Revista n.º 1065 / ISSN 1885-6039

I. La cochinilla en las Islas Canarias: Introducción.

Martes, 27 de septiembre de 2005
Julio Hernández García
Publicado en el n.º 72

Trataremos en una serie de tres artículos la introducción, expansión, auge y decadencia de uno de los monocultivos de mayor importancia en el siglo XIX en Canarias: la cochinilla.

Foto Noticia I. La cochinilla en las Islas Canarias: Introducción.



La grana o cochinilla (Coccus Cacti) es un diminuto insecto, parásito de la chumbera o tunera, no de la tunera común (Opuntia ficus indica), sino de la Opuntia coccinellifera que es un chumbera mucho más carnosa de cuyas hojas o pencas se cría y de cuyos se alimenta. De este insecto se obtiene un color rojo, de fijeza inalterable, muy apreciado para teñir tejidos de excelente calidad, razón por la que era muy bien pagada por los fabricantes europeos de la época.


INTRODUCCIÓN.

Acerca de la introducción o llegada de la cochinilla a Canarias, hemos de distinguir dos periodos:

1) Una primera fase o momento: aparición de la cochinilla en Cádiz.
2) Una segunda fase: llegada a Canarias.


Llegada a Cádiz.

En Cádiz aparece la cochinilla en el año 1820, fecha en la que don Ildenfonso Ruiz del Río, presenta a la Real Sociedad Económica de dicha ciudad -de la que era socio de número- un cajón que habría recibido de don Pedro José Corujo, residente en la localidad mejicana de Veracruz. En este cajón había varios nopales con cochinilla viva que el donante cedía a la Sociedad con el propósito de que esta se encargarse de su cultivo y posterior difusión.

La Sociedad Económica de Cádiz decide tener en observación los insectos recibidos, destinando para tal fin un jardinero que durante años cuidó de ellos, anotando y comunicando a sus superiores todo lo por él observado. Una vez que la Sociedad creyó factible el desarrollo de la cochinilla en España, nombra una Comisión de peritos para que dictaminasen sobre la especie y calidad de la grana obtenida; llegando incluso a ordenar que se tiñeran dos pedazos de tela de lana de la misma clase, uno con grana de Cádiz y otro con grana de Oaxaca. Como quiera que el experimento fue plenamente satisfactorio, se eleva a continuación al Rey una Exposición con la historia de la cochinilla, indicando en que provincia era posible su desarrollo.

Fernando VII, a la vista de tal Exposición aprueba las ideas de la S. E. gaditana, prometiendo dar toda clase de facilidades para su difusión. De este modo, las Cortes, por decreto de 29 de junio de 1822, ordenaron que las Sociedades Económicas de las provincias españolas en que la temperatura reuniera las condiciones necesarias para el cultivo del insecto, lo propagase (1). Canarias fue en tal sentido una de las provincias más privilegiadas. Veamos cómo se produce su introducción y circunstancias que rodean a la misma.

Llegada a Canarias.

En torno a la introducción de la cochinilla en Canarias: año, lugar, personas, etc., se ha producido una auténtica polémica, pues los historiadores que se ocupan del tema no se ponen de acuerdo. Unos -entre los que se encuentran Rafael Díaz Llanos (2) y José Mateo Díaz (3)-, afirmaron que fue introducida por primera vez en Las Palmas hacia 1830, por un amigo del farmacéutico Villavicencio. Por su parte Hougthon Hougthon escribe que la fecha de llegada fue en 1825 (4); de la misma opinión es Simón Benítez Padilla (5).

Sobre tan debatida cuestión merece la pena conocer lo que opina un historiador -del pasado siglo- tan serio como Francisco Marta de León. "Débese -nos dice- a Don Isidro Quintero, canónigo de la Catedral de La Laguna, el que hallándose en Cádiz, promoviese allí que la Sociedad Económica de la Ciudad, que años habrá trabajado por aclimatar en Andalucía el insecto de la grana o cochinilla, le dieran algunas madres para traerlas a las islas... y desde 1826 se empezó a probar... ", tras haberse repartido por todo el Archipiélago. (6)

En torno a este asunto es igualmente interesante tener en cuenta el parecer de Mariano Reymundo, catedrático de química del Instituto de La Laguna que en 1878 en la Gaceta Agrícola del Ministerio de Fomento, nos dice que el comienzo de la aclimatación y desarrollo de la cochinilla en Canarias data del ano 1822 y débese al canónigo Don Isidro Quintero (7). Otro autor -Francisco Martínez Viera- más realista se limita a añadir: "Unos hombres entusiastas, quienes fueran, con la fe en la obra que emprendían, su suelo privilegiado y un clima excepcional, hicieron el milagro. Y Canarias encontrose con esa fuente de riqueza que se extendió de manera inusitada por las islas todas" (8).

