Revista nº 1041
ISSN 1885-6039

Teatro Circo de Marte. Algunos retazos históricos de otra joya de Santa Cruz de La Palma. (I)

Sábado, 08 de Noviembre de 2008
José G. Rodríguez Escudero
Publicado en el número 234

Fabricado el Teatro Circo de Marte, fue el centro cultural y social de la ciudad. En él se celebraron históricas veladas literarias y políticas, y allí también se llevaba a cabo la siempre esperada temporada de bailes que abarcaba desde el día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) hasta la fiesta de Carnaval, actos todos ellos que tuvieron amplia difusión en la prensa de los distintos años.


En el solar de la plaza del desacralizado convento femenino de Santa Catalina de Siena, se fabricó un circo-teatro cuyo expediente, instruido al efecto, fue aprobado por el Gobierno Civil de la Provincia con fecha 23 de agosto de 1854. En el trámite se cumplió con lo dispuesto sobre el particular en lo que a dichas fábricas se refería, según lo ordenado en el Real Decreto de 28 de julio de 1852. En él se disponía que no se construyeran estas edificaciones sin obtener la pertinente licencia del Gobierno, previa presentación del plano de la fábrica. La prensa de la época elogió e hizo público reconocimiento a dos ilustres palmeros: don Celedonio Camacho Pino por haber tomado parte muy activa en el asunto, y don José Mendoza y don José Antonio Rodríguez, por haber cedido gratuitamente el terreno, que era de su propiedad particular, para la erección del teatro. Su construcción dio comienzo el 8 de abril de 1870 por una sociedad creada al efecto.

Esta plaza había sido terminada en 1754, sobre un solar en el que se había erigido, a mediados del siglo XVI, la casona del mercader flamenco Anés Van Trille y su esposa, Ana Jaques. Ambos eran dueños de la antigua finca urbana situada en este lugar y que luego había sido vendida por sus descendientes -Marcos Dalmao Roberto y María Jaques- a Luis Vandeval el Viejo. Tras sucesivas herencias y ventas, llegó a manos de la Rvda. Madre doña María de Santa Cruz de Cervellón, religiosa dominica del cenobio de Santa Catalina de Siena (erigido enfrente). Había sido heredera de su hermano el presbítero don Rodrigo de Cervellón, Canónigo de la Catedral de Mérida de Yucatán (Méjico), en la partición de los bienes de sus padres, Juan de Santa Cruz y Margarita Bellid. Luego pasó a manos del Capitán de las Milicias de La Palma, don Antonio Julián Pintado, quien, a su muerte, lo dejó a sus hijos. Una de ellos fue otra monja catalina, Josefa de San Andrés Pintado y Maldonado. Entonces, el inmueble había sido apreciado en 14.000 reales a pesar de que se hallaba maltratado y amenazando ruina debido a su antigüedad. Finalmente los dueños accedieron a venderla a las religiosas del vecino monasterio de Santa Catalina. En escrito elevado al Padre Provincial de la Orden le decían que siempre hemos vivido con el desconsuelo espiritual de no haber podido dar en las procesiones de Dios sacramentado y de los santos que celebra nuestra iglesia el culto que deseamos por no haber tenido por donde anden y estar reducidas a braza y media de calle que como a V.P.R. consta es el espacio que hay de la puerta de la iglesia por donde salen a la otra por donde entran, y es así que por muerte del capitán don Antonio Julián Pintado, en la partición de bienes de que tratan sus herederos, se nos ofrece la ocasión de querernos vender una casa alta y otras terreras con el más sitio que está con dichas casas incorporado, que todo queda al frente de nuestra iglesia (A.P.N., 1753).



Santa Cruz de La Palma a principios del s. XX



El Prior Provincial de Santa María de Candelaria, fray Tomás Fonte, dio autorización el 30 de marzo de 1753 para efectuar la operación por el mencionado importe de 14.000 reales. Dueñas las religiosas de la propiedad, procedieron de inmediato a la fábrica de la plazuela de que carecían, cuyo artífice fue Antonio Florencio Fernández, vecino de la ciudad; para ello tuvo que levantar un muro de contención por el lado del naciente y entallar todo el solar a fin de dejarlo preparado para aquella finalidad. En su testamento, había declarado que, por enfermedad, gasté también cien pesos que gané en dicho segundo matrimonio en el trabajo que hice en la fábrica del llano de las monjas dominicas. Quedó, como dijimos, la plaza terminada en 1754, cuyo basamento aún se conserva.

