Revista n.º 1061 / ISSN 1885-6039

Los mayos de mayo. Santa Cruz de La Palma.

Viernes, 5 de mayo de 2006
José Guillermo Rodríguez Escudero
Publicado en el n.º 103

La madrugada del primero de mayo era costumbre colocar esos mayos, como ocurre en lugares de Madeira (Machico) y de Azores (Terceira), unas graciosas figuras que se hacían con trapos viejos y se cubrían con ropas de sus dueños (incluso en uso, ya que no había abundancia como ahora), zapatos desgastados… Se mimaba cada uno de los detalles.

Foto Noticia Los 'mayos' de mayo. Santa Cruz de La Palma.



En zonas de la Península se conoce por mayo a una especie de palo alto o árbol que se adorna con cintas de colores, frutas y otros objetos, adonde durante el mes de mayo concurrían los mozos y las mozas a divertirse con bailes y otros festejos. En otros lugares también se llaman así a aquellos muchachos que acompañan y sirven a las mayas, muchachas que presidían los festejos populares. Aun más, también hay sitios, sobre todo en Galicia, que denominan mayos