Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

La quinta muerte de Bartolomé Cairasco de Figueroa (1610-2010): cuatro siglos de vergüenza histórica.

Martes, 12 de Octubre de 2010
José Miguel Perera
Publicado en el número 335

Hoy, 12 de octubre de 2010, cuatro siglos después del día de su testamento y fallecimiento, venimos a celebrar el 400 aniversario de la muerte del primer poeta de nombre conocido de Canarias: Bartolomé Cairasco de Figueroa. Hoy también, 400 años después, su obra más importante, Templo Militante, sigue sin reeditarse.

 

 

Si se tiene en cuenta todo esto, y también que lo que hasta ahora se ha publicado en antologías, extractado del Templo Militante, no representa sino de una manera muy lejana e imperfecta la imagen de nuestro poeta y de su mérito, no dejará de extrañar incluso lo poco que de Cairasco se sabe y se sigue diciendo en la historia literaria. Si no es un desconocido en el verdadero sentido de la palabra, ello se debe sin duda, en primer lugar, a la admiración y casi se puede decir a la veneración que su solo nombre ha suscitado siempre entre los isleños, y al cuidado con que los autores, sus compatriotas, han mantenido su memoria y, por decirlo así, su culto. Pero el hecho es que esta forma de conocerle es tan incompleta como injusta, y que Cairasco no es sólo un objeto de arqueología literaria, sino al mismo tiempo un poeta y un artista; es decir, un autor a quien los historiadores de la literatura tienen el deber de descubrir y de comentar, pero no el derecho de reservárselo para sí.

Alejandro Cioranescu, 1957

 



La buena voluntad, la disposición para con lo nuestro, el acto de ofrecer y rememorar… todo esto es motivo de alabanza; y yo no voy a decir lo contrario. Por eso creo que los actos conmemorativos del IV Centenario de la muerte de Cairasco organizados por el ayuntamiento capitalino de Gran Canaria tienen su mérito, incluso sus impulsos originales y atractivos para hacer llegar una figura histórica fundamental de nuestra coordenada cultural. El problema está en la estructura, en la columna vertebral de la idiosincrasia canaria, descoordinada en su corazón de vida, rumbo a la muerte de los callados. Porque, primero, ¿quiénes, de los que han estudiado literatura en Canarias, saben quién es Cairasco? Segundo: aún sabiendo, ¿quiénes lo han leído? Tercero: aún leyéndolo, ¿quiénes de forma profunda y completa? Y cuarto: el o la que ha intentado profundizar en su literatura, ¿ha encontrado en nuestras librerías y bibliotecas su libro cumbre y más importante, Templo Militante?

 

La respuesta a esta última pregunta merece párrafo aparte: Imposible.

 

Imposible es el sobrenombre de Cairasco, pues no posible hemos querido que sea su existencia en el tiempo. No es Templo Militante, ha sido borrado de la vida y forma parte de los museos muertos. Por eso pensamos que de buena voluntad no se vive ya que el desconocimiento hace que lo que podría ser fiesta resurrectiva de nuestro primer autor, en estos 400 años de muerte, se convierta en un cuerpo de maquillaje hermoso lleno de huecos interiores por la falta de sus principales órganos biológicos. Nadie con dos dedos de frente puede quedar inmune cuando escucha que la gran obra del primer autor de la Literatura Canaria no puede ser consultada en el presente, o lo que es lo mismo, no existe.

 

Hoy, 12 de octubre de 2010, cuatro siglos después del día de su testamento y fallecimiento -según el canario-rumano Alejandro Cioranescu-, venimos a celebrar el 400 aniversario de la muerte del primer poeta de nombre conocido de Canarias: Bartolomé Cairasco de Figueroa, un escritor que tiene su busto, su plaza, su calle… y hasta un instituto con su nombre en la ciudad que lo vio nacer, Las Palmas de Gran Canaria. Fue conocido por aquella época incluso, y así se nos repite, en las largas tierras de las letras de los centros históricos peninsulares; fue alabado como a nadie por el padre canario Viera y Clavijo, y no menos por el cargado humanista decimonónico Graciliano Afonso, que casi lo adornó con aureolas de santo; así como por una amplia lista de nombres de la cultura letrada canaria de esa centuria del XIX. Y en el siglo XX no digamos, especialmente en la segunda parte, con los primeros largos estudios, iniciados tiempo atrás por Elías Zerolo (1897), de María Rosa Alonso y Alejandro Cioranescu, amén de cuantos y tantos hasta llegar a este final de la primera década del XXI, cuando el autor y su obra ya abultan al menos unas cuantas monografías en su honor.

