Revista n.º 1065 / ISSN 1885-6039

III. La cochinilla en Canarias: decadencia del cultivo.

Domingo, 27 de noviembre de 2005
Julio Hernández García
Publicado en el n.º 80

Concluimos aquí una serie de tres artículos dedicados al cultivo de la cochinilla en Canarias. En este caso, el trabajo trata su decadencia, centrándose en los motivos que la causan y en las soluciones que se apuntan.

Tuneras canarias con cochinilla.


(Viene de aquí)

 

Analizadas algunas de las causas que propiciaron el auge de la cochinilla, conozcamos los mercados importadores y unas cuantas cifras de producción.

 

Sobre los lugares de destino de la cochinilla canaria hay que establecer una doble distinción: de un lado, la enviada a la Península y, de otro, al extranjero, principalmente Inglaterra y Francia, a través de Marsella. En menor proporción se envían remesas a Marruecos, Argelia, Holanda Gibraltar y Estados Unidos.

 

Para evaluar la importancia que llegó a adquirir este cultivo central y corroborar las cifras de los historiadores antes mencionados, contemplemos diversas cifras de producción de cochinilla, que como comprobaremos irán en aumento a medida que los años se sucedan y el cultivo arraigue.

 

La primera mención de una remesa exportada de Canarias data del año 1832 y no sobrepasa los 120 quintales; en 1844, asciende a 900. La cifra se cuadruplica seis años después siendo el total de los quintales exportados a Londres, 4000. Sin embargo, por esas fechas, Méjico y sobre todo Honduras, conservan la supremacía, no sólo desde el punto de vista cualitativo, sino cuantitativo.

 

A partir de 1860 la producción canaria se acelera, pasando de 8.000 quintales, a principios de esa década, a más de 16.000 hacia 1865 y rematar el "boom" productivo en 1870, con la cifra punta de 60.000 quintales, correspondiendo la mitad del total exportado a Gran Canaria y el resto -la otra mitad- a las demás islas.

 

Asimismo, hemos de precisar que durante esta década de los setenta, la cochinilla de América Central pierde su hegemonía, a consecuencia sin duda de la plaga que afectó a su cultivo, decreciendo sus remesas exportadas. Canarias se convierte en la abastecedora del mercado inglés y del francés (21).

 

Sería interesante conocer en listas seriadas, largas y continuas, en qué proporción participaron las distintas islas del Archipiélago. Es una cuestión aún por dilucidar (pienso que podrá aportar mucha luz en este sentido el estudio sistemático de la prensa local de la época, ya que se ocupa casi a diario de este producto). De momento disponemos de los datos de Pedro de Olive, que abarcan un periodo limitado: 1853-1860 y se concretan a los puertos de Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de La Palma, Puerto de Cabras ( Fuerteventura) y Puerto de Arrecife (Lanzarote). De un total de 8.654.158 libras exportadas en el periodo 1853 -1860 de la provincia de Canarias, corresponden 6.788.254 al puerto de Santa Cruz de Tenerife; 1.168.090 al puerto de Las Palmas; al puerto de Arrecife, 423.658; al de Santa Cruz de La Palma. 165.466 y por último, al puerto de Cabras, 36. 030 (24).





 


III) DECADENCIA

 

- Causas que la motivan.

- Soluciones que se apuntan.

 

Al iniciarse el cultivo de la cochinilla en las islas y comenzar poco a poco a propagarse, se llegó a pensar que sería la solución a los males que desde muy atrás venían padeciéndose. Sin embargo, la realidad fue bien distinta y las ilusiones de los agricultores canarios de nuevo se fueron al traste. La historia se repetía: si primero "cayó" el azúcar, después "cayeron" los vinos y ahora le tocó a la cochinilla, pero con una importante salvedad: "más dura fue la caída", ya que el cultivo en esta ocasión había alcanzado elevadas cotas.

 

Con la aparición de la anilina en violeta preparada por Perkins en 1856 y en negro por Lighfoot y años más tarde, en 1862, con la Exposición Universal de Londres y la aparición de los colores de la hulla: "magenta" y "solferino", el precio de la cochinilla canaria descendió de 14 francos a 8. Como nos dice Juan Sanz Antón, sucedió que "uno de los reinos de la naturaleza, el mineral, hermanado con el hombre, combate contra otro reino, el animal" (25).