El monasterio de Santa Catalina de Siena se encontraba en el lugar ocupado hasta hace unos años por el Grupo Escolar Sector Sur, reconvertido recientemente en instalaciones de las Escuelas Municipales de Danza, Folklore, Teatro y Banda de Música. Por Real Orden de 15 de febrero de 1842 le fue concedido este edificio al Ayuntamiento de la ciudad para que en él se pudiese instalar la Cárcel del Partido, a cuyo establecimiento correccional se hallaba dedicado desde entonces. La iglesia y parte del convento, que miraba al naciente, fueron derribados para fabricar en 1871 el Circo de Marte, por una Sociedad creada al efecto; de modo que el expresado Circo está fundado en la plazuela de dicho Convento y parte de la calle, lo que es hoy calle de La Luz, era entonces donde etaba situada la repetida iglesia y parte del Convento derribados (Juan B.Lorenzo).



Acróbatas en el Circo de Marte en 1910



En 1888, el Teatro Circo de Marte sirvió como hospital improvisado para acoger a los enfermos afectados por la fiebre amarilla. Allí se encerró el médico don Juan Pérez Díaz -director de Sanidad del puerto- para un mejor atendimiento de los atacados en razón a la escasez de facultativos que había en la ciudad. Pasada la epidemia, como medida profiláctica, se procedió a quemar el piso del teatro que fue repuesto al año. Esta actuación, altruista y heroica, le valió al prestigioso médico la concesión de la Cruz de Segunda Clase de la Orden Civil de Beneficencia.

La reedificación de sus fachadas se hizo a solicitud de don Silvestre Carrillo Massieu, que elevó escrito a la Alcaldía el 4 de agosto de 1914. La autorización municipal fue concedida el día 10 de dicho mes. El interesado acudió al Juzgado para acreditar la posesión en que se hallaba dicha finca urbana; antes había pertenecido a don José Carballo Fernández, declarado incapaz por enajenación mental, por herencia de su padre don Antonio Carballo Fernández, suegro, a su vez, de don Silvestre Carrillo, quien compró todas las acciones de la mentada sociedad.

La Visita del Rey Alfonso XIII al Circo de Marte -en aquel entonces, una gallera- el 3 de abril de 1906 fue cubierta por la prensa con todo lujo de detalles. Se decía que su obra había sido dirigida por Sebastián Arozena y su finalidad, además de las riñas de gallos, estaba orientada a circo ecuestre, salón de baile y local para titiriteros y prestidigitadores. Su aforo podía acoger a más de ochocientas personas y, aunque no estaba aún terminado, se había inaugurado el domingo 5 de marzo de 1871, con cinco peleas de gallos, siendo amenizado el comienzo, intermedios y final por la banda de música «La Lira». Aún sin terminar, la propia prensa decía de este soberbio inmueble: Cuando el Circo de Marte esté terminado, hará honor a este pueblo, al que lo eligió y a los socios que concibieron el proyecto de hacerlo, demostrando lo que el espíritu de asociación puede conseguir.



Teatro Circo de Marte a la izquierda



El catedrático palmero Daranas Ventura nos informaba así mismo de que el Circo de Marte que vio Alfonso XIII no era el mismo que contemplamos en la actualidad, tras la inclusión en 1914 del trapecio exterior, de fachada clasicista, ejecutado por el maestro de obras Eladio Duque Batista. En aquel entonces, tanto en su aspecto interior como en el exterior, tenía forma de un polígono regular de dieciséis lados… Como anécdota, hay constancia de que el Ayuntamiento había enviado un oficio a los herederos de Antonio Carballo, concretamente a Silvestre Carrillo, para que se procediese a fabricar aceras a lo largo de la fachada principal del teatro, en la calle de la Virgen de La Luz.

El Diario de Avisos (1906) decía: Al Circo de Marte. En este magnífico edificio tuvo lugar una pelea de gallos que apenas duró tres minutos. Luego una riña de seis. El espectáculo fue del agrado de don Alfonso XIII.