 

Nadie duda en calificar a Cairasco, por múltiples motivos más allá de las fechas, como Padre de la Literatura Canaria; ni siquiera los políticos y organizadores de paso contratados en el momento de la instauración del Día de las Letras Canarias, hace ya unos años, que promovieron otra vez su homenaje y cierta reivindicación de conocimiento del autor, al menos en el papel de las notas de prensa. Nadie lo cuestiona, nadie pone en solfa el atractivo de la figura histórica canaria como clave inaugural de nuestra literatura…

 

Sin embargo, pasa que sin embargo, hay un olor, una peste fuerte y fuerte rodeante, un tufo revuelto en cada alabanza que se le hace al poeta, un negro tizón metido en cada acto, en cada fecha conmemorativa, en cada homenaje a Cairasco de Figueroa. Porque seamos serios y claros: ¿qué cultura o qué literatura no se pelearía por volver a publicar esa obra clave que llevara tanto tiempo sin reeditarse? Es decir, ¿creerían que si hubiese, por poner ejemplos análogos de otras culturas, una obra sin reeditar de Shakespeare o de Petrarca, en Inglaterra o Italia, las editoriales del lugar no se matarían por sacarlas sobre la marcha?

 

Retrato de Cairasco incluido en su Templo Militante

 

 

Pues, para quien no lo sepa, la gran obra -como todo el mundo afirma sin titubeos- del primer escritor de la Literatura Canaria, llamada -como hemos redicho- Templo Militante, no está a disposición de nadie en la actualidad, ni siquiera para cualquier estudioso o especialista de las literaturas del XVI y XVII. De verdad que el tema es sangrante, alienante y vergonzoso. Es como si la llegada de un nuevo centenario, de una nueva celebración utilizando su nombre casi en vano, al menos para mí, se convirtiera en una diferente forma de afrenta al poeta, del que todo dios toma su nombre, pero al que nadie -y todos somos responsables- es capaz de restituir la injusticia histórica que le fue (im)puesta hace ya mucho tiempo: el sambenito de ser, por la gracia de los dioses de la crítica literaria, autor de antologías, y en esto ni Cioranescu se salva.

 

Seminarios, ofrendas florales, exposiciones, tesis doctorales, representaciones teatrales… Tanto y tanto sobre Cairasco y no conocemos qué escribió: ¿no es de risa? Pongamos por caso que, si se publicara (aunque sea en versión digital, que cuesta mucho menos) su voluminosa obra Templo Militante, cuatro siglos después, a lo mejor resulta que la obra del autor -y su figura- nos sería odiosa y desganada, por eso de que es libro de santos y que tiene miles y miles de versos; aunque al menos, a lo sumo al menos, sabríamos de quién estaríamos hablando. Pero así no, así esto sigue siendo una cuestión de fe, como decía ya en los años 30 Juan Manuel Trujillo sobre todas nuestras letras. Ni los beatos ni los culturetas literarios se han decidido de una vez por todas con su magna obra.

 

¡Qué llamativo! ¡Qué triste! Ni siquiera… tan sólo siquiera fuese por el orgullo patrio de fachada de algunos y algunas; tan sólo siquiera por presumir, como politiquillo cultural de paso, de haber publicado la gran obra de nuestro primer poeta; tan sólo siquiera por ponerse el galón, como editorial de Canarias, de ser la que primero volvió a darla a la luz cuatro siglos después… Digo que ni siquiera por esas menudencias de la oficial cosa pública raquítica canaria de la tierra única, de la pastosa educación y sus flirteos dineriles, se ha sido capaz. Porque el reclamo a la responsabilidad histórica, a estas alturas, y después de tanta largura en la sangrada herida de la historia de Cairasco de Figueroa y su obra, volverá a parecer chiste, cosa mínima y superflua, casi acto a contracorriente de una cabezonería que algunos, al menos algunos, como Viera, Afonso o Millares Torres hace mucho tiempo, no estamos dispuestos a abandonar.