 

Esta crisis de la cochinilla duró hasta 1863, pues, los colores de la anilina se revelaron fugaces y peligrosos para la salud de los operarios. Así en 1864 los precios de la grana reaccionan, hasta 1868, fecha en que se inicia el declive definitivo, ya que las anilinas fueron desplazando a la cochinilla, de más costosa adquisición. Valga este ejemplo para ilustrar lo dicho: en 1859 el consumo de la anilina fabricada en Europa fue de 1.500 toneladas.

 

El cultivo de la cochinilla, aunque sin mucha fuerza, volvió de nuevo a resurgir y durante los meses de julio a diciembre de 1878 y de enero a julio de 1879, la exportación de cochinilla fue desde Tenerife de 11.622 quintales y desde Las Palmas, 15.860, que en conjunto suponían 2.201.760 kilogramos. No obstante, un quinquenio más tarde se repite el descenso, ganándole la partida esta vez el plátano (26).

 

La recesión o si se quiere el "crak" económico de la década 1870-1880, sí que afectó, como así denominan los economistas Bergasa y González Viéitez: " (...) sí que afectó en su conjunto al sistema productivo canario. Muchos agricultores quedaron sumidos en la ruina. Se vive el desconcierto más absoluto y se intenta volver a los cultivos tradicionales que ahora no dan resultado positivo" (27).

 

Se procura, en efecto, buscar soluciones a la crisis y las publicaciones en este sentido abundan. Así en 1875 la Sociedad Agrícola Comercial de Canarias, publica un folleto de elocuente título: "Causas que han motivado la depreciación de la cochinilla, medios establecidos entre nosotros para corregir este mal y entorpecimientos que se han opuesto a su realización" (28). En el cuadernillo en cuestión se arremete contra el Bruce (uno de los principales exportadores), achacándosele de ser uno de los causantes de los bajos precios impuesto.

 

Asimismo, se dejan oír otras voces, como la de don Domingo J. Navarro, que lee en 1875 una "Memoria sobre los nuevos colores extraídos de la hulla ", en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. Domingo J. Navarro apunta como solución la necesidad de disminuir el cultivo de la cochinilla, añadiendo lo siguiente: "(...) Podemos asegurar que desde mucho tiempo atrás se halla la cochinilla, bajo el rigor de la ley ineludible de economía política que dice: cuando la oferta excede de la de manda, el género que se ofrece pierde estimación. Es necesario por consiguiente disminuir el cultivo". Para paliar esta crisis Domingo J. Navarro señala como remedio el mejorar las tierras con abonos y que se extiendan otros cultivos como el tabaco, la cría del gusano de seda, la vid, la caña de azúcar, el café, las pitas, etc. (29).

 

Otro estudio es el que en 1880 realiza la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Laguna; tras lamentarse de la crisis que en los años setenta atraviesan las Canarias ("Perdidos los viñedos, arrastrados al mar una gran parte de nuestros montañosos terrenos, expuesto e inseguro el cultivo de patatas, escasos y sin valor los cereales, suspensos indefinidamente los importantes recursos que antes se hacían a estos habitantes desde la isla de Cuba y agobiados con el peso de insoportables impuestos, vemos deshacerse las casas principales, extinguirse la clase trabajadora y crecer la emigración de día en día" ), llega a la conclusión de que la única manera de salvar a las Islas Canarias de la ruina, es potenciar de nuevo el cultivo de la cochinilla. Esto es lo que declaran al respecto en el folleto que editaron con tal fin: "Un recurso nos resta todavía, si no para retroceder a grande altura en sentido favorable, para mejorar por lo menos algún tanto nuestra lastimosa situación. Pero ese recurso necesita de mucha abnegación, de mucho patriotismo, de mucha unión y buena fe. No es el cultivo del tabaco, por cierto, al que debemos dirigir nuestras miradas. El tabaco además de tener competidores en muchos países, es entre nosotros un cultivo nuevo que necesita algunos años para perfeccionarse y agrandarse y nuestra situación no es para esperar: que necesita aunque sean pequeños capitales para hacer ensayos y esos capitales no los hay; que necesita que el cosechero pueda realizar enseguida su cosecha y esto por lo pronto no es posible. Ni aconseja la prudencia abandonar lo conocido por lo que está por conocer.

