Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

EL IES La Orotava-Manuel González Pérez.

Domingo, 03 de Junio de 2012
Agapito De Cruz Franco
Publicado en el número 420

Este entramado de estudios, personas y edificios hace del lugar una auténtica ciudad, presidida por un kiosco -a imitación del existente en la Plaza de La Alameda de la Constitución de La Orotava- y que es el emblema del Instituto.

 

El conocido como Instituto de San Antonio o la FP de San Antonio, situado en el barrio de este mismo nombre entre el casco viejo de La Orotava y La Perdoma, en el Norte de Tenerife, se denomina en realidad IES La Orotava-Manuel González Pérez (www.iesorotava.es), en honor al que fuera último alcalde democrático en 1936 antes de la llegada nuevamente de la democracia a España en 1976. Por él ha pasado más de medio pueblo y, como suele decirse, “parte del extranjero”.

 

Es una auténtica Universidad -aunque no obviamente en lo que a estudios de Facultad se refiere- ante la amplia oferta educativa y, como consecuencia de ella, ante el espacio físico compuesto de siete grandes edificios. El primero de ellos el de la Administración, Aulas y Bar. El segundo uno específico de aulas, gimnasio y espacios comunes de Dibujo o Psicomotricidad. El tercero es el Salón de Actos junto a un Laboratorio de Física y Química más diferentes aulas. El cuarto corresponde a los Talleres de Automoción y Carpintería, con su propia Bolsa de Trabajo, además de un Punto Limpio, el primero llevado a cabo en el Valle de La Orotava para residuos tóxicos. El quinto es el Edificio “B”, donde habita la ESO junto a también diferentes espacios comunes como Biblioteca, Aulas de Música, Tecnología y Laboratorio de Naturales, en torno a los que hay un huerto escolar y un pequeño bosque de bambú. En la azotea de este edificio, y como un compromiso con las energías limpias y el medio ambiente, se halla instalada una Minicentral de Energía Solar Fotovoltaica de 10KW formada por 60 módulos fotovoltaicos SW 220, 3 inversores Sunny Boy SB3000, que produce el 50% de la energía consumida en el centro y que es a la vez un pequeño productor de energía eléctrica, inscrito en el Registro de Productores de Energía en Régimen Especial. El sexto es el polideportivo con acceso al barrio -en fase de construcción y aún no terminado-.Y el séptimo, fuera de este espacio y camino ya de Las Cañadas, una parte del centro socio-cultural de usos múltiples Camino Chasna con varias aulas de Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI).

 

En todos ellos convive un alumnado que oscila entre  los 11 y los aproximadamente 50 años de edad, y que suponen un total de 1.200 personas. Este amplio abanico de estudios y de edades es atendido por un profesorado que ronda siempre el centenar de profesionales de la educación y, aparte del personal de limpieza y servicios diversos, 5 personas como personal subalterno o conserjes, uno de ellos como personal de mantenimiento y con residencia en el propio Instituto.

 

 

Los estudios que aquí se desarrollan tienen que ver con el Primer y Segundo Ciclo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), los Bachilleratos LOE de Humanidades y Ciencias Sociales o de Ciencias y Tecnología, así como los PCPI denominados PCE, PCP y PCA, con enseñanza de profesiones relativas a Trabajos de Carpintería y Mueble, Mantenimiento de Electromecánica de Vehículos y Servicios Auxiliares de Peluquería. Junto a ellos, una red de Ciclos Formativos de Grado Medio: Atención Sociosanitaria, Electromecánica de Vehículos, Fabricación a Medida e Instalación de Carpintería y Mueble, Gestión Administrativa, Cuidados Auxiliares de Enfermería y Emergencias Sanitarias. Además, los Ciclos Formativos de Grado Superior Educación Infantil, Integración Social, Administración y Finanzas, Dietética y Nutrición o el curso de celador sanitario para personas desempleadas. La educación a distancia también existe para las enseñanzas de Cuidados Auxiliares de Enfermería y Educación Infantil. La consecuencia es un complejo horario de mañana, tarde-noche y a distancia.

