Además de sus dimensiones, lo singular del hallazgo reside en que la vasija presenta decoración formada por dos acanaladuras cruzadas que van alrededor de la panza. En conjunto son cuatro cruces con el brazo horizontal más largo que el vertical. Las primeras valoraciones realizadas apuntan a que es la única cerámica de estas características de que se tiene constancia en Fuerteventura, al menos en lo que a los fondos del Museo Arqueológico se refiere. Con respecto a la datación, atendiendo a la técnica y materiales se apunta a la época aborigen, aunque es necesario hacer un estudio más detallado para poder concretar. El Cabildo de Fuerteventura recuerda que al encontrarnos de forma casual con un objeto o resto arqueológico el primer paso básico es la no extracción del objeto, ya que su manipulación inadecuada puede acarrear la destrucción del contexto donde se encuentra y, por tanto, sin saberlo, puede estar destruyendo información imposible de recuperar.
Debe comunicarse inmediatamente a la autoridad competente (Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura), o en su defecto a la Guardia Civil, Policía Local, Agentes de Medio Ambiente, etc.
Sólo en el caso de que pueda existir peligro justificado de pérdida o destrucción inmediata del hallazgo, podrá extraerse el mismo, adoptando precauciones como anotar el lugar exacto, características del terreno circundante, documentación gráfica, etc.