 

Acaso no hayamos sido hasta aquí poco pensadores, acaso no nos hayamos fijado detenidamente en las cualidades especiales de nuestra cochinilla. Si producimos un artículo de necesidad reconocida, que puede decirse no tiene competidor en el mundo porque la corta cosecha americana tendrá siempre que andar a la cola de la nuestra, ¿será posible que no habría medios de evitar la depreciación de ese artículo y que es forzoso dejarlo correr hasta el punto de tener que abandonar su cultivo? No: esos medios existen porque no pueden menos de existir". (30).

 

Por fortuna, este criterio -equivocado, como luego ha demostrado la Historia- de la Economía de La Laguna, no se llevó a la práctica, ni fue compartido por la inmensa mayoría. La cochinilla no resurgiría jamás de sus cenizas con la fuerza de antaño, siendo luego sustituida por otros cultivos centrales: plátanos, primero, y luego el tomate.

 

Resulta obvio decir que los esfuerzos de todos esos próceres y entidades, fueron infructuosos, pues, al ser sustituida la grana o cochinilla por las anilinas sintéticas: "Ni siquiera el régimen de Puertos Francos puede paliar la nueva crisis; crisis que en esta ocasión es mucho más amplia y profunda que todas las anteriores, ya que el monocultivo había alcanzado proporciones muy altas. La emigración hacia América es inmensa, casi una cuarta parte de la población de Gran Canaria escoge esta solución y se aleja de la Isla", en opinión de Bergasa y Viéitez, quienes concluyen: "La emigración, otra vez más, ha constituido a lo largo de la historia canaria la forma coyuntural de superar unos conflictos estructurales que volvían a aparecer de forma reiterada y sistemática ante la pervivencia de las causas que los originaban" (31).

 

 

Bibliografía

 

23) MORALES LEZCANO, V.: "Producción, precios... ", pág. 5.
24) OLIVE, Pedro de: Diccionario Estadístico-Administrativo de las Islas Canarias. Barcelona (Jaime Jepus), 1868, pág. 1264.
También sobre las remesas de cochinillas exportadas en el pasado siglo a Londres, puede consultarse, con gran utilidad, unas tablas estadísticas muy completas publicadas recientemente por NADA-FARRERAS, Joaquim: "Dependencia y subdesarrollo: el caso canario. Notas sobre las relaciones comerciales entre Gran Bretaña y las Islas Canarias, l809-l9l4". Revistas de Hacienda Pública Española, nº 38, 1976, Págs. 157 a 169.
25) SANZ ANTON, J. : art. cit., pág. 85.
26) BENITEZ PADILLA, Simón: ob. cit., pág. 143.
27) BERGASA, Oscar y GONZALEZ VIEITEZ, Antonio: Desarrollo y subdesarrollo de la economía canaria. Madrid, Guadiana de Publicaciones, 1969, págs, 27 - 28.
28) CAUSAS que han motivado la depreciación de la cochinilla, medios establecidos entre nosotros para corregir este mal y entorpecimientos que se han opuesto a su realización. Las Palmas de Gran Canaria. Imprenta La Verdad, 1875, pág. 47.
29) NAVARRO, Domingo J.: "Memoria sobre los nuevos colores extraídos de la hulla". Gran Canaria. Imprenta de La Verdad, 1875, pág. 31.
30) Memoria sobre las causas de la actual decadencia de la provincia de Canarias y medios para evitar su ruina. Real Sociedad Económica de Amigos del País de S. C. de Tenerife en San Cristóbal de La Laguna. S. C. de Tenerife. Imprenta Isleña de Fco. C. Hernández, l880, pág. l6.
31) BERGASA, O. Y GONZALEZ VIEITEZ, A. : ob. cit., pág. 32.

 

 

Este artículo fue publicado en el número 94 de la revista Aguayro, editada por la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria, en 1977.


 

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