de origen popular, pues todos los datos indican una posible relación con primitivos bailes relacionados con la fertilidad, se adaptaría a las músicas danzadas propias de los ambientes cortesanos, adquiriendo un carácter netamente distinto al de los ambientes que la habían visto nacer. Ahí radica parte de la clave para entender la significación de la folía como tema musical extendido por toda Europa. La fácil melodía y las posibilidades que ofrecía para la improvisación fueron cualidades que no pasaron desapercibidas entre los músicos instrumentistas del barroco.
Hay un antes y un después en la trayectoria histórica de los reinos hispanos. Los especialistas del tema hablan de una folía con anterioridad a 1672 y otra posterior a esta fecha. Indudablemente, la folía conocida antes de mediar el siglo XVII debía gozar de un carácter festivo inusitado, es decir, aunque interpretada en instrumentos de cuerdas (arpas, guitarras, violas y violines) y recogida en repertorios cercanos a la música cortesana, seguía ostentando tintes populares. Hermosos ejemplos de lo que podía ser una folía “antigua” los tenemos en las glosas, agrupadas bajo el nombre de Recercadas para Tenores, que el toledano compuso y recogió en su tratado de glosas pulicado en 1553.
A partir de la segunda mitad del siglo XVII, la folía adquiere una naturaleza distinta. Más refinada en cuanto a la forma, adopta nuevas progresiones armónicas que la convierten en un tema musical recurrente y conocido en la práctica totalidad de Europa y de corte similar a las formas que presentan chaconas, pasacalles y zarabandas. Parece que las hipótesis que sugieren una evolución de este baile se confirman en algunos repertorios y diccionarios antiguos. Concretamente, en el Diccionario de Autoridades de 1792 (pág. 733), se intenta dejar claro la existencia de dos tipos de folía. La original, de origen portugués, popular, tumultuoso y desenfadado y una folía posterior que es un “tañido y mudanza de nuestro baile español, que suele bailar uno solo con castañuelas”.
El término “Folía de España” también es producto de la evolución de esta popular danza hispana. Mientras que en territorios peninsulares era conocida sencillamente como la folía y hacía referencia directa a un baile además de ser un aire instrumental sobre el que se componían diferencias y glosas, en países vecinos, Italia y Francia, principalmente, adoptaba la terminación –de España, cuestión por otro lado evidente si se quería diferenciar de otros bailes de corte similar conocidos y de gran popularidad, ahora también incorporados a los repertorios cortesanos.
En cualquiera de los casos, pronto fue un tema musical al que los compositores más significativos de la época prestaron especial atención generando numerosas “variaciones” instrumentales para todo tipo de instrumentos. Dentro de cada apartado instrumental quizá haya que destacar las compuestas para violín de Corelli, las de flauta de pico de Paolo Bellinzani, y las de viola de gamba de Marin Marais.
De la tradición que alcanza la folía en el panorama musical de los siglos XVI-XVIII tenemos un ejemplo representativo en el amplio listado de compositores de primera fila que se interesaron por elaborar diferencias sobre la Folía para los instrumentos de los que eran maestros.
Compositores que trataron el tema de la Folía:
Bartolotti, A.M. (c. 1615-a. 1650)
La Follia, 1640.
Abel, Clamor Heinrich (1634-1696)
Folie d\'Espagne, c. 1685.
Albicastro Henrico (1661-¿?)
Sonate pour violon et basse continue Opus 9, nr. 12 \'La Follia, 1704.
D\'Anglebert, Jean-Henry (1643-1715)
Folies d\'Espagne (1689), published in Piè de clavecin , 1689.
Bellinzani, Paolo Benedetto (1690-c.1757)
\'Sonata in d minor for treble recorder and basso continuo, Opus 3 nr. 12: Follia for alto recorder and basso continuo, 1720.
Corelli, Arcangelo (1653-1713)
Violin Sonata in d minor La Follia Opus 5 no.12, 1700.
Falconieri, Andrea (c.1575-c.1661)
Folías echa para mi Señora Doña Tarolilla de Carallenos, 1650.
Geminiani, Francesco (1687-1762)
Concerto Grosso No. 6 D minor La Follia.
Guerau, Francisco
Doze diferencias de Folías, Poema harmónico compuesto de varias cifras por el temple no. 11, 1694.
Gallot, Jacques (c.1600-c.1690)
Folies d\'Espagne (c.1672): \'Pièces de Luth composé sur differens modes par Jacques de Gallot avec les Folies d\'Espagne enriches de plusieurs beaux couplet.
Lully, Jean Baptiste (1632-1687)
Air des hautbois Les folies d\'Espagne (LWV 48), 1672.
Marais, Marin (1656-1728)
Les folies d\'Espagne (1701) en Pieces de Viole, 2e livre, Paris, 1701.
Martín y Coll, Antonio (c.1660-c.1740)
Diferencias sobre las Folias, “Flores de Música”, Madrid, 1706-1709.
Mascitti, Michele (c.1664-1760)
Allegro Trio Sonata in g, Opus 6 No.15, París, 1704 y 1738.
Ruiz de Ribayaz, Lucas (1650-¿?)
Folías, Luz y norte musical, Madrid, 1677.
Sanz, Caspar (1640-1710)
Folías (1674), “Instrucción de música sobre la guitarra española”, 1674.
Schickhard, J. Christian (c.1680-c.1762)
Variations on La Folia: opus 6, no. 6 for 2 treble recorders & basso continuo, 1710.
#01 Felicidades a Vanessa y Keila por interesarse por nuestro folclore.
Darles un saludo a ellas y al cordinador por hacer llegar los diferentes generos musicales a las aulas.