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Viernes, 05 de Septiembre de 2008
María Victoria Hernández Pérez (Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane y Presidenta de la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias)
Publicado en el número 225
La indumentaria tradicional de la mujer de Los Llanos de Aridane se ha convertido en uno de los más atractivos valores etnográficos de Canarias. Este año se cumple su cincuenta aniversario, que celebra la primera vez en que lo vistió la reina de los festejos de La Patrona. El pasado mes de mayo, la prensa nos sorprendía con la noticia de que el vestido de manto y saya de Los Llanos de Aridane lo lucía la joven elegida Romera Mayor de Santa Cruz de Tenerife. En realidad, aquella versión no corresponde, en rigor, al traje tenido como oficial y asumido por la ciudad aridanense. El mismo debe considerarse una variante tardía (de los años 80 del siglo XX), pero de ninguna manera su original, “la tapada de manto y saya”. La diferencia estriba en que el traje de Los Llanos de Aridane no lleva ni gasa ni sombrero. Con este trabajo que ofrecemos a los estimados amigos y amigas de BienMeSabe queremos aportar un granito de arena a la difusión de nuestros valores patrimoniales etnográficos.
Conocemos dos antecedentes que desembocaron en el
encargo, por parte del Ayuntamiento, de la indumentaria de manto y saya, de
color negro y con destino a que lo luciera anualmente la Reina de
Unos años después, la indumentaria de manto y saya
se oficializa por el Ayuntamiento. En el expediente de mandamiento de pago
número 800, de 9 de agosto de 1958, se determina, en concepto de Créditos que
se reconozcan, satisfacer la cantidad de 3.328,30 pesetas al Sr. Alcalde
Accidental Don Manuel Pérez Acosta, para atender el pago de la adquisición de
los diversos artículos y mano de obra de confección de un traje típico de Los
Llanos de Aridane, según acuerdo de
2.- La tapada y el
manto y saya.
La tapada consiste en utilizar el manto
para envolver cabeza, pecho y rostro de la mujer. Se trata, pues, de una acción
voluntaria para esconder y ocultar la identidad personal bajo el anonimato, en
la mayoría de los casos, no falto de coquetería y embrujo ante el varón. La
diferencia entre la tapada y el manto y saya consiste básicamente en que,
en el primer caso, es necesario un gesto, una acción de ocultar el rostro (tanto
saya como manto de color negro) sin sombrero; en el segundo caso, el rostro va
descubierto, se emplean diferentes colores en el manto y la falda, el primero
se coloca sobre los hombros o la cabeza y, en ambas versiones, no se prescinde
del sombrero. Claramente, esta última es una variante tardía de la primera, si
bien ambas debieron convivir conjuntamente en el siglo XIX.
Existen dos modos de utilizar el manto: a) se concibe como una pieza
separada, ajustada a la cintura por una cinta; y b) consiste en utilizar una
de las tres sayas (hoy falda) a modo de manto, elevándola sobre la cabeza o
los hombros. En
El
traje de mujer de Los Llanos de Aridane se compone de tres piezas principales:
la saya (falda), el manto y la camisa. El manto, al contrario que otras
variantes, va separado y se ajusta de atrás hacia delante con una cinta. La
falda o saya discurre en todo su contorno en anchos pliegues y sin barredera. El manto, en este caso, no es una doble falda. Es pieza
separada con un extremo plegado, muy menudo. Va sujeto con una cinta alrededor
de la cintura (que no se ve a simple vista) y abre espléndidamente en la
espalda a modo de abanico al sujetar el extremo contrario por otra cinta bajo
la nuca y una fina almohadilla sobre la cabeza. Una cinta o cordón negro une
las muñecas con el manto, favoreciendo la elegancia y el despliegue henchido
del manto cuando camina quien lo luce.