Conocida la polémica suscitada entre los distintos estudiosos, es de justicia que las líneas que siguen estén dedicadas -a manera de homenaje mínimo- a los principales difusores del cultivo de la cochinilla, así como a sus aportaciones más destacadas. Juan de Megliriony, Santiago de la Cruz (9) y Manuel de Ossuna Savinón, son de acuerdo a un criterio cronológico, los nombres a considerar. Comentemos sus respectivas aportaciones.

En 1825 (tras los intentos frustrados del comerciante de nacionalidad sarda don Felipe Ravina, que ensayó la plantación del algodón con relativo éxito en Lanzarote, Fuerteventura y en la costa sur de las restantes islas), se dirigen a la Sociedad Económica de Tenerife, el teniente coronel don Juan Megliriony y el profesor de cirugía don Santiago de la Cruz, recabando apoyo para el nuevo cultivo de la cochinilla que acaba de implantarse en la huerta del intendente don Juan Bautista Antequera. En el trabajo que ambos presentan a la Económica de Tenerife ("Memoria sobre el cultivo del nopal y cría de la cochinilla de América para uso de los labradores canarios" ), se dan abundantes y curiosas noticias sobre los antecedentes de la implantación del insecto, su aplicación, etc.

La Sociedad Económica de Tenerife, a la vista de la Memoria de Megliriony y de la Cruz, así como por los óptimos resultados alcanzados, informa muy positivamente al Gobierno sobre la gran utilidad de la cochinilla para Canarias y en una de las sesiones, presidida por el marqués de Casahermosa, comisionó a Peña Porlier y Quintero Esteves para que fuesen a reconocer los nuevos plantíos. "Caminaban entonces estos militares, clérigos, agricultores y comerciantes, merecedores de la gratitud de la Historia, por la senda de los progresos materiales... ", apostilla en 1948 Don Dacio V. Darias y y Padron (10).

Veinte años más tarde, en 1846, ve la luz la segunda de las publicaciones que vamos a comentar. Se trata de un cuaderno manuscrito que con el moderno título de Apuntaciones sobre el cultivo de la cochinilla en Canarias, redactado por Don Manuel de Ossuna y Savinón, contiene las reglas precisas que se habían de observar en el plantío del nopal hasta obtener la grana (11). La concisión y claridad -nos dice Vicente Bonet su editor en 1846 -con que este artículo aparece escrito al mismo tiempo que la exactitud, ha sido el motivo que me movió a publicarlo (12).

Expuestas las causas que incitan al editor a dar a la publicidad este folleto, merece la pena conocer el motivo que mueve a su antor a escribirlo. Nos dice textualmente: ... si en el año 1825, los señores Don Juan de Megliriony y Don Santiago de la Cruz, publicaron una utilísima Memoria sobre el nopal y la cría de la cochinilla en América, válida para la época que se redactó, cuando el cultivo de la cochinilla era muy reducido. Desde ese tiempo (1825) hasta acá progresivamente se ha ido aumentando este cultivo y es llegado el presente ano de 1846, en que en movimiento general, como si fuera un golpe eléctrico, ha puesto en acción a todos los propietarios y labradores ...” (13).

Hasta aquí la cita (que aunque algo larga he creído oportuno no acotarla en razón del interés de la misma) del autor exponiendo las razones de su trabajo. Por nuestra parte sólo nos resta añadir que este folleto en cuestión abarca un total de cuarenta y tres artículos, agrupados en distintos epígrafes: plantío del nopal, siembra de la cochinilla, etc.

