Los hermanos Modesto y Donato González González han permitido la subsistencia de uno de los oficios más emblemáticos del Valle, y a pesar de las adversidades, ellos, junto a su otro hermano Nino, han permanecido durante más de cincuenta años ejerciendo de cesteros y tapadores de pajares. Y ellos han dado este oficio de herencia a sus hijos para que no se pierda en el tiempo. Actualmente Donato y Modesto colaboran como maestros tapadores enseñando el oficio a nuevas generaciones. Multitud de pajares del Valle de La Orotava y de otros puntos del Archipiélago han sido restaurados por estos hermanos artesanos. Según las estimaciones familiares, es probable que los hermanos hayan elaborado unas 500 techumbres aproximadamente, una cifra sorprendente que muestra su gran experiencia y dedicación por conservar un oficio tradicional.

Norberto Luis Perdigón es artesano cestero, y también tapador de pajares. Recibió el pasado mes de septiembre el premio de Artesanía y Patrimonio Villa de La Orotava 2009. A sus 78 años se esfuerza aún día a día por mantener vivo su oficio que aprendió cuando era un niño. Este vecino de La Florida, cestero de madera rajada de castañero, de mimbre y caña, expresa su preocupación por la posible pérdida de este oficio. Y, por otro lado, es de resaltar la labor de la quesería situada en Benijos, parte alta del Valle de La Orotava, por hacer posible con su iniciativa sacar adelante y dar continuidad a la tradición ganadera. La quesería trata leche de cabra de casi toda la isla de Tenerife; por el sur abarca hasta Guía de Isora, pasando por Santiago del Teide; y por el norte hasta La Caleta de Interián; discurriendo por San José de los Llanos, El Tanque, etc. Recogen la producción a más de un centenar de ganaderos. En ella trabajan una treintena de personas. Este tipo de empresas, ubicadas en un medio rural, tiene dos importantes consecuencias: de una parte, genera empleo local frenando el éxodo de población hacia zonas turísticas; y de otra, aumenta la calidad de vida de los ganaderos, quienes se limitan a vender la leche, sin tener que elaborar ni comercializar el queso. Con ello se consigue, además, ofertar una mercancía que garantiza las condiciones higiénico-sanitarias contempladas en la reglamentación. Actualmente, estos productos tienen acceso a mercados con grandes exigencias sanitarias y de calidad.

Para La Orotava es un orgullo que ya en los premios Tenerife Rural 2008, que se entregaron el pasado mes de julio, se distinguiera a la Asociación Cultural Pinolere por la mejor “labor de investigación de los valores del mundo rural de Tenerife”. Esta asociación es una entidad privada sin ánimo de lucro que tiene como objetivo prioritario el promover actividades encaminadas a desarrollar, conservar, fomentar y divulgar los oficios tradicionales como expresión viva de la cultura, la tradición, la identidad y el patrimonio de Canarias. Esta candidatura, junto a otras dos, también la presentó el Ayuntamiento villero, tras respaldarla el pleno municipal por unanimidad valorando la propuesta de la Concejalía delegada de Desarrollo Económico Local. Las otras candidaturas que no recibieron distinción eran las de Cecilia Farrais Lorenzo, para la modalidad de “Iniciativa empresarial innovadora y sostenible del medio rural”, dada su trayectoria como cosechera y bodeguera, y regentar una empresa que llega, incluso, a comercializar sus vinos fuera de las fronteras españolas. Y a la Cooperativa “La Candelaria”, en la modalidad de “Conservación del Patrimonio Agrario y de las tradiciones rurales”, debido a que gracias a su actividad se recupera una industria quesera en la zona alta de La Orotava, potenciando a su vez la actividad de ganado caprino, cuya producción de leche absorbe dicha cooperativa. El concejal Domingo Acosta manifiesta su felicitación, como ya hizo en su día a la Asociación Pinolere; pero asegura que para el Ayuntamiento las tres candidaturas son realmente ganadoras por su ejemplar labor en el ámbito rural y agrícola.

Los premios Tenerife Rural, que engloba cinco galardones, valoran, entre otras cosas, la labor de conservación de la biodiversidad, el patrimonio y las tradiciones rurales vinculadas a la actividad agraria. Y, por tanto, tienen como objeto reconocer la trayectoria de aquellas personas o entidades que destacan por su aportación a la conservación de la diversidad agrícola y ganadera, al mantenimiento de las prácticas agrarias tradicionales de alto valor ambiental, por su labor en la recuperación y conservación del patrimonio rural vinculado a la actividad agraria de Tenerife, y al rescate y difusión de nuestras tradiciones. Asimismo también reconocen las iniciativas empresariales innovadoras que contribuyan al desarrollo sostenible del mundo rural de Tenerife.

Los Premios Tenerife Rural son concedidos por el Patronato de la Fundación Tenerife Rural, de conformidad con la propuesta motivada que realice un jurado nombrado al efecto, que valorará los méritos de las candidaturas propuestas. El plazo de presentación de candidaturas culmina a finales de este año, y los premios se entregan a mediados de 2010.