Un equipo de profesionales en trabajos verticales y especialistas en biodiversidad ha hecho posible recuperar un valioso material genético.
El Cabildo de Fuerteventura ha contratado los servicios puntuales de un equipo de profesionales en trabajos verticales, especialistas en recuperación de biodiversidad, que realizará durante los próximos meses una serie de descensos en diversos montes de la Isla con el objetivo de rescatar el material genético de distintas especies vegetales autóctonas, muchas de ellas en riesgo de desaparición en territorio insular, que se encuentran ubicadas en puntos de muy difícil acceso.
Comenzaban estos trabajos en el Macizo de Jandía, donde este equipo, coordinado por técnicos de la Consejería insular de Medio Ambiente, consiguió obtener, mediante la técnica de rápel, diversas muestras vegetales de algunos de los escasos ejemplares de lentisco, peralillo africano, zarza o adelfa de Jandía que aún sobreviven en estado silvestre en la Isla, y que suponen el último reducto de bosque termófilo, laurisilva y monterverde que existía en Fuerteventura hace cientos de años.
Esta acción forma parte de un plan general destinado a estudiar la viabilidad de reintroducción de endemismos vegetales en sus zonas originarias, y que el Cabildo ponía en marcha hace tres años, en colaboración con otras administraciones locales y regionales, en el Macizo de Jandía. La gran mayoría de los 150 ejemplares de especies endémicas y autóctonas que fueron plantados entonces en el interior de un vallado perimetral de 10.000 metros cuadrados en lo más alto del macizo, a 807 metros de altitud, evoluciona favorablemente, “lo que por el momento nos hace aventurar que el proyecto es viable y que es necesario continuar en esta línea para tratar de recuperar lo que en otra época fue la cubierta vegetal húmeda más al sur de toda Europa”, declaró la consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Natalia Évora.
Del alrededor de medio centenar de ramas recuperadas en la operación, seleccionadas in situ por su potencialidad de reproducción, se podrán producir en torno a un millar de esquejes en una fase posterior, que se llevará a cabo en los viveros que tiene el Cabildo en la Estación Biológica de La Oliva. El objetivo es tratar de favorecer la reproducción controlada de estas especies en los viveros, de modo que a posteriori puedan ser utilizadas en acciones de repoblación y reforestación en distintas zonas de la Isla.
Según explicaron los técnicos de la Corporación responsables de esta acción, una de de las premisas básicas de esta operación es conseguir muestras del mayor número de ejemplares posible, ya que “cada esqueje se convierte en un clon de la planta original, una réplica genéticamente idéntica que es necesario mezclar con otros ejemplares para su correcta reproducción. Localizar y reproducir el mayor número de especimenes posible en su estado natural es crucial para que luego, en la fase de repoblación, exista una variedad genética que garantice su pervivencia”.
Los principales reductos de bosque termófilo y laurisilva de Fuerteventura se encuentran en los macizos de Betancuria y Pájara. La Consejería de Medio Ambiente del Cabildo lleva alrededor de una década trabajando en torno a la recuperación de la flora autóctona y endémica de Fuerteventura, que se había venido mermando desde la época de la conquista debido a su utilización como combustible para el ser humano, agravando esta situación la presencia constante del ganado que impide el crecimiento de los brotes más jóvenes.
Los resultados que ha venido obteniendo el Cabildo desde que comenzara a trabajar en materia de reproducción botánica controlada en viveros y en su posterior ubicación mediante tareas de repoblación, han ido mejorando a lo largo de los últimos 10 años, de tal manera que, del porcentaje de entre el 10% y el 20% de supervivencia inicial, en los últimas experiencias se ha conseguido alcanzar un porcentaje de éxito que se sitúa en torno al 80%, gracias principalmente a la adaptación progresiva de las técnicas de reproducción y reforestación a las características de la flora y el medio natural majoreros.
Censos de ejemplares vegetales.
La Consejería de Medio Ambiente del Cabildo tiene censados y localizados muchos de los escasos ejemplares de distintas especies que aún subsisten en su medio natural. En la actualidad existe en todo el territorio insular menos de una decena de especimenes de especies como el mocán (Visnea mocanera), el palo blanco (Picconia excelsa), el marmolán (Sideroxylon marmulano) o el lentisco (Pistacia lentiscos), además de alrededor de una treintena de peralillos (Maytenus canariensis). En su mayoría, han conseguido superar la acción del hombre y el ramoneo del ganado y otras especies silvestres por encontrarse en localizaciones de muy difícil acceso.
Variedades locales de gran valor.
La pervivencia y reproducción de estos ejemplares es tan importante porque, a pesar de localizarse muchas de ellas se también en otras Islas o en África, como es el caso del peralillo africano, que se da también de forma natural en Lanzarote, o el lentisco, que abunda en Gran Canaria, la adaptación durante miles de años al clima majorero de los ejemplares que subsisten en Fuerteventura es una característica imposible de encontrar en otras variedades. Experiencias anteriores de repoblación a partir de especies originarias de otras islas han demostrado su incapacidad de adaptación al clima de la Isla, lo que hace necesarios los esfuerzos para conservar la identidad genética de las especies que aún subsisten en territorio majorero.