Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Tres malvasías en honor al ilustrado Viera y Clavijo.

Martes, 21 de Febrero de 2006
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 93

La bodega Arca de Vitis potencia esta variedad en sus elaboraciones.



La bodega tinerfeña adscrita a la Denominación de Origen Valle de Güímar Arca de Vitis acaba de sacar al mercado tres nuevas elaboraciones de Malvasía que pretenden reconocer y difundir las excelencias de esta variedad, tan vinculada a esta tierra. El Malvasía Seco, el Seco Barrica y el Naturalmente Dulce rinden homenaje además a uno de los ilustrados más representativos de la Historia en nuestro país, José de Viera y Clavijo, quien también supo valorar las excelencias de esta variedad. La bodega se suma de este modo a la conmemoración este año del 275 aniversario de su nacimiento.

En su tercer año de elaboraciones, Arca de Vitis ha apostado por la Malvasía aprovechando su versatilidad para impulsar nuevas líneas de trabajo en bodega. En el 2003 Arca de Vitis elaboró un Malvasía Seco mediante un proceso tradicional. En el 2004 investigó elaboraciones más tecnológicas y con la cosecha del 2005 ha querido reconocer la polifacética figura de José de Viera y Clavijo planteándose el reto de elaborar tres vinos varietales a partir de la uva Malvasía obtenida de una única finca. Así nacen y se presentan en el mercado dos vinos secos, el Malvasía Seco con maceración prefermentativa y el Malvasía Seco Barrica con maceración fermentativa, y un Malvasía Naturalmente Dulce. Se han comercializado 800 botellas de 50 cl de cada una de las elaboraciones.

Pocas bodegas se han atrevido a realizar elaboraciones de Malvasía seco. Arca de Vitis se ha arriesgado y ha asumido un reto que está encontrando una respuesta muy positiva en el mercado y en el consumidor. Esta bodega tinerfeña intenta desde su nacimiento buscar el siempre difícil equilibrio entre la rentabilidad de un pequeño proyecto y la innovación, tan necesaria en el complejo mundo del vino.

A través de la Sociedad de Promoción Exterior del Gobierno de Canarias, PROEXCA, los vinos de Arca de Vitis, y su marca Contiempo, estuvieron presentes en Fitur, la segunda feria turística más importante del mundo. El Malvasía seco, el que viajó a Madrid, fue muy bien acogido en las degustaciones de los entendidos y aficionados al mundo del vino que se acercaron al stand.


Malvasía seco.

Vino blanco que pretende resaltar los aromas primarios de la variedad, para lo cual se sometió a una maceración prefermentativa en frío durante ocho horas, seguido de un prensado a baja presión, desfangado y una fermentación a temperatura controlada. En su nota de cata se descubre un color amarillo pajizo, una intensidad media, notas cítricas, azahar, frutos secos y un paladar fresco, algo balsámico y un postgusto largo con ligero amargor. Se han elaborado 450 litros de Malvasía seco, presentando este vino una graduación de 14’5º.


Malvasía seco barrica.

En la elaboración de este blanco se incluyeron matices tradicionales. Para lograr una extracción potente de los componentes del hollejo se mantuvo un 30% de los extraídos de la prensa en contacto con el mosto durante cinco días al inicio de la fermentación. Tras la misma se mantuvo el vino en barricas nuevas de roble con las lías en suspensión mediante la técnica del “batonage”. Se han elaborado 450 litros de Malvasía seco barrica, presentando una graduación de 15º. Amarillo con reflejos dorados, aroma de intensidad media, con notas a frutos secos, maduros, “toffee” y café. En boca se muestra redondo, glicérico, y con un retrogusto largo y de registro muy amplio, dominando los recuerdos de frutos secos.

La bodega ha pretendido que el primer vino muestre los aromas primarios característicos de la variedad, mientras que con la segunda elaboración ha buscado resaltar los aromas secundarios y terciarios.


Malvasía naturalmente dulce.

Para comparar el potencial de las elaboraciones secas es necesario la referencia del más afamado y tradicional de los malvasías, el dulce. Para alcanzar la madurez necesaria de los dulces la uva se mantuvo en la planta cinco semanas más. Después del desfangado se incorporó al mosto en fermentación una selección de pasas recogidas de la prensa con el fin de extraer más azúcar y aumentar las notas de pasificación. La fermentación finalizó con 80 gr/l de azúcar residual. Los 900 litros elaborados alcanzan los 14º. Amarillo dorado, el Malvasía naturalmente dulce alcanza notas de intensidad media, de fruta pasificada sobre notas cítricas. En boca posee una entrada amplia, se muestra sedoso y envolvente y con una agradable sensación debido a una perfecta armonía entre el dulzor, la acidez y el amargor.


Viera y Clavijo.