 

Sé -un saber que es deseo- que Templo Militante tendrá que reeditarse algún día, pero ya veremos en qué circunstancias, cómo y quién lo hará. Y en ese día, si alguna vez llegáramos a tener los mínimos de conciencia histórica sobreentendidos en una sociedad sana, se nos sonrojará el rostro como verdaderos cómplices de una marginación anunciada ya antes de la muerte del autor, cuando él mismo reclamaba al comienzo de su gran obra sepultada que fuera mirada con ojos no satíricos, cuatro siglos atrás, cuando su sangre todavía palpitaba en 1610, cuando se ponía a rodar el coágulo de un sepulcro que, parece, nunca tendrá fin. 2010 ha vuelto a ser testigo de su perpetuo enterramiento ausente de memoria histórica.

 

 

Comentarios
Lunes, 25 de Octubre de 2010 a las 12:30 pm - José Miguel Perera

#06 Totalmente de acuerdo con usted, Enmanuel.

Saludos, y sigamos en la senda deseada.

Lunes, 25 de Octubre de 2010 a las 11:54 am - Emmanuel

#05 De lo que aqui leo y los foreros escriben no solo puedo decir que estoy deacuerdo si no que ademas me voy a tomar la liabertad de contarles una anecdota.

Hace unos meses una joven, estudiante de bachiller (ESO como lo llaman ahora), me dijo que quien era Benito Perez Galdos (por aquello que esta por toda la ciudad), yo le conteste si conocia los Episodios Nacionales, y me contesto que si eran libros de historia, lo peor y mas gracioso es que la mencionada Chica estudia en el IES Schamann, para el que no conozca el barrio de la ciudad de Las Palmas de mismo nombre que el centro de estudios, dire que en un 99% (por no decir todas y equivocarme) el nombre de sus calles son obras del escritor.

NO es la primera vez que me sorprende un joven y no tan jovenes, con preguntas y respuestas de este tipo, por lo que pensando en lo sucedido con esa chica estudiante de 4º de la ESO (2º de BUP), decidi hacer un experimento.

En la clase de guitarra, timple y pua que imparto tengo alrededor de 18 personas en un margen de edad que van desde los 12 años hasta los 65 (mas o menos la mitad de 30 para abajo y la otra mitad hacia los 65), y decidi preguntar si sabian quienes eran una serie de personajes de la vida cultural canaria, algunos activos aun y otros ya desaparecidos, por no decir historicos.

Pregunte por los actuales, pregunte por Damaso, Felix Hormiga, Pepa Aurora, Falcon Sanbria, curiosamente todos conocian a Damaso, no por su obra, si no por el personaje que es en si (alguno tritemente por su tendensia sexual), de Hormiga, Sanabria y Aurora ni idea, me sorprendi que concian a Alverto Vazquez Figueroa, pero mas se sorprendieron ellos al saber que era canario, cuando pregunte por mi amigo y mentor Blas Sanchez los jovenes ni idea y los mayores comentaron "...si ese es uno que invento una guitarra asi con muchas cuerdas no...", pero la realidad es que nadie era capaz de darme un nombre de una obra, una compocision, nada, ninguna referencia de por que eran concidos ninguno de ellos.

Mas me asuste cuando preguta por Cairasco, Pancho guerra, Nicolas Estevanez, Rafael Mesa Lopez o Alonso Quesada, de los jovenes que eran calles de la ciudad y alguna dijo que Alonso Quesada era un poeta "..o algo asi..", pero que lo sabia por que estudiaba en el instituto que lleva su nombre, los mayores hubo una que me pregunto si se habian arreglado los chalets de la calle Pancho Guerra...de risa.

Pues no¡¡¡, es muy triste que en los colegios e institutos releguen a un segundo plano a nuestro eruditos, que las instituciones dejen que se olvide de esta manera tan vil a los que fueron y no promueba a los que son, que nuestra juventud no sepa malo pero que nuestros contemporaneos y mayores tampoco, mas malo todavia.

Desde aqui propongo una idea, ya sea a nuestro consisitorio o a las AAVV, por que bajo el nombre de las calles, en una de las puntas de estas, ponemos cartelitos para que la gente sepa quien es quien, por que desde las instituciones canarias y centros escolares promueben actos donde los jovenes participen de forma gratuita y vean, escuchen y lean a nuestros artistas.

El pueblo que olvida su historia esta condenado a repetirla...ellos fueron y son nuestra historia, ellos nos representaran en esos libros de historia que parecen condenados a estar llenos de polvo, luego le diremos a nuestros niños que tienen que estudiar y leer mucho, pero nosotros que hemos hecho?