Fabricado el Teatro Circo de Marte, fue el centro cultural y social de la ciudad. En él se celebraron históricas veladas literarias y políticas, y allí también se llevaba a cabo la siempre esperada temporada de bailes que abarcaba desde el día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) hasta la fiesta de Carnaval, actos todos ellos que tuvieron amplia difusión en la prensa de los distintos años.

Siempre se publicaban versos alusivos a las Carnestolendas. Como, por ejemplo, aquí hay unos que aparecieron en el periódico La Palma con motivo de la inauguración de la temporada, en 1875:


Aprestad, bellas palmeras,
vuestros arreos y galas:
tienda el corazón sus alas
del Circo por la extensión;
que allí de solaces puros
se respiran los ambientes,
y coronas esplendentes
ciñe alegre el corazón.



Por cierto, dos meses antes de la regia visita (febrero de 1906) y por iniciativa municipal, se habían celebrado, en el histórico recinto, unos espléndidos bailes públicos en los que el inmueble ofrecía un aspecto deslumbrador por la profusión de luces eléctricas y de artísticos adornos. Daranas Ventura también nos decía en su trabajo sobre la estancia de S.M. en la capital palmera que en este mismo escenario se comenzaría a proyectar haciendo su debut cinematográfico el 29 de abril, unos días después de la real visita, y con una gran concurrencia de público, The Imperial brioscop, que, con un amplio programa, agradó a los asistentes con proyecciones como Alí Babá, Los Luchadores y el Jornal de la Semana. Como anécdota, diremos que nadie podría imaginarse en la Isla que en este mismo recinto se proyectaría dos meses más tarde la película La Boda del Rey y el atentado de SS.MM. al paso por la calle Mayor.

Fueron muchas las veces en las que el recinto sirvió para la celebración de actos de variada índole a fin de recaudar fondos para sociedades benéficas. Un ejemplo de tantos fue el concierto que se llevó a cabo el 16 de diciembre de 1883 a beneficio del Salvamento de Náufragos, compuesto de protectores fundadores, suscriptores y donadores.



Convento de Santa Catalina, convertido en cárcel pública



Las anheladas fiestas de la Bajada de la Virgen de Las Nieves desarrollaron en este bello escenario un numeroso catálogo de representaciones de toda índole: conciertos, bailes, banquetes, zarzuelas, óperas, corales, etc. Apoteósicas e inolvidables veladas para un público extasiado y exigente que cada vez solicitaba más actos, más estrenos, más entretenimientos, consciente y orgulloso de la importancia de sus Fiestas Mayores en honor de la Morenita. Todo ello sin olvidar la puesta en escena de una relación de numerosos actos tradicionales. Ésta constituyó su verdadera razón de ser que hizo que tales celebraciones lustrales fueran conocidas dentro y fuera de las fronteras insulares. No en vano han llegado a ser las fiestas más importantes de Canarias tras los Carnavales.


No se puede desconocer que la sociedad palmera de hoy no es la sociedad palmera de ayer. En el presente, la Muy Noble y Leal Ciudad de Santa Cruz de La Palma cuenta con hermosos edificios que pueden honrar sin desdoro á una capital de primer orden. Las Casas capitulares, la Iglesia del Salvador, el Circo de Marte y otros más, son hermosas joyas que adornan la ciudad capital de la isla de San Miguel de La Palma…

Pedro J. de Las Casas Pestana, 1898



En definitiva, el Teatro Circo de Marte es el resultado de la transformación sufrida por el edificio, que había sido concebido para ser dedicado básicamente a peleas de gallos, cuya primitiva construcción presentaba una tipología arquitectónica afrancesada de finales del siglo pasado, heredando además su nombre de Circo. La construcción de este recinto comenzó en 1871 para dar respuesta a las necesidades espaciales que los aficionados al mundo de las peleas de gallos demandaban en la capital palmera, y con la intención de convertirlo en una sala que diera oportunidad a otros divertimentos y espectáculos, como el maravilloso circo.


Comentarios
Lunes, 08 de Diciembre de 2008 a las 09:42 am - Diario de Avisos, 08.12.08

#13 El grupo popular consiguió, con felicitación de los nacionalistas incluida, sacar adelante su propuesta para que el Cabildo inste al Gobierno de Canarias a patrocinar la actividad del Teatro Circo de Marte, equiparando así a la isla de La Palma a las capitales de provincia, que anualmente reciben fondos que oscilan entre los 420.000 y los 250.000 euros para garantizar espectáculos culturales de primer orden.