Las tres piezas son
de color negro, salvo los puños o puñetas y la gárgola de fino encaje de blonda
que ribetea el escote (en corte bandeja) y la espalda. Como complemento, la
dama viste hermosos pendientes, rosario de oro y un gran abanico. Esta manera de
lucir el manto y saya concuerda (diríamos que con exactitud) con la
descripción del grancanario Domingo J. Navarro Pastrana (1803-1896) de 1895: El
manto era una holgada toca de alepín negro que, menudamente plegada a la
cintura, cubría el medio cuerpo tapando la cabeza, la cara y el pecho. La saya
de la misma tela y color se ajustaba también a la cintura y descendía con
anchos pliegues hasta los pies. Queda claro a partir
de esta descripción que el traje era de color negro, el manto se vestía plegado
desde las caderas, es decir, desde la cintura se subía a la cabeza (tal y como
ocurre con el de Los Llanos de Aridane) e, incluso, la falda con anchos
pliegues. La parte más bella de esta peculiar indumentaria femenina, con rica
seda negra, la constituye el plisado del manto, abierto en forma de abanico a
la espalda de la mujer. Para estudiosos de la indumentaria, el color negro
simboliza la austeridad, el poder y también la muerte.
3.- Iconografía y evolución a lo largo del tiempo.
Esta indumentaria de la mujer (reconocida
también por los nombres de tapada de un ojo, cobijado o encubierta) fue
un atuendo prohibido por varias pragmáticas de los Austrias
y de los Borbones de los años 1590, 1600, 1633 y 1770. Como ha ocurrido con otras tantas
disposiciones regias, éstas no debieron calar muy hondo en
En nuestra opinión,
la llamada tapada corresponde a la mujer que viste manto y saya utilizando
el manto para ocultar su rostro en picarona muestra de coquetería. Es decir,
ambas denominaciones son una misma cosa, aunque con el transcurso de los años
la ancestral tapada del siglo XVI diera lugar al llamado manto y saya
del XIX, centuria en la que se
incorpora el sombrero y el manto se deja caer libremente sobre pecho y hombros,
apreciándose el rostro o, por el contrario, se coloca sobre los hombros. El
sombrero bien pudiera funcionar como sujeción del manto sobre la cabeza o como
mero modismo de la época.
Las láminas del palmero Juan Bautista
Fierro, datadas en 1860, constituyen unas de las primeras muestras gráficas del manto y saya en
4.- Un valor
patrimonial.
Miguel de Cervantes
(1547-1616) hace referencia en El Quijote
(1605) al manto y la saya por boca de Teresa Panza:
¡Mirad qué entonada va la pazpuerca! Ayer no se hartaba de
estirar de un copo de estopa, y iba a misa cubierta la cabeza con la falda de
la saya, en lugar de manto, y ya hoy va con verdugado, con broches y con
entono, como si no la conociésemos.
Observamos en las palabras
de Teresa la descripción con exactitud de la versión más extendida de lo que
hoy en día se entiende por manto y saya
en
También Tirso de Molina
(1547-1616) emplea las argucias y picaresca del vestir del manto y saya en su obra Los
Balcones de Madrid:
[Leonor le pregunta a
Elisa:] ¿Pues no es mejor que ahora vaya
yo en tu nombre, y que encubierta le deslumbre? [Elisa le responde:] ¿Y si te acierta a conocer? ¡Que esta saya
vino a ser causa y materia de la tragedia que oístes! [Leonor responde:] Tu saya y tu manto me viste.
La pluma de Tirso de
Molina, seudónimo del fraile Gabriel de Téllez, describe y da vida literaria al
anonimato que ocultaban manto y saya,
indumentaria que la mujer aprovechaba para sus argucias de amoríos y seducción
al hombre, de modo que encubierta le
deslumbre. Como vemos, el autor emplea otra de las denominaciones populares
que tienen el manto y saya: encubierta.
Por su parte, la escritora
y sindicalista Flora Tristán (1803-1844), de padre peruano y madre francesa, en
su interesantísimo libro Peregrinaciones
de una paria (con prólogo de la autora de 1836), describe minuciosamente la
tapada, con manto y saya, que vestía
la mujer limeña, en Perú. Para F. Tristán, el vestido
… se compone de una falda y de una especie de saco que envuelve los hombros, los brazos y la cabeza y se llama manto. Ya oigo a nuestras elegantes parisienses lanzar exclamaciones sobre la sencillez de este vestido. Pero están muy lejos de pensar en el partido que puede sacar de él la coquetería.
