La infraestructura consiste en una pequeña edificación de planta rectangular y con una superficie total construida de 111,50 metros cuadrados. Su planta es totalmente diáfana aunque se divide en dos partes, una a una cota inferior donde se sitúan los bancos para los peregrinos, y otra a una mayor altura donde está instalado el altar de la ermita. De esta forma es donde se colocan las dos únicas estancias independientes al espacio central, correspondiendo éstas a un pequeño aseo y a un cuarto que servirá como sacristía y donde se situarán los cuadros de mando de las instalaciones del edificio.
Desde hace tiempo está realizada la cimentación y los muros perimetrales, y levantado y techado el inmueble, pero no existían pavimentos interiores, ni se contaba con la carpintería, instalaciones eléctricas, alicatado del aseo o la pintura final.
Desde el Cabildo Insular se ha apostado por la integración paisajística y el respeto a la vegetación del entorno en relación a esta obra del patrimonio religioso.