Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Denuncia de la pasividad institucional respecto al Malpaís de Güímar.

Domingo, 18 de Septiembre de 2011
Colectivo Ecologista Tabona
Publicado en el número 383

Informa por enésima vez que el Cabildo Insular de Tenerife no protege el paraje con motivo de la Romería del Socorro.

 

El Colectivo ecologista TABONA ha venido denunciando y pidiendo al Cabildo Insular de Tenerife que se proteja la Montaña de Archaco o Montaña Grande y la zona Norte en especial, los días  6 y 7 de las fiestas del Socorro, en Güímar (Tenerife). Pero además de no contestarnos, ha abierto las pistas y ha pasado haciéndose cómplice del deterioro y desmanes de miles de personas sobre esta Reserva tan frágil.

 


Durante muchos años la Montaña de Archaco, junto con el área norte del Malpais, debido a la intensa circulación de miles de personas que transitan en un solo día ha venido sufriendo fuerte deterioro, hecho éste que se produce en la celebración de la tradicional Romería del Socorro que sucede cada año, ya que miles de personas suben y bajan por la montaña y se internan en el Malpais en vez de ir con la romería por el camino.

 

En la opinión de este colectivo, la condición de Espacio o Reserva Natural Protegida es del todo incompatible con su uso como parque temático, que es el modo en que se usa por la mayoría de las personas que suben a la montaña ese día. Se calcula que en las pasadas ediciones subieron a la montaña en torno a 5.500 personas

 

Entre los impactos ecológicos que se producen por el masivo tránsito y la forma en que suben y bajan (hay que subrayar que en los últimos años han subido hasta caballos) destacan los siguientes:

 

- El ensanche del  sendero, que en algunos puntos alcanza los 2 metros cuando debería ser de 40-50 cm.

- El corrimiento del suelo al tratarse de piroclastos y cenizas volcánicas acumuladas en una pendiente muy pronunciada.

- La compactación excesiva en algunos tramos, que impide el drenaje natural del suelo, hecho que ha provocado la formación de varias cárcavas o cañadas de escorrentías tras las lluvias torrenciales, que van desde el sendero hasta el pie, siguiendo la pendiente de la montaña.

- La erosión de la corona del cono, donde tras el pisoteo, el fuerte y regular  viento de la zona desplaza gran cantidad de material.

- Erosión del interior del cráter por pisoteo, pérdida de vegetación y acumulación de arenas eólicas procedentes del impacto anterior.

- Pérdida y deterioro de la flora singular de este paraje, que es de una tasa de reposición muy baja.

- Pisoteo y basura en toda la zona norte de la Reserva.

- ACUMULACIÓN DE DESPERDICIOS.

 

Todos estos impactos se agravan en la zona que se ha tomado como de bajada de la montaña y que constituye el principal atractivo para las personas que ese día suben hasta la corona del volcán. Esta bajada, que se hace como diversión en sí misma y que se practica ese día, se realiza en la dirección de la pendiente a lo largo de toda la falda de la montaña, con lo que el deslizamiento de materiales es muy alto, cifrado en miles de toneladas. Además, se da la circunstancia de que, debido a la concentración de personas en la cumbre, muchas se aventuran a explorar otras alternativas, con lo que ya son varios los “toboganes” de este tipo que se han formado en la montaña.

 

Con todo esto consideramos que la situación, desde el punto de vista ecológico, es muy grave, pero destacamos que es grave para la seguridad de las personas que practican esta actividad.

 

Por todo ello pedimos que se ponga remedio a esta situación anómala que viene sufriendo la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar. Disfrutar sin dañar, que el legado que nos dejaron nuestros antepasados quede para futuras generaciones.

 

 

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