El comprador, un peninsular afincado en Canarias que prefiere seguir en el anonimato, vende en la actualidad la obra mientras el historiador, Pedro Almeida Cabrera, uno de los mayores conocedores de la obra del pintor modernista Néstor Martín-Fernández de la Torre (1887-1938), está certificando la pieza. La dirección del Museo Néstor, por su parte, -que no ha visto la pintura- indica que mientras no pase los controles de la entidad no se pronuncia al respecto.

La obra, en la que aparecen caballos surgiendo del mar y niños con caracolas entre peces, fue encontrada "por casualidad" en una casa de anticuarios en donde se "vende de todo un poco" el pasado mes de agosto, cuenta el anónimo comprador. Afirma que iba buscando una biografía del "canario más universal y desconocido, el emancipador latinoamericano Francisco de Miranda" cuando al fondo del establecimiento y entre otros cuadros vio la pintura. "Iba buscando un canario y me encontré a otro".

"Conocía la obra de Néstor sobre el Poema del Atlántico y vi la firma de Néstor a la izquierda. Lo compré dudando. Reconozco que me la jugué", asegura.

El comprador explica que estuvo regateando varias horas hasta que logró llegar a un acuerdo con el chamarilero y la compró por 8.500 dólares. El marco que llevaba la obra se quedó en Buenos Aires mientras la pieza salía del país con todos los papeles aduaneros reglamentarios.

"Al bajar a Barajas llamé a mi hermana para que encontrara algo referido al cuadro. Y a través de Internet apareció la referencia de Pedro Almeida Cabrera", continúa.

Autoría

El historiador y ex director del Museo Néstor durante 18 años, Pedro Almeida, asegura que la pieza es obra de Néstor Fernández de la Torre y en estos momentos está realizando un certificado histórico, técnico y simbólico de la misma.

Almeida señala que la obra es en realidad un boceto "muy desdibujado" para un mural que le encargó la industria hidráulica para la Exposición de Barcelona de 1929, y que finalmente no se hizo porque no debió de gustar.

Explica que el niño desnudo que aparece como mensajero forma parte de la "iconografía del pintor", así como los clásicos peces, la transparencia del agua y las tonalidades verdes. "A Néstor no le gustaba mucho la mitología, aunque aparece un Mercurio conduciendo caballos como símbolo de la máquina de vapor, lo hizo a su manera; muy canario", añade sobre otro detalle de la obra.

El historiador Almeida asegura que el cuadro es de "transición entre el Poema del Atlántico y el nuevo estilo del Teatro Pérez Galdós". Y afirma que la obra no puede ser falsa porque "no se puede falsificar algo tan personal como un boceto".

La verificación de la obra por Pedro Almeida ha tranquilizado al actual dueño de la pieza, que se había convencido ya de que había comprado una falsificación.

Aunque es aficionado a adquirir piezas antiguas, no se quiere quedar con la pieza y busca algún comprador interesado. "Me gustaría que la obra, ya que ha venido a Canarias después de años en Argentina, no se fuera de aquí, pero estoy abierto a propuestas."