Los restos presentaban un muy buen grado de conservación, lo que permitirá realizar estudios más detallados e intentar averiguar si contenían restos de algún producto alimentario depositado en ellas, a modo de reserva, y ampliar así los conocimientos existentes sobre la cultura de los antiguos pobladores de la Isla.

El Cabildo de Fuerteventura hace pública su felicitación y agradecimiento a los responsables de esta actuación ejemplar, la cual ha permitido localizar, informar y ayudar a recuperar nuevos restos de la cultura prehispánica majorera, y ponerlos bajo la custodia de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la institución para su posterior estudio.

El consejero de Cultura y Patrimonio Histórico señaló lo valioso de la colaboración ciudadana cuando, "en caso de un posible hallazgo, se preocupan de avisar inmediatamente y en primer lugar a las autoridades". De esta manera, "los servicios de Patrimonio Histórico puedan actuar con seguridad. Nunca debemos manipular nosotros mismos los materiales, hay que avisar para que los técnicos puedan actuar con garantías de no provocar daños", recordó.

Las tres vasijas fueron localizadas tras la erosión provocada por las recientes lluvias. El jable de la zona facilitó su conservación durante siglos, pero ahora habían quedado al descubierto. Una de las cerámicas contiene en su interior otra más pequeña, pero que aún no ha podido ser extraída.

Son vasijas de fondo plano de tipología ovoide y borde recto. Elaboradas con pasta fina y a través de una cocción reductora. Una de ellas posee una decoración en la parte superior de la panza formada por cinco líneas de incisiones paralelas entre sí que se quiebra en cinco ocasiones en forma de triángulo. El cuello la rodea dos bandas de incisiones muy finas con decoración en triángulo. Esta primera vasija tiene 123 cm de altura, un diámetro de 49 cm y su estado de conservación es en general bueno, aunque presenta algunas fracturas que hay que restaurar. Se necesita excavar en su interior pero hay que engazarla antes de la intervención pues al vaciarla corre peligro de fracturarse por la presión que ejerce la arena de su interior.

Una segunda vasija cuenta también con decoración impresa en la parte superior de la panza formada por una banda de siete acanaladuras en forma de ondas que bordea la vasija. El cuello la rodea una línea impresa de tres incisiones en forma de triángulos. Tiene una altura de 15 cm y un diámetro de 63 cm.

Su estado de conservación es bueno. También se necesita excavar en su interior, ya que posiblemente contenga una pequeña vasija.

Mientras que la tercera vasija también muestra decoración impresa en la parte superior de la panza formada por una banda de ocho acanaladuras en forma de onda que rodea la vasija. El cuello lo rodea una decoración impresa en forma de espiga. Su estado de conservación es bueno, aunque igualmente requiere de excavar en su interior y de asegurar su conservación.