Socio supernumerario de la Academia de Historia a propuesta de su director Campomanes, el erudito tinerfeño fue colega de Jovellanos como censor y como académico, padrino de Meléndez Valdés y amigo entrañable del ilustre botánico Cavanilles. Viera y Clavijo viaja por Europa y aprovecha la estancia en París de casi un año para seguir conferencias y cursillos científicos. Asistió a la recepción de Voltaire en la Academia, conoció a Condorcet y a d'Alembert. Tras esta estancia parisina se renovó su interés por las ciencias a las que ofreció una intensa dedicación. Tras su vuelta a Canarias, dedicado a las ocupaciones de su cargo en la Real Sociedad Económica, el colegio de San Marcial y a sus trabajos literarios y traducciones, Viera y Clavijo encuentra tiempo para escribir el “Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias”. Cuenta en su haber asimismo con una Historia de Canarias que le acarreó numerosos disgustos.

A la figura de Viera y Clavijo (1731-1813) nos acercamos a través de su obra, concretamente su “Diccionario de la Historia Natural de las Islas Canarias” (1799). De este título cabe resaltar la amplitud de sus conocimientos y la precisión científica de sus descripciones, que se completan con notas que demuestran la proximidad de Viera a la realidad canaria.

De la Malvasía, Viera y Clavijo relata:

Vitis Epidaurica, Vinum Malvaticum, Vino Cretaceum. Nombre que damos a la parra y vino dulce de sus uvas, que se hace en las Islas de Tenerife y de La Palma, por haberse entendido que esta especie de vid era originaria de una pequeña isla de la Grecia llamada “Malvasía” y antiguamente Epidacura, sobre la costa oriental de Morea, distante un tiro de pistola de la tierra firme, célebre por el excelente vino de este nombre que produce su terreno. Sin embargo, la tradición más recibida entre propios y extraños es que la dicha casta de parra no nos vino en derechura de la Isla Malvasía, sino de la Candiaque, que en lo antiguo se llamó Creta, por lo que el Diccionario de la Lengua Castellana da a este vino la que le correspondía en latín de Vimum Creticum. Como quiere que fuese este vino de licor se apellida “VINO GRIEGO” y que las cepas que desde principios del siglo XVI se plantaron en las bandas del Norte de Tenerife, hallando no sólo uno, collados de tierras ligeras, areniscas, impregnadas que habían depositado en ellas los antiguos volcanes, sino un clima muy análogo al de la Grecia; medraron y prosperaron desde luego de una manera prodigiosa.

Es a la verdad un espectáculo agradable al de aquellas haciendas de viña dispuestas en carreras, levantadas del suelo sobre horquetas altas, cuyos sarmientos entretejidos y ligados, forman unas prolongadas barandas cuyos sarmientos y pámpanos de un vello verde por dentro y de un blanco algodonoso por fuera de los cuales penden los racimos de más de un pie de largo, aunque de corta circunferencia, cuyos granos ovales espesos, toman color de cera virgen en su madurez. Tenemos una especie de “Malvasía” cuyas uvas son negras, y un sabor dulce intenso y amoscatelado. Vendimiamos en este estado, se fabrica de ella el vino seco llamado “Malvasía verde” que siendo generoso y dotado de buenas cualidades que se buscan en el comercio compite con vinos de la Madera y de Jerez y puede ser transportado a distantes regiones sin menoscabo de su bondad.

Pero la Malvasía que siempre tuvo la mayor fama y celebridad es la dulce, licorosa y acompañada de perfume. Para comunicarle estas prendas y darle aquel justo temperamento entre lo suave y lo picante de modo que la dulzura de su azúcar corrija la acrimonia de su tártaro se dejan los racimos en las vide hasta que empiezan a madurarse, a pasarse y cubrirse de moho; de suerte que llegando a perder la mayor parte de su flema por la desecación se extraiga un mosto viscoso que fermentando ligeramente nos dé aquel licor delicioso que algunos autores han calificado de “néctar”.

Hasta muy entrado este siglo (1869), todo el vino que se hacían de estas uvas era de esta clase y los ingleses y holandeses lo venían a buscar sacando todos los años más de diez y seis mil pipas y pagando buen precio según el orden de primera, segunda y tercera suerte”. La Malvasía de la Isla de La Palma tomo entonces un distinguido crédito y algunos escritores extranjeros, copiándose unos a otros, la aplaudieron y aún llegaron a creer, que se hacía del jugo de “las palmas”. Pero en Europa pasó la moda de este licor y faltando ya el gran despacho, que tenían, se fabrica ahora muy poco. No obstante lo hallaremos siempre recomendado en la farmacopea para ciertas confecciones oficinalis, que suelen recomendar los médicos y miran con los respetos del remedio magistral. Con efecto la Malvasía dulce es un excelente cordial, y quizás vale ella sola por todos los cordiales juntos siendo además expectorante y laxante a diferencia de otros vinos.

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