Tenemos que aplaudir el buen gusto que supieron dar a la presentación de su trabajo, con las colaboraciones de Los Majuelos, que supieron poner las notas de las danzas tradicionales canarias; la Agrupación Jonay Mashay, con su coro de niños, que supieron poner la nota divertida de la infancia, que el público allí presente los premió con aplausos.
YACAMBÚ se presentó por primera vez con la danzas venezolanas llenas de simbolismo, los pescadores con las redes, tratando de enamorar a las pescadoras con sus cimbreos amorosos; más tarde el joropo lleno de cromatismo y revoloteo de faldas como si fueran mariposas, el público aplaudió muy animado estos bailes que muchos de los allí presentes los habían disfrutado en las tierras de Bolívar. Muy interesante la procesión que descendió por la escalera de butacas con el santo y las banderas que venían a bailar la promesa, los muchachos vestían con lavitas negras y pañuelos de distintos colores, que determinaban un signo de libertad, parodiando pintados de negro a los señores de las colonias: el canto de las canciones de cuna de las dos orillas con una estampa de ternura con las simbólicas Madres a cada lado del escenario.
Gran recuerdo para José Manuel Ramos, que se entronizó su querido timple en una silla blanca, bajaron las luces dispensándole el aplauso más grande de la noche.
Muchas felicidades, por darnos una noche tan agradable con un trabajo digno de recordar, un fuerte abrazo para todos los que hicieron posible esta realidad...