En mi opinion no creo que la verguenza de este pueblo sea solo olvidar a D. Bartolomé Cairasco de Figueroa, si no olvidar todo aquello que es nuestro, este gran literato es solo una victima mas de nuestra inconciencia de lo que se hace con nuestra cultura y todos somos complices de este crimen a la historia y a la cultura.

Un Saludo y gracias por el espacio.

Domingo, 24 de Octubre de 2010 a las 07:03 am - José Miguel Perera

#04 Querido Víctor,

es una grata alegría todo lo que cuentas, y más que desde el ámbito universitario se promuevan este tipo de cosas en relación con Cairasco. Me parece muy oportuno volver a sacar a la luz, al menos eso, la biografía hecha por Cioranescu, así como los otros actos que me cuentas. Veré con mucho interés esa exposición.

(Sin embargo, insisto, la deuda con nuestro autor sigue pendiente).

Sí, pocos días después supe de ese apartado de google, y por supuesto que facilita el acceso de todas y todas a la obra; sobre todo a especialistas. Aunque a mí me continúa pareciendo vergonzoso que no haya una nueva edición impresa desde hace cuatro siglos; porque se habla de la del XIX (mira tú, siglo y medio ya, y esa nadie puede consultarla si no va al Museo Canario, mientras siga abierto...), pero es que la del XIX tampoco fue completa.

Sea como sea, bienvenidas las actividades, más que nada para conocer a este autor interesantísima, fundamental y necesario; y así, quizás, se vayan abriendo más los ojos de la consciencia.

Sólo una pregunta: ¿la retrasmisión en directo por internet es en la portada misma de la web de la biblioteca, o hay que ir a algún apartado concreto?

Muchas gracias por la información y la labor.

Sábado, 23 de Octubre de 2010 a las 23:07 pm - Víctor Macías

#03 Estimado José Miguel,

enhorabuena por el artículo. Cualquier vindicación de Cairasco es positiva en cualquier sentido que venga. Quería decirte también que la Biblioteca General de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria inaugura el próximo lunes 25 de octubre una exposición documental de y sobre Cairasco que durará hasta el 15 de diciembre, coeditará por vez primera en forma de libro la pormenorizada biografía de Cairasco hecha por Alejandro Cioranescu en 1957 y dedicará el próximo martes 26 el Día Internacional de La Biblioteca a las 10:00 hrs. a un acto académico dedicado a Cairasco que será retransmitido en directo por Internet. Más información en: http://biblioteca.ulpgc.es

Sin embargo, lo más importante que tenemos previsto llevar a cabo es la creación de un portal web exclusivo dedicado a Cairasco (dentro de la Memoria digital de Canarias (mdC) http://mdc.ulpgc.es) que reunirá toda la obra que podamos compilar de Cairasco y e investigaciones sobre Cairasco, además de material multimedia en audio y vídeo, para su difusión a nivel nacional e internacional. Este portal se presentará el próximo mes de diciembre como regalo de Navidad para todos los que creemos en la universalidad de la cultura canaria. Por supuesto en el mismo estará "Templo militante", del que también expondremos un ejemplar original de la edición de Valladolid (1603) en la exposición documental que inauguramos ahora.

Mientras tanto, también podemos acceder virtualmente a "Templo militante" completo gracias a Google Libros, disponible en http://books.google.es/books?id=shSXt6uqZRgC&dq=templo%20militante&pg=PP1#v=onepage&q&f=false

Saludos cordiales,

Lunes, 18 de Octubre de 2010 a las 18:25 pm - Maria Victoria Hernández

#02

Se me escapaba, querido Juampi. Muy buueno, así dándo y dándo.

Martes, 12 de Octubre de 2010 a las 18:43 pm - A. Henríquez

#01 Valiente artículo, José Miguel. Aquí nos vanagloriamos de nuestros mejores, pero no los seguimos; en este caso, no los leemos; o peor, no los podemos leer enteros. Ya dices tú que, a pesar de tanto estudio como se le ha dedicado a Cairasco, su obra fundamental no la puede leer todo canario que le venga en gana. Al menos, para poder decir: ¡Qué difícil!, o ¡qué interesante!, o ¡qué larga!, o no me gusta esto, pero sí aquello, etc. Con simples antologías no basta. Algo de su teatro sí se puede leer hoy; y la Esdrujulea parece que se está preparando por un estudioso de la Universidad de La Laguna. Al menos, para el que quiera leer en su original las tres primeras partes del Templo, puede acudir a Internet y bajársela.

Un saludo y enhorabuena. Y a ver si el aviso no es en vano. A. Henríquez.