De 1846, pero posterior al folleto antes citado, es la tercera y última de las aportaciones a que me voy brevemente a referir. Se trata de un trabajo que lleva este largo título: Nueva instrucción sobre el cultivo del nopal y cría de la cochinilla para uso de los labradores canarios, y cuyo autor, don Santiago de la Cruz, ya nos es familiar. La presente aportación es muchísimo más completa y rica en detalles que la publicada al alimón con Megliriony en 1826. Nos habla del cultivo del nopal, de los útiles que precisa, etc. (14).

Estos han sido los estudios de algunos autores que más empeño y entusiasmo pusieron en la difusión y expansión de la cochinilla, aspecto del que seguidamente nos vamos a ocupar.


(Continua aquí.)


Bibliografía.
1) SANZ ANTÓN, Juan: "Un capítulo olvidado del ayer económico canario: la cochinilla". Estudios Geográficos, año XI (1950), pags. 78-79.
2) DIAZ-LLANOS, Rafael: “Síntesis de la economía de Canarias". C. S. I. C., Edit. Lit. e Imp. Roel. La Coruña, 1953, pág. 111.
3) MATEO DIAZ, José: "Esquema de la Historia Económica de las Islas Canarias. Influencia del plátano y de los Puertos Francos sobre el desenvolvimiento económico de las Islas", Las Palmas de Gran Canaria, 1934, pág. 27.
4) HOUGHTON, Hougthon: La cochinilla. Memoria demostrativa de las causas que han producido la decadencia de este renglón del comeccio en los últimos años. Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas de Gran Canaria. 1877, pág. 94.
5) BENITEZ PADILLA, Simón: Gran Canaria y sus obras hidráulicas. Las Palmas de Gran Canaria. Cabildo Insular de Gran Canaria (Tip. Ai zola), pag. l39.
6) LEON, Francisco María de: Apuntes para la Historia de las Islas Canarias. (Introducción de Marcos Guimerá Peraza. Notas de Alejandro Cioranescu. Índice de Marcos G. Martínez). S. C. de Tenerife. Aula de Cultura (Litog. Romero), 1966, pág. 222.
7) RAYMUNDO, Mariano: "La. cochinilla". Gaceta Agrícola del Ministerio de Fomento" VI (1878), pág. 535.
8) MARTINEZ VIERA, Francisco: El antiguo Santa Cruz. Crónicas de la capital de Canarias. S. C. de Tenerife. Instituto de Estudios Canarios 1867, pág. 65.
9) Ya en el siglo XIX, la Diputacion Provincial de Canarias (en su sesión de 8 de enero de 1861), a instancias de su vocal-secretario, Manrique de Lara, reconoce los méritos de don Santiago de la Cruz y con objeto de rendirle homenaje nombra una comisión integrada por los Diputados don Federico Verdugo y don Esteban Manrique (Véase: Actas de la Diputación Provincial de Canarias, sesión del 8-1-1861. Excmo. Cabildo Insular de S. C. de Tenerife).
10) DARIAS Y PADRON, Dacio V.: "Los comienzos en Tenerife de la cochinilla". Periodico El Día, S. C. de Tenerife, 1 de octubre de 1948, pág. 3.
11) Apuntaciones sobre el cultivo del nopal y cría de la cochinilla en Canarias. Editor V. Bonnet, págs. 16.
12) Ibidem, pág. 1.
13) Ibidem, pág. 4.
14) CRUZ Y GONZALEZ; Santiago de la: Nueva instrucción sobre el cultivo del nopal y cría de la cochinilla para uso de los labradores canarios. Imprenta y Libreria Isleña. S. C. de Tenerife, 1846, pag. 23.



Este artículo ha sido previamente publicado en el número 93 de la revista Aguayro, en noviembre del año 1977, editada por la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria.

Debes indicar un comentario.
Debes indicar un nombre o nick
La dirección de mail no es valida

Utilizamos cookies, tanto propias como de terceros, para garantizar el buen funcionamiento de nuestra página web.

Al pulsar en "ACEPTAR TODAS" consiente la instalación de estas cookies. Al pulsar "RECHAZAR TODAS" sólo se instalarán las cookies estrictamente necesarias. Para obtener más información puede leer nuestra Política de cookies.