No
conforme con este apunte, la escritora profundiza y detalla esta indumentaria
femenina explicando que para hacer
una saya ordinaria se necesita doce o catorce varas de raso […] Está completamente plisada de arriba a bajo, a pequeños pliegues y con tal regularidad que sería imposible descubrir las costuras. […] El manto está también artísticamente plisado, pero hecho de tela muy delgada no podría durar tanto como la falda, ni el plisado resistir los movimientos continuos de quien lo usa y la humedad de su aliento. Las mujeres de buena sociedad llevan saya de raso negro. Las elegantes tienen, además, otras de colores de fantasía, tales como morado, marrón, verde, azul, rayadas, pero jamás de tonos claros, por la razón de que las mujeres públicas las han adoptado de preferencia. El manto es siempre negro y envuelve el busto por completo. No deja ver sino un ojo.
Por
esa época, las calles de Lima debieron ser un hervidero con la fantasía y la
seducción de las tapadas de fondo.
A su marido en la calle y él no la reconoce,
le intriga con su mirada, le hace gestos, le provoca con frases, entran en gran
conversación, se deja ofrecer helados, frutas, bizcochos, le da una cita, le
deja y en seguida entabla otro diálogo con un oficial que pasa. Puede llevar
tan lejos como quiera esta nueva aventura sin quitarse jamás su manto.
En su obra El Paraíso
en la otra esquina (2003), el escritor peruano Mario Vargas Llosa enfrenta
dos biografías, la de la sindicalista Flora Tristán (1803-1844) y la de su nieto,
el pintor impresionista Paul Gauguin (1848-1903), en busca de un Paraíso. Para la primera se encuentra en
una sociedad igualitaria y para el segundo en el mundo auténtico y primitivo
(Tahití).
Vargas Llosa hace referencias continuas a la obra de Flora
Tristán Peregrinaciones de una paria,
en la que, según acabamos de ver, la escritora dedica un detallado relato a las
tapadas limeñas. El escritor peruano —nacido en 1936— aprovecha esta peculiar
indumentaria limeña para «vestir» a Aline Gauguin como dama
peruana que envolvía su cuerpo con una gran mantilla a la manera de las tapadas limeñas, se cubría con ella la cabeza y
media cara, dejando descubierto uno solo de sus ojos.
En el capítulo titulado «La batalla de Cangallo», Vargas
Llosa vuelve a la obra de Flora Tristán; esta vez de manera más detallada y
novelando el relato de las tapadas limeñas de la escritora. Para el escritor
peruano, a la sindicalista lo que más la
impresionó fueron las limeñas de la buena sociedad, aunque
parecían ciegas y
sordas a la miseria que las rodeaba, esas calles llenas de mendigos e indios
descalzos que, en cuclillas e inmóviles, parecían esperar la muerte, ante los
que lucían sus regencias y riquezas sin el menor embarazo. ¡Pero de qué
libertad gozaban! En Francia, hubiera sido inconcebible. Vestidas con el atuendo
típico de Lima, el más astuto e insinuante que se podía inventar, el de las «tapadas», que constaba de la «saya», una estrecha falda y un manto que, como un
saco, envolvía hombros, brazos, cabeza y dibujaba las formas de una manera
delicada y cubría tres cuartas partes de la cara, dejando al descubierto sólo
un ojo, las limeñas, vestidas así —disfrazadas así—, a la vez que fingían ser todas bellas y misteriosas, también se
volvían invisibles. Nadie podía reconocerlas —empezando por sus maridos,
según jactarse Flora— y eso les inspiraba
una audacia inusitada. Salían solas a la calle —aunque seguidas a distancia
por una esclava— y les encantaba dar
sorpresas o burlarse con picardías de los conocidos a quienes cruzaban en la
calzada, que no podían identificar.
Como puede apreciarse, Vargas Llosa utiliza la obra de
Flora Tristán para describir la libertad de la que gozaban las mujeres limeñas
con la indumentaria del gesto de taparse la cara con el manto a principios
del siglo xix en Perú. Son esclarecedores estos relatos, que vienen a
decirnos que el manto de la tapada era una pieza separada de la saya (falda),
en ningún caso doble falda, tal y como es la indumentaria de la mujer
aridanense.
Los Llanos de Aridane
conserva en su indumentaria de manto y saya o tapada un legado patrimonial único en Canarias de indudable
valor etnográfico, refrendado por las más destacadas plumas de la literatura
universal desde hace siglos. Conservar el patrimonio
etnográfico de la indumentaria es una de los apartados que preocupa a un
numeroso grupo de especialistas canarios; lamentablemente, las diferencias
marcadas y rotundas de la tapada de manto y saya de Los Llanos de Aridane no han
sido abordadas y estudiadas en profundidad en la diferentes monografías
publicadas.