 

El convivir estudios tan diversos es enormemente positivo para la pedagogía y la educación. El alumnado más joven palpa en él cada día la amplia oferta educativa y profesional cara a su futuro y, a su vez, quienes cursan estudios medios y superiores pueden desarrollar las capacidades que van adquiriendo en las aulas de los más pequeños, como es el caso, sobre todo, de Educación Infantil, Integración Social, Dietética y Nutrición o Auxiliares de Enfermería. Sin obviar las posibilidades de proyectos transversales en diferentes contextos educativos.

 

Este entramado de estudios, personas y edificios hace del lugar una auténtica ciudad, con un buen número de calles y señalizaciones presididas por un kiosco  -a imitación del existente en la Plaza de La Alameda de la Constitución de La Orotava, de estilo mudéjar y diseñado en 1916 por los maestros de obra Nicolás y Diego Álvarez- y que es el emblema del Instituto. En este espacio no podían por otro lado faltar sus zonas verdes, un auténtico Jardín Botánico donde se contemplan todos los endemismos de las Islas Canarias, una labor de hace años que se debe principalmente a uno de sus profesores, el naturalista Juan Montesinos.

 

Esta complejidad no ha estado exenta de un proceso donde el personal docente ha conseguido estabilizar un modelo educativo basado en el trabajo en equipo, la introducción en la vida escolar de las nuevas tecnologías a todo nivel (seguimiento de faltas, notas y sugerencias a las familias bajo mensajería on line, aulas Medusa, plataforma virtual Moodle perteneciente al EVADG -Entorno Virtual de Aprendizaje de Gestión Distribuida de Canarias-, informatización general de aulas con pizarras digitales, proyectores digitales, etc.) y, por qué no decirlo, unas normativas de régimen interno precisas, unidas a un sistema de control con cámaras que, sin limar los derechos individuales, salvaguarda los derechos educativos de la colectividad, que no deben verse mermados por culpa de quienes se toman los centros escolares como si fueran un lugar de simple esparcimiento o guardería juvenil. Forma parte también de esta idiosincrasia la compenetración de los diversos sectores pedagógicos, diferentes en sí mismos en cuanto a contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Es decir, nada tiene que ver una persona que estudia un Ciclo Superior con un alumno de 1º de ESO. Puede ser hasta su padre. De hecho es una tónica normal que coincidan madres de alumnos estudiando un curso medio o superior con sus hijos haciendo la ESO o el Bachillerato. Este perfil hace de esta institución un lugar completamente diferente a los centros de enseñanza al uso, y algo que se debe conservar como oro en paño, sobre todo tras algunas tendencias de la burocracia legal del Estado basadas en el puro y duro ajuste económico, justo el nudo gordiano del fracaso escolar en este país.

 

Como corresponde a un centro donde al término de su etapa formativa muchos alumnos van a tener que optar por el difícil panorama laboral posterior, desde hace unos años se desarrollan auditorías anuales privadas como corresponde a las empresas más rigurosas, estando en posesión de dos sellos de calidad educativa: la certificación de calidad por la norma ISO 9001:2000 y el sello de compromiso con la excelencia EFQM (European Foundation for Quality Management), avalados por la UE.

 

Por hacer un poco de historia, comenzó a funcionar en el mismísimo Ayuntamiento de La Orotava el 1 de marzo de 1976. Se denominaba entonces Instituto de Formación Profesional de La Orotava y era una sección delegada del Politécnico de Santa Cruz de Tenerife. Es curioso cómo la filosofía del “trabajo en equipo, puesto que los alumnos proceden de distintos niveles culturales” con que su primer Director José Dorta reflejó en la primera acta en ese mismo año de su fundación, se ha seguido potenciando 36 años después, como anteriormente he señalado. Según dice el cronista villero y profesor mercantil en el propio centro, Bruno Álvarez Abreu: El 16 de Junio de 1976, pasa a ocupar unos barracones en la finca que había sido propiedad de la familia orotavense “Salazar”, en el barranco de San Antonio, adquirida por el Cabildo Insular de Tenerife, a la espera de la construcción del nuevo edificio. Es en esta época cuando comienzan a visualizarse las primeras familias profesionales como Madera o Automoción o a organizarse la Biblioteca, siendo el 15 de marzo de 1979 cuando se independiza del Politécnico de Santa Cruz convirtiéndose en Instituto de Formación Profesional de La Orotava y añadiendo nuevas ramas como la Sanitaria o infraestructuras como el Laboratorio.

