Revista n.º 1044 / ISSN 1885-6039

Los dragos gemelos.

Jueves, 22 de marzo de 2007
AC BienMeSabe
Publicado en el n.º 149

Una misma copa y dos troncos paralelos, se alzan en el pago de Los Llanitos de Breña Alta, que el pueblo llama los Dragos Gemelos. La voz del pueblo cuenta que en tiempos anteriores a la Conquista de la isla, en el ya lejano año de 1492, una bonita y joven mujer de cautivadora y dulce mirada, engendró en dos hermanos gemelos de Breña Alta los más profundos sentimientos de amor...

Foto Noticia Los dragos gemelos.

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Una misma copa y dos troncos paralelos, se alzan en el pago de Los Llanitos de Breña Alta, que el pueblo llama los Dragos Gemelos. Árbol mitológico símbolo de la tierras de más allá de las Columnas de Hércules -punto oeste del mundo conocido-.

Allí, en las tierras que bañaban las playas fuera de las Columnas de Hércules, siguen creciendo muy lentamente y libres apoyando la leyenda estos magníficos árboles. Los Campos Elíseos de la Odisea de Homero, que dice que en esas tierras del "extremo de la tierra", la vida de los hombres es cómoda, el invierno no es largo, donde tampoco hay lluvias sino que el Océano deja siempre paso a los soplos de Céfiro que sopla sonoramente para refrescar a los hombres.

Campos Elíseos, Afortunadas, Hespérides y Jardín de las Delicias quiere la mitología clásica que sean las islas Canarias, donde residen unas ninfas, hijas de Atlante, las Hespérides, que custodian, junto a un terrible dragón, un maravilloso Jardín, en el que está el árbol de las manzanas de oro, símbolo de la inmortalidad, en otro tiempo buscadas por el propio Hércules. Nuestros dragos serán "dragones" o por el contrario "árbol de las manzanas de oro, símbolo de la inmortalidad", porque inmortales son sus raíces y ramas que el pueblo va cantando en leyendas.

La voz del pueblo cuenta que en tiempos anteriores a la Conquista de la isla, en el ya lejano año de 1492, una bonita y joven mujer de cautivadora y dulce mirada, engendró en dos hermanos gemelos de Breña Alta -por esos tiempos cantón de Tedote- los más profundos sentimientos de amor, que a ella halagaba y fomentaba; pero llegó el día en que había que dirimir en batalla y duelo cuál de los dos sería quien poseyera a la joven doncella. La lucha fue dura y cruel. Los jóvenes hermanos y gemelos se batían con valentía. En las venas les ardía la sangre y les cegaba la mente y el destino y la fatalidad quiso que no hubiera vencedor, los dos murieron en la lucha por el amor a una mujer.

Ella, al enterarse de la triste desventura, se consideró causante de ello y juró que jamás sería de nadie, sino del recuerdo de los dos hermanos. Apenada y desconsolada quiso que el recuerdo de los dos hermanos fuera superior a su propia existencia humana. Se trasladó por las agrestes laderas de la Cumbre recubiertas de hojas, árboles y arbustos de la mítica y húmeda laurisilva, al poniente de la isla, en busca de dos gajos de dragos para luego, cariñosamente, sembrarlos paralelos y próximos en el mismo lugar donde los dos hermanos habían regado su sangre de amor. Se cumplieron los deseos de inmortalidad de un recuerdo y amor. Con el tiempo y lentamente los dragos -uno por cada hermano- fueron creciendo entrelazando fuertemente sus ramas. Hoy no se sabe cuál es uno y cuál es el otro, permanecen altaneros y abrazados en la larga longevidad de esta especie de árbol, como si quisieran ser símbolo de un destino común por amor a una mujer.


Créditos.

Narrador: Manuel García Morales.
Montaje técnico: Daniel Santana Sosa.
Música: Benito Cabrera.
Leyenda popular transcrita por María Victoria Hernández.


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