En conclusión: Lo que queda claro es que la
indumentaria de manto y saya oficial de Los Llanos de Aridane (de color
negro, sin sombrero, sin gasa, sin corpiño y con manto separado, no doble
falda) conforma el más antiguo testimonio conservado en la actualidad de la
auténtica tapada canaria vistiendo manto y saya.
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Tristán, Flora. Peregrinaciones de una
paria. Barcelona: Terra Incógnita, 2003.
Vargas Llosa, Mario. El Paraíso en la otra
esquina. Madrid: Alfaguara, 2003.
10. Archivos
consultados.
Archivo particular de José Antonio Pérez
Cruz (Las Palmas de Gran Canaria).
Archivo particular de Jesús Pérez Morera (
Archivo particular de Arsilda Sosa Hernández
(Los Llanos de Aridane).
Archivo particular de María Victoria
Hernández (Los Llanos de Aridane).
Archivo particular María Remedios Gómez (
Archivo particular de Mary Lulia Fernández
Rodríguez (Los Llanos de Aridane).
Archivo Parroquial de Los Llanos de Aridane.
Archivo Municipal de Los Llanos de Aridane.
Archivo Municipal de Santa Cruz de
Archivo General de
Archivo Documental y Ropero de Casa Canaria
(Madrid).
#19 wa k wuenaso se pasaron tu ya sabes
#18 me parecio bonito claro estupendo y hermoso encantador feliz
#17 esta bien que scriban sobre antiguedades asi aprendemos mas
#16 Vicky, tienes que darme la descripción exacta del traje. tengo que hacer uno en pequeñito y quiero todos los detalles. Nos vemos donde tu sabes
#15 está muy bien el articulo espero que hagan más de vestimentas particulares com el zamarrón, la montera etc...
#14 No se pierda el norte de los comentarios, que tienen que ver con el contenido de la vestimenta de manto y saya.
Gracias.
#13 Para D. Manolo Acosta Gonzalez
No en tiendo a que viene hablar de Carlos IV de Alemania, no usemos la Historia de forma subjetiva, porque la Historia es una CIENCIA SOCIAL y no es tan fácil de manipular, LA BULA DE ORO es cierto que recogia la leyes, la moral y la ética, para el SACRO IMPERIO GERMÁNICO, pero dicha Bula fue corregida y en parte redactada por el PAPA CLEMENTE VI, porque para su información las Bulas son documentos que por lo general son redactados y promulgados por el clero secular, bueno un saludo espero seguir hablando pronto con usted.
#12
Para el amigo:OTHAR.
Tienes razón, que por un previo pagode un dinerito,se te autorizaba a
que pudieras comer CARNE en ciertos días de la CUARESMA catolica,pe-
ro yo fuí más allá que tambien se utiliza como decretos y normas morales.
Puestos a culturizarnos,te pongo como ejemplo.Ordenanzas promulga-
das por Carlos IV,emperador germánico. Durante mucho tiempo fué la
ley fundamental del imperio.
Amigo,la verdad está en muchas partes y cada cual puede aportar lo
que estime conveniente,para enriqueser el mensaje que nos ha man-
dado Maria Victoria con este trabajo tan lleno de amor y mucho cariño
Un saludo para todos los que estamos colavorando en esta página.....
M.A.G...
#11 Hola Mª Victoria, enhorabuena por tu interesante artículo. Textos fundamentados como el tuyo dignifican esta página y dan pie a discusiones siempre enriquecedoras. Aunque el estudio del ‘manto’ es muy amplio y diverso (como término y como prenda), me gustaría comentarte algunos aspectos:
-Considero que las tapadas tanto en Canarias como en la Península son eso ‘tapadas’, bien sea con manto, basquiña, enagua, mantilla, blonda, capa, toca, gasa, .... y no exclusivamente de manto y saya (C. Bernis y A. Diston).
-No acabo de comprender la forma del manto de Los Llanos. Tampoco comprendo cómo es su colocación (la fotografía de espaldas no me ayuda a entenderlo). Me gustaría que me aclararas estos dos aspectos un poco más si es posible.
