Revista n.º 1074 / ISSN 1885-6039

Los acróbatas en la Bajada palmera.

Sábado, 9 de julio de 2005
José Guillermo Rodríguez Escudero
Publicado en el n.º 60

Mañana es la actuación de los Acróbatas en las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves. Participarán la Banda de Música San Miguel, de Santa Cruz de La Palma, y la Banda Municipal de Música de Tazacorte. Se trata de uno de los más espectaculares y esperados números que, aunque fue estrenado en la Bajada de 1860, llegó a integrarse completamente en el nutrido programa de festejos en honor a Nuestra Señora de Las Nieves. Desde su inicio se ha venido representando por hombres jóvenes y su Danza consistía en realizar habilidades propias de un circo sobre dos escaleras al compás del pasodoble, mientras un embelesado público animaba a los gimnastas con vítores y palmas al son de la música les coreaban.

Foto Noticia Los acróbatas en la Bajada palmera.


De las postrimerías del siglo XIX, cuando se presentó el cinematógrafo en La Palma, al tercio inicial del siglo XX, los Acróbatas suplieron la presencia de los circos, que vendían, como espectáculos, las pruebas de agilidad, fuerza y riesgo. A los acordes del pasodoble “Manolo” y con mallas y lentejuelas, una veintena de jóvenes compone figuras en el suelo y acrobacias sobre las escaleras paralelas que sostiene un forzudo portor. Devueltos a su origen y ambiente, los Acróbatas tienen un puesto entrañable en la Bajada y aparecerán en cualquier edición (la última celebrada el martes 8 de julio de 1980 en la Plaza de Santo Domingo, representaciones que continuaron en las calles O’Daly, Plaza de España, Pérez de Brito y Plaza de la Alameda), con sus hachos de tea, atuendos ajustados y capas de seda, paso marcial y sencillas piruetas, ganándose los aplausos del público en las calles poco iluminadas. (Luis Ortega Abraham, «Collage de la Bajada»).

Se trataba de uno de los más espectaculares y esperados números que, aunque fue estrenado en la Bajada de 1860, llegó a integrarse completamente en el nutrido programa de festejos en honor a Nuestra Señora de Las Nieves. Desde su inicio se ha venido representando por hombres jóvenes y su 'Danza' consistía en realizar habilidades propias de un circo sobre dos escaleras al compás del pasodoble (el más popular, como también nos recuerda Loló Fernández, el pasodoble Manolo) mientras un embelesado público animaba a los gimnastas con vítores y palmas al son de la música les coreaban.

En el programa de aquel lustro, uno de los más antiguos conservados, se lee: “Dia 17 de abril: por la noche saldrá una Contradanza que dará principio en la plaza de San Francisco, siguiendo la calle de Santiago por la plazuela de la Cruz y continuando la de O’Daly hasta el muelle”. Dos días después se repitió la contradanza (baile de figuras que ejecutan muchas parejas a un tiempo) con el mismo itinerario. En dicho programa no se aprecia ninguna otra actuación en la que conste que se efectúen acrobacias. Pero en el de 1885 si se precisa que el “Lunes 13 de Abril: Por la noche tendrá lugar en las plazas y sitios de las calles que oportunamente se designarán una ingeniosa Danza de Gimnastas, con variedad de grupos y figuras”.

La población llegó a bautizarlo como uno de sus “números principales y acto ya tradicional”.

Entusiasmo juvenil de una noche atlética,
chicos elásticos que saltan, doblan, suben,
bajan como gatos por una escalera.
Demostrando a miles de mirones, su acrobacia,
Mil figuras al aire con sus cuerpos doblados
(como si fueran de goma).
Atletas masculinos que se pasan toda la noche
Jubiloso con sus artes de arriba-abajo y
Los otros sobre los hombros formando
La acrobacia de estrellas de la noche.
(“Los Acróbatas”. José Juan Pérez Morera).


Los alegres e ingenuos acróbatas han tenido intermitentes apariciones a lo largo de todos estos últimos lustros. Después de su última aparición en 1980 - año en que se cumplía sus 120 años de existencia-, se intenta recuperar para la edición de 2005. En este año serán unos 55 gimnastas los encargados de interpretar y rescatar el número. Afortunadamente, tampoco en esta ocasión se discriminará a los acróbatas por su sexo. Recordemos que en la Bajada de 1975 eran todos varones.



“Las figura en el suelo eran dibujadas por las niñas, mientras los chicos se encargaban de soportar el peso de la escalera. El secreto para conseguir una buena preparación y abstraerse del mundo exterior, coordinándose y principalmente logrando una óptima sincronización con la música que hace sonar la Banda de Música Municipal de San Miguel de Santa Cruz de La Palma”.

Recuperando lo que se decía en el programa de 1975: “Una espléndida actuación a cargo de estos magníficos ejecutantes de un arte que siempre tuvo y habrá de seguir teniendo un éxito y un interés indiscutibles”. Continuaba informando de que “esta danza de los acróbatas ha sido una de las manifestaciones festeras rescatadas en el presente año del acervo de actuaciones tradicionales de las Fiestas”.

El itinerario de ese año lustral coincidió con el de 1980, iniciándose en el patio del Hospital de Dolores, donde se reunía un gran coro expectante de ancianos y enfermos emocionados. Después se desplazaron a la Plaza de Santo Domingo donde ofrecieron dos funciones a la fascinada concurrencia. En alguna edición era tal la multitud que tuvieron que repetir el espectáculo por tercera vez.

Efectivamente, tan sólo por ver el colorido de los trajes de los forzudos y no tan forzudos participantes, su férrea disciplina, su “artística y difícil intervención en las escaleras”, y también el “espléndido grado de adiestramiento de los muchachos constituyeron un ejemplo notabilísimo que entusiasmó hasta grados insospechados a los miles de espectadores que presenciaron esta gran exhibición, la que tuvo efecto el martes, 8 de julio, por la Calle Real y vías adyacentes hasta altas horas de la madrugada…”.

Es necesaria una precisa compenetración que se logra alcanzar tras las interminables sesiones de entrenamiento. Para llegar a la ansiada sincronización, a fin de evitar incidencias y sorpresas desagradables, se necesitaba, no sólo fortaleza física, sino también capacidad mental. Era una larga y agotadora noche hasta que se finalizaba en torno a las siete de la mañana en La Alameda, junto al Barco de la Virgen, como homenaje a la “Morenita” y a la que se ofrecía el tremendo esfuerzo e impagable sacrificio.

En el Programa de 1980 se decía: “Martes: Danza de Acróbatas: actúan en distintos lugares, durante toda la noche, hasta el amanecer, y lo hacían en la Alameda…”


BIBLIOGRAFÍA.

Programas oficiales de la Bajada de la Virgen, 1975, 1980, 1990, 1995, 2000.

Programa de la Bajada de la Virgen, 1860, manuscrito, Archivo General de La Palma, Colección FSFC.

«El recuerdo de antiguas representaciones», La Voz de La Palma, Especial Bajada 2000.

ORTEGA ABRAHAM, Luis, «Collage de la Bajada», Programa de 2000.

«Las Fiestas Lustrales recuperan el número de los Acróbatas tras 25 años», La Voz de La Palma, n º 229 (del 13 al 26 de mayo de 2005).

PÉREZ MORERA, José Juan. «Los Acróbatas», Achamán (Asociación Juvenil), Santa Cruz de La Palma, Edición Especial, 1980.

FERNÁNDEZ, Loló. Baja la Virgen. Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 1995.

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