La propuesta va más allá, y también el Cabildo palmero asignará una partida presupuestaria para financiar la actividad cultural de este emblemático inmueble, abierto al público después de 21 años privado de actividad cultural.

El consejero proponente, Carlos Cabrera, subrayó que \"este Teatro es, en estos momentos, el recinto más dotado y mejor preparado de nuestra isla\" por lo que \"se debe explotar adecuadamente para que sea un verdadero recinto de la cultura para todos los palmeros\". Subraya Cabrera que en Canarias, estos espacios para la cultura se han situado en las islas capitalinas, mientras que las periféricas \"se convierten en islas menores, con indebidas justificaciones variopintas\", por lo que reclamó una mayor conciencia de la Administración en el reparto de los dineros públicos destinados a la promoción cultural y conseguir que \"un tinerfeño o un grancanario vengan a la Palma a ver un espectáculo como muchos palmeros han tenido que hacer\". El Partido Socialista, que apoyó sin fisuras la iniciativa popular, sí dejó sobre la mesa el hecho que \"a la hora del reparto de dinero, a La Palma siempre nos toca la peor parte, con lo que nos parecería estupendo que el Gobierno de Canarias recogiera el testigo\".

Cabrera recordó en su defensa de la moción la viabilidad del patrocinio del Ejecutivo canario y del Cabildo subrayando que el Gobierno de Canarias en el ejercicio 2008, pero también en anteriores presupuestos económicos, destinó 420.708 euros a cada auditorio de las islas capitales de provincia, mientras que para el ejercicio económico del próximo año prevé destinar, a cada uno de ellos, la cantidad de 230.731 euros, además de los patrocinios individuales que prestan para eventos concretos.

Cabrera coincidió con los nacionalistas y los socialistas a la hora de reclamar un trato de igualdad en materia cultural para la isla de La Palma. El PP confía en que, tras la moción aprobada por el pleno, el Gobierno de Canarias tenga la sensibilidad de patrocinar los actos culturales del Teatro Circo de Marte. Cabrera recuerda el importante papel que jugará el Auditorio insular, en Los Llanos de Aridane, para el que también se pedirán fondos públicos de las arcas regionales y hacer un esfuerzo común por la potenciación de la cultura en la Isla.

Miércoles, 12 de Noviembre de 2008 a las 23:19 pm - pacopepero

#12 ¿No había otro señor en el Circo, mayor que los ya citados, que se llamaba D. Guillermo? Lo que no se es su apellido. Tenía unas cejas muy abundantes y no era muy alto. Siempre usaba corbata. ¿Algún lector lo recuerda? Con vida quedan, salvo error, Dacar y Sabá, los demás, por ley de vida, se marcharon para siempre.

Miércoles, 12 de Noviembre de 2008 a las 22:45 pm - Carla D.

#11 Vengo del Teatro de oír fado portugués. impresionante

Lunes, 10 de Noviembre de 2008 a las 11:44 am - José G. Rodríguez Escudero

#10 Estimados amigos. Muchas gracias por los comentarios. Gracias, Reme, Alejandro, Pedro... no tengo palabras para agradecerlos. Un abrazo enorme

Domingo, 09 de Noviembre de 2008 a las 20:52 pm - Alberto

#09 Recordando a Nazario me viene a la memoria otra anécdota . El Circo tenía un taquillero que usaba “sonotone” pues padecía una lamentable sordera que le impedía oír con normalidad: “una para gallinero” o una para “platea” o “galería” o “butacas”. Conocedores de este padecimiento algún que otro bromista le pedía las entradas moviendo solo los labios pero sin emitir voz alguna. Al no oírlo, el educado señor de la ventanilla creía que su sonotone estaba apagado o con el volumen bajo lo que le obligaba a retirarlo de su oreja y manipularlo para corregirlo. Cuando volvía a colocarlo en su oreja, repetía, con su cortesía habitual, la pregunta. El irónico guasón reiteraba la malintencionada pillería de mover solo los labios. El taquillero volvía a corregir su audífono elevando al máximo la ruedecita del volumen. Entonces le respondían con voz normal. Seguramente sentía como un bombazo en sus delicados oídos ya que rápidamente se quitaba el aparatito. No lo hacían por crueldad ni para burlarse de su defecto. Era una broma, nada cariñosa desde luego, pero sin ánimo alguno de ofender.