-No conozco el motivo que te insta a considerar que manto de Los Llanos es más antiguo que el otro manto (el de forma similar a una saya -o falda-). Al igual que el manto de Los Llanos, el manto en forma de falda es también una prenda separada de la saya. Considero que estas dos prendas nunca han estado unidas en su hechura; otra cosa es que con el tiempo pasaran a usarse juntas y configuraran el vestido que en Canarias se llamó de ‘manto y saya’, sobre todo a partir del XVIII (R Reguera).
-En una de tus respuestas dices que el manto sólo se conservó en La Palma y desapareció del resto de las Islas. Supongo que te referirás e este manto de Los Llanos, pues hasta bien entrado el siglo XIX (como mínimo) el manto fue conocido y usado en casi todas las Islas (por no decir en todas).
Por si puede servir de comparación, este manto de Los Llanos mantiene algunas analogías con las formas de los dos últimos tipos de mantos utilizados en Lanzarote: 1º (a finales del XIX) un largo rectángulo de tela fruncida en su parte superior que va unida a una pretina que acaba en dos cintas que se atan a la cintura (es como una saya, pero abierta por delante de arriba a abajo y atada a la cintura con dos cintas); 2º (durante la 1º mitad del XX) un largo rectángulo de tela sin fruncir que se coloca sobre la cabeza en su parte central y sus extremos se cogen con los brazos o sus puntas se llevan a las muñecas (R Reguera).
Bueno, el uso histórico del manto en España y Canarias da mucho de sí y quizás mi comentario intenta profundizar demasiado, cuando quizás estos medios no son un camino muy viable para ello. Te lo indico porque si ves que las respuestas a mis preguntas pueden hacerse tediosas por estos medios, lo dejemos para otra ocasión.
Te reitero mi enhorabuena por el artículo y aprovecho para volver a agradecerte tu colaboración en mi publicación. Espero tener la grata oportunidad de volver a leer otro artículo tuyo en esta revista.
Un abrazo, Ricardo Reguera.
#10 Efectivamente, aquí se trata de dar un protagonismo a algo que existía en cualquier otro lugar de nuestras islas. Entiendo que es difícil a un pueblo relativamente joven buscar su historia y presentarla a otros. De todas formas, alabo la forma de tratar estos asuntos, pero son siempre verdades relativas y no se debe de ser tan tajante en las aseveraciones. La documentación presentada deja muchísimas lagunas y no se puede hablar de que fuera exclusivo de esta zona, sino que era objeto de vestimenta para resguardarse del frio, de fiesta o de protección e intimidad. Gracias
#09 Hola a todos, \"las bulas\" que yo sepa las bulas no era el pago de tributos a la Iglesia o me equivoco?, por otra parte no solamente intervino la Iglesia Don Manuel, también hay un Real Decreto de Carlos III ( el Ilutrado) que prohibió su uso en las Islas, está claro que este tipo de vestimenta se usó en todas las Islas, o por lo menos yo lo entiendo así, Un saludo.
#08
Si se me permite la apreciación personal, solamente quería añadir que este artículo de María Victoria Hernández -como todos y cada uno de sus trabajos de investigación histórica- es sencillamente magnífico. Delicioso. Muchas felicitaciones. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
ALEJANDRO C. MORENO y MARRERO.
Santa María de Guía (Gran Canaria).
#07 Hola.
Me deleité con tu articulo en \"Crónicas Canarias\" y en realidad me pareció uno de los más apetecibles de todos los muy interesantes que encontramos en los dos tomos. Vemos una gran coherencia y objetividad, asi como una manera exquisita de tratar todas las fuentes de documentación, de las que se ha valido para hacer tan interesantisimo capitulo. Muy bien la bibliografia y archivos de los que se ha servido, pues ya tenemos referencias para acercarnos a temas que nos puedan interesar. He seguido su trabajo de cerca intentando conseguir todos sus libros publicados, que tienen un lugar especial en mi biblioteca.
El que haya gente que intente infravalorar y criticar sin conocimientos su trabajo, es muy corriente en este territorio de envidias y frustraciones donde hay bastante oportunista polulando. Después, dandose cuenta del ridiculo que hicienron, intenta disculparse de una forma que meten más aun la pata. Vamos al dicho de \"Por sus obras los conoceremos\", para ver el cangrejo y las muelas que tiene.
