Cuando hablamos de Canción Canaria hacemos referencia a una parte importante de la historia musical de Canarias.
Entendemos la Canción Canaria como un género musical cuyas composiciones están inspiradas en el sentir popular, en el costumbrismo y en la belleza de nuestras islas y que tiene como soporte musical fundamental la música tradicional canaria.
Generalmente se define a la canción como una breve pieza vocal en estilo monódico, texto en verso y asunto vario (canción de gesta, amatoria, etc.), en el que la sencillez y la expresividad priman sobre cualquier efectismo.
A esta formulación se acoge tanto la canción popular que el pueblo crea o adapta a su idiosincrasia o temperamento como la original o culta creada por el compositor según el estilo y forma que a él interesa. Una de las formas de la canción popular es la “canción con estribillo”: consiste en una serie de estrofas con idéntica o diferente música y letra, y un estribillo siempre idéntico en música y letra.
El fenómeno de la Canción Canaria en las islas está indiscutiblemente unido a la aparición de la radio y la discografía en la década de los años 20. Con el tiempo se popularizaron en las islas numerosos géneros musicales que obtuvieron gran popularidad como los pasodobles o las habaneras junto a los ya conocidos géneros canarios como las folías, isas y malagueñas, mezclándose a su vez con los de otros países, sobre todo hispanoamericanos, como los corridos, las rancheras, la rumba, el tango, el bolero, el fox trot...
Este repertorio se fue popularizando entre los canarios y cultivado por músicos de las islas que se agrupaban en pequeños conjuntos (dúos, tríos, cuartetos...) que dieron lugar a orquestas u orquestinas para animar bailes y celebraciones como la fiesta del pueblo, el Carnaval o la Navidad hasta mediados del siglo XX. Estos grupos podían estar compuestos por guitarras, timple, algún laúd, clarinete o saxofón, un acordeón, una pequeña batería, violín y pandero.
Más tarde, el auge del turismo durante los años 50 y 60 revitaliza en cierta forma la maltrecha economía de Canarias, influyendo positivamente en el desarrollo del este nuevo género musical canario.
A la sombra de esta bonanza económica surgen algunos colectivos que se encargarán de potenciar las islas como lugar paradisíaco, alabando las bellezas del archipiélago.
Esos nuevos colectivos y cantadores potenciarán en gran medida este fenómeno de la Canción Canaria. A este respecto nos encontramos figuras como Mary Sánchez y Los Bandama, El Trío Acaymo o Lita Franquis y el grupo de Juan Curbelo, entre otros.
Un capítulo aparte merece también la cantante herreña María Mérida, nacida en la isla de El Hierro en 1925 y que ha sido uno de los máximos exponentes de la Canción Canaria de todos los tiempos.
Indiscutiblemente los pioneros de la canción canaria fueron LOS HUARACHEROS, este cuarteto internacional abrió y señaló el camino que más tarde continuarían otros.
Sus composiciones musicales estaban inspiradas en elementos del folklore canario y las costumbres populares, ensalzando las bellezas de nuestra tierra y el sentimiento de identidad canaria.
Los Huaracheros llevaron este sentimiento por toda la Península e Hispanoamérica, como afirmara el Diario de la Marina de La Habana: “(...) con Los Huaracheros, surge la canción sentimental de las Islas Canarias sobre elementos promisorios de rico folklore”.
La moda de la época también llevó al grupo a combinar los ritmos tradicionales de las islas con ritmos internacionales (guaracha, mambo, pasodoble, fox, canción hawaiana, joropo, bolero...) creando así innumerables canciones acorde con el sentir popular.
Hoy parte de su obra vive ya en la memoria colectiva formando parte del repertorio de grupos y parrandas como Siete Rosas, Puerto de La Luz, Mi Tierra Guanche, ¡Viva San Andrés!, Tierra Canaria o ¡Ay, Bajamar!...
La obra de Los Huaracheros es tan extensa que merecería un tratamiento aparte en la tradición musical de nuestras islas, si analizáramos sus composiciones y arreglos nos daríamos cuenta de que este conjunto santacrucero ha sido un referente musical que quizás haya inspirado más tarde la obra y el quehacer de otros colectivos, por ejemplo: los arreglos corales a dos y tres voces, la introducción de instrumentos ajenos al folklore como la batería, el piano, la flauta travesera, el violín o la guitarra hawaiana, además de cultivar con gran acierto géneros como el pasodoble, el bolero o el fox-trot, entre otros aspectos…
Ellos han sabido combinar como nadie sencillas y bellas melodías con los cantos de nuestra tierra e inspirados en el costumbrismo y la cotidianeidad, crear hermosas coplas que hoy forman parte de la memoria colectiva.
Pero sin duda alguna, el padre de la canción de autor en Canarias fue el polifacético NÉSTOR ÁLAMO (Santa María de Guía, 1906 – Las Palmas de Gran Canaria, 1994). Fecundo autor de numerosas canciones inspiradas en el folklore que supo combinar y recrear con verdadera maestría.
Muchas de ellas, las más jaraneras, en el repertorio folklórico de Canarias a excepción de Maspalomas y tú, La noche en Arguineguín o Sombra del Nublo, otras desgraciadamente en el olvido.
Su amistad con el pintor Néstor de La Torre y con Mary Sánchez, para la cual compusiera algunos de sus mejores temas, contribuyeron a su popularidad y reconocimiento que convierten su obra en una de las más ricas creaciones artísticas de Canarias.
Durante esta época otros compositores locales dieron a conocer con mayor o menor fortuna algunos de sus temas que han perdurado hasta nuestros días: Artenara o Camino de Tunte de Antonio Herrera, Campanas de Vegueta o De Belingo de José María Millares, El Tartanero de Andrés Plata, La Vieja Farola de Bastardi Márquez y Perdomo Alfonso, Mi Canaria, Adiós de Herminia Naranjo, Pobre Rafael de Andrés Macías, Pico Teide de Teresa Rodríguez, San Juanito de Juan del Río Ayala y el Maestro Herrera, Somos Costeros de Pancho Guerra, Pena Vieja de Sindo Saavedra…
Algunas de estas y otras composiciones son parte importante del repertorio actual de numerosos colectivos.
Sin duda alguna la Canción Canaria tuvo especial importancia en una época de la historia musical de Canarias, siendo olvidada más tarde, en favor de otro tipo de colectivos preocupados por la recuperación de la vestimenta tradicional y el rescate de cantos y bailes de las islas. En esta nueva línea surgirán numerosos colectivos que desarrollarán una importante labor.
Sin embargo, la capacidad creadora de los conjuntos de música tradicional y popular canaria descendería a tal punto que en la actualidad el repertorio de la mayoría de ellos se limita a la interpretación casi exclusiva de temas exprimidos hasta la saciedad (folías, isas, malagueñas, polcas, berlinas, aires de lima, seguidillas, etc.), alguna que otra Canción Canaria, generalmente las más conocidas, y en otros casos, a la interpretación de canciones sudamericanas con mayor o menor acierto.
Lo que pretende este artículo es despertar la curiosidad de los músicos tradicionales y ofrecer una nueva fuente de la que nutrirse, de la que tomar ejemplo y que debemos potenciar: ¿por qué no una nueva era de la Canción Canaria? Existen multitud de canciones desconocidas de grupos ya olvidados y que sería bueno retomar o, simplemente, poner a trabajar nuestra vena compositora y creadora, algo que jamás se agotará y así de paso, dejamos respirar a nuestro folklore.