 

Durante el curso 1982–83 se inaugura un nuevo edificio y sus  talleres, y la constitución, por primera vez, de un grupo coral polifónico por alumnos y profesores. El Instituto de Formación Profesional de La Orotava a partir de ese momento se convierte en base fundamental de la formación en todos los sentidos profesionales (desde un simple mecánico, sanitario o administrativo hasta un técnico especialista en motores o en el mundo fiscal, administrativo y de gestión o en la nutrición), comenta el profesor antes citado. Es en el curso 1986/87 cuando se implanta la LODE y el Consejo Escolar de este curso propone por mayoría simple el nombre de Manuel González Pérez como nombre del centro, al ser durante el mandato de este alcalde en 1936 cuando en el BOE se concede el primer Instituto a La Orotava, orden abolida posteriormente durante la Guerra Civil. Esta iniciativa tiene lugar siendo director Carmelo Vega, pero se olvida posteriormente.

 

Portada de la web del centro

 

En 1989 se realiza el proyecto de construcción de un nuevo edificio y comienzan las primeras actividades culturales complementarias de innovación pedagógica. Con el Sr. Arteaga como director, llega la Reforma Educativa siendo en el curso 1995/96 cuando se implantan el Segundo Ciclo de ESO, el Bachillerato y Ciclos Formativos denominándose entonces Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) de La Orotava.

 

En el curso 2000/01 se implanta el Primer Ciclo de la ESO con alumnado de los colegios públicos Inocencio Sosa del barrio de San Antonio y Santa Teresa de Jesús e Infanta Elena de La Perdoma, tras el lapsus de un curso escolar de estos dos últimos, a causa de diferentes problemas coyunturales que retrasaron su desplazamiento. En esta época se incorpora el proyecto Medusa -con aulas de informática en los diferentes edificios- y los primeros compases de evaluación externa, celebrándose además su 25 aniversario. Este hecho se aprovecha para añadir el nombre de Manuel González Pérez al mismo, tras la propuesta del Claustro de Profesores a la Consejería de Educación y siendo Director José Manuel Ruíz. Nuevos cursos como Integración Social entran en escena, siendo el último de ellos el Ciclo Formativo de Atención Sociosanitaria en el curso 2004/05, con Sixto Albelo ya como director del mismo y quien continúa en la actualidad. En años posteriores y hasta 2012, se potencian los sellos de calidad educativa, se proyecta un polideportivo abierto además a la sociedad circundante y entran en escena los  PCPI anteriormente nombrados sustituyendo a los PGS (Planes de Garantía Social), se amplía el espacio físico al centro cultural Camino Chasna, se instala la Minicentral de Energía Limpia o el Punto Limpio de recogida de residuos, se automatizan de forma diversificada según horarios y materias las siete puertas del recinto o hacen aparición los horarios de tarde-noche y a distancia. El último ser en llegar ha sido un lindo gatito, que se pasea por todo el recinto y al que el personal alimenta en los recreos y mima con esmero. Lo que no deja de ser curioso ante tal cantidad de gente. Este animal, tenido como sagrado en la cuna de la civilización, es además el más inteligente del mundo y, por ello, se siente en este lugar como en su propia casa… Un emblemático centro público de la Villa, cuyo perfil histórico, pedagógico y social he tratado aquí de reflejar.

 

 

Noticias Relacionadas
Comentarios