Me atrevo a pedirte, que dada la poca posibilidad de encontrar libros de sus trabajos, ya que no los hay en plaza, que nos obsequie en esta página de Bienmesabe con artículos o resumenes de los mismos. quedariamos muy agradecidos.
sin más me despido de ti desde mi jardin de \"capas de la reina\"
#06 PARA MARÍA VICTORIA; CON TODO RESPETO Y CARIÑO.....
Por favor no me trates de usted: Dios me libre de entrar en debates
lo que te comenté de las entromisiones del clero en los vestido de las
señoras,es algo que no tiene perdón,como se notaba que no tenian
mucho que hacer; me vino a la memoria una copla que nos biene al pelo (Con los curas a obcuras. Tu no te quedes. Que aunque lleban -
las naguas no son mujeres.)
Ya que nombraste las galas de Santa Cruz,te he de confesar que no
hay por donde agarrar tremendo disparate donde aparesen cada año
diseños novicimos,llenos de cromatismos decorados con multiples
perifollos y no te puedes imaginar cuando le ponen el siglo a que per-
tenese, y lo más sorprendente es que en el jurado siempre está,el
técnico y especialista en vestimenta dejando pasar carretas y carretas
y carretones,sin el menor pudor y no ha dado recomendaciones propias a las comisiones de fiestas, para que de algúna manera se
penalice a los que cometen tales desmanes...
Yo tambien estoy en la lucha de sacar para adelante todas las cosas
de laVESTIMENTA TRADICIONAL DE NUESTRA COMUNIDAD,procurando
de hacerlo lo mejor posible con los conocimientos que me da mi oficio
de Sastre,y las tecnica \"del librito de viejo Maestro\".Segiremos adelant
te\" y que salga el sol por Antequera....
Un fuerte abrazo desde Tenerife: Manuel.A.G....
#05 Para Manuel Acosta:
El \"relincho\"va dedicado especialmente a quienes con doctas e interesadas monografias o talleres pretenden, sin lograrlo, hacer y descubrir lo que ya estaba descubierto y lo peor ¡¡inventar!!. Le hacen un flaco favor a la indumentaria canaria. Este trabajo es un extracto, de muy pocos folios, de su original que publiqué en \"Crónicas de Canarias\" editado por la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias nº 2 (2006). Le recomiendo su lectura. Comparto con usted la referencias a las estampas de tapadas con manto y saya en otros lugares, evidentemente mi propuesta no es una \"tesis doctoral\" aunque hay material para ello.
Lo más importante, a mi entender, es que esta indumentaria corresponde a una \"moda\" universal y que por suerte quedó viva en La Palma, desapareció en las otras islas y ahora se recupera.
Respecto a la fotogarfia del muchacho, reconociendo no corresponde a su talla, es meramente informativa y dejémelos ahí... El uso de otras reproducciones canarias, además de los textos históricos descriptivos, son la mejor fuente que podemos tener y de ninguna de las maneras las recreaciones y las propuetas tardias. Por ejemplo, la que vistió la señorita Romera Mayor de Santa Cruz de Tenerife. Admito que es una \"nova\" interpretación, pero, nunca su original.
Dicho esto, le doy las gracias por abrir debate.
Al \"palmero orgulloso\" mi agradecimiento y comparto ese mismo sentimiento, por ser palmera y canaria.
#04 No sabe como me ha alegrado leer este artículo.
Lo que esta claro es que no se puede ir por la vida creyendo que se tiene la absoluta verdad de las cosas, descalificando además y poniendo en duda tradiciones y aspectos de nuestro acervo cultural y me parece que en este mundo de la vestimenta tradicional esto que afirmo abunda con una total desfachatez y falta de respeto a los demás, a veces da la sensación de que tenemos en esta tierra más que investigadores y \"expertos\", a unos emperadores de Roma que nos persiguen con sus látigos. Usted ha presentado una excelente trabajo de investigación, desde mi total ignorancia y parecer, muy bien documentado, pero lo más importante de todo es que nos demuestra que: primero, no puede haber nadie que se crea con derecho de \"poner las cosas en su sitio\" y segundo, que existen muchas personas interesadas en estos temas que alejadas de un afan de protagonismo tienen mucho que decir y que no son tontas como parece se piensa. En hora buena
#03 Dicha sea la verdad,Maria Victoria no entiendo el relincho de (duela
quien duela) lo dicho ,dicho está;
EL ARTICULO es muy bueno pero hay mucho mas que decir sobre este
tema de las TAPADAS, hace un tiempo atrás encontré en una revista de costumbrimo que citaba este tema y las prohibisiones del huso que
las mujeres fuern tapadas a la Catedral y las iglesias catolicas,en las
funciones religiosas;como la Misa.