Domingo, 09 de Noviembre de 2008 a las 12:30 pm - Doris

#08 ¡¡ah!! jaja . Por supuesto que me acuerdo. A veces tengo lagunas, pero, de repente, me ha venido todo esto que cuenta pacopepero... ¡qué recuerdos! Gracias, me he emocionado... son tantos recuerdos y ése lo tenía extraviado

Domingo, 09 de Noviembre de 2008 a las 11:37 am - pacopepero

#07 Interpreto perfectamente la frase de Canac. Nazario, trabajador del Ayuntamiento que mantenía nuestras empedradas calles sin hoyos, era el \"Portero\" del gallinero del Circo. A veces, comenzaba el Nodo y las luces exteriores, las de los pasillos, quedaban encendidas. La claridad que emitían nos impedía ver con la nitidez necesaria la pantalla y entonces se alzaba la voz amigable de un espectador solicitándole a Nazario, su apagado. Es una anécdota cariñosa de este lector que sin duda nada tiene que ver con la interrupción eléctrica de nuestro renovado Circo de Marte.

Domingo, 09 de Noviembre de 2008 a las 10:48 am - pacopepero

#06 Recuerdo al personal laboral del Circo, Nazario, Franco, Segismundo, Dacar, Otilio, Ferraz, Sabá - (Si me falta alguno, por favor, añadirlo). También me acuerdo de D. Heberto y sus hijos gemelos, Galaor y Neldo, excelentes taxidermistas, que gestionaban el bar y la sala de juegos que existía con billares y futbolines. ¿Anécdotas? miles. Si fuese periodista me sentaría con ambos hermanos, hoy jubilados, en el atrio del Ayuntamiento y les pediría que contasen curiosidades de su época que desarrollaría en estas páginas de Bienmesabe para deleite de muchos que, como yo, rondamos los sesenta.

Domingo, 09 de Noviembre de 2008 a las 10:43 am - Doris

#05 Al comentario del Sr o Sra que firma como CanaC. No lo entiendo bien. Si acaban de encender las luces del Teatro, ¿ya quiere apagarlas? los otros comentarios son entendibles y elogiables,pero el suyo...

Domingo, 09 de Noviembre de 2008 a las 00:56 am - CanaC

#04 ¡NAZARIO! ¡APAGA LA LUZ!

Sábado, 08 de Noviembre de 2008 a las 22:22 pm - Pedro

#03 Por más que rebusco en mi gaveta no encuentros las palabras apropiadas para expresarte mi agradecimiento por este hermoso articulo. Las he ido retirando poco a poco y ahora me encuentro que me faltan las apropiadas para felicitarte como yo quisiera. Una tarde de estas, cuando mi escaso tiempo me lo permita, la iré llenando de nuevo para tener una buena despensa y no quedarme sin ellas cuando las necesite. Que hermosos recuerdos de niño y de joven me trae. No veo televisión pero supongo que seguirán poniendo esas novelas que siempre finalizan con una incógnita que se desvelará en el capitulo siguiente. Pues este es el caso. Ahora vamos a estar muchos pendientes del “siguiente capítulo”. Así que no te duermas (no sueles hacerlo y además te he dicho alguna que otra vez que escribes hasta dormido) para seguir disfrutando de esta verídica historia de nuestro querido Teatro Circo de Marte.

Sábado, 08 de Noviembre de 2008 a las 15:15 pm - ALEJANDRO C. MORENO y MARRERO.

#02

Sobresaliente \"Cum Laude\". Sin duda, un artículo delicioso. Muchas felicitaciones, José. Enhorabuena.

Un abrazo.

ALEJANDRO C. MORENO y MARRERO

Sábado, 08 de Noviembre de 2008 a las 07:54 am - Remedios

#01 José, ¡chapeau! Magnífico relato ameno y descriptivo de, como dices, otro de los tesoros de nuestra ciudad. Ha sido algo grande para nuestra Isla recuperar este trozo de historia y de cultura. Felicidades y ya estoy esperando la siguiente parte del artículo. Un abrazo de tu amiga