En un viaje que hice a Madrid pasé por el museo municipal donde pude ver un cuadro de grandes dimenciones pintado al oleo,con una
represetacion de varias damas vestidas de manto y saya,por fuera
de el pórtico de una iglesia. Supongo que este tema como muchos otros fué manipulado por el clero y me atrevo a decir que incluso
fueron tajantes con BULAS PONTIFICIAS.
Cuando pongas fotos cuida un poco la vestimenta del pobre muchacho
que está de espaldas,que me dió mucha pena de com le quedaba la
chaquetilla \"chupa\" y no digamos el pantalón.
Mi opinion en este caso es como sastre...si más títulos añadidos pero
estoy notando que se recurre a la documentacion de dibujos y grabados, sin el menor pudor por ser un recurso fácil y no veo por
nigún lado recreaciones realizadas por alguien en la actualidad, que
es donde están las carencias de tanto y tanto artículo que nos de la
guia de como confeccionar esta prendas ,tan determinantes en la
vestimenta de La Palma,CANARIAS,y de otros lugares del mundo mundial, com se suele decir.
María Victoria: Hay que ir siempre adelante,que es donde vive gente..
Un fuerte abrazo desde Tenerife: Manolo.A.G.......
#02 Escriba aquí el comentario
Gracias Teno. Que el comentario venga de un gran especialsita como eres, reconocido por todos, me da fuerza para continuar. Este articulo lo he trabajado mucho... y veo que lo apruebas. Podía ser criticado y abrir debate (por cierto, seguro que fructífero). Habrá algunos que no estarán de acuerdo,pero realmente han pasado de puntillas por la indumentaria de mi municipio. Reitero la tapada de manto y saya de Los Llanos de Aridane es: de color negro, dos piezas separadas, y sin gaza ni sombrero, duela a quien duela. María Victoria Hernández
#01 Gracias Viky por tan estupendo artículo. Es como una luz que disipa las tinieblas de tanta mediocridad a que estamos siendo sometidos. Un riguroso estudio pormenorizado, donde te centras en Los Llano de Aridane, sin dejar de lado la universalidad de esta vestimenta femenina, pieza imprescindible tanto en los dotes de casada como en los de novicias al entrar a los conventos. Solidificas la base de tu estudio con las descripciones de viajeros y estudiosos. Noto en la descripción de Baudin, que llama blusa a lo que en su descripción es un justillo, cuyo color puede ser acertado, dada la amplia gama de los mismos para confeccionar esta prenda.
El manto y saya podría considerarse dentro de la vestimenta tradicional femenina en Canarias como el representativo de la mujer del archipielago, dada su proliferación en todas las islas. Si como apuntan diferentes autores la mujer comenzaba a utilizarlo a partir de los nueve o diez años. Se convierte en algo más espiritual y obligatorio que valioso. Usado para paseo, fiestas, misa, otras actividades religiosas, cancaneo de las más atrevidas y como moneda de cambio en diversos trueque de esta vestimenta por otras prendas, tanto femeninas como masculinas, como hemos visto en diversos legajos, sobre todo en el reparto de las herencias. ...\"El manto para mi hija Engracia y la saya para mi otra hija Maria del Pino. Esto con el manto y saya nuevo de mi uso. El otro manto y saya que adquirí en mi matrimonio sea vendido y la mitad del dinero para mi hijo Nicolás, y la otra mitad para misas por mi alma en la iglesia del Señor San Francisco\"... Esto sucedía en 1797
En fin Viky una delicia como todo lo que escribes, donde se nota un gran estudio del tema y fuentes documentales.
Por favor repite otros artículos en esta revista de Bienmesabe, pués asi enriqueces la página.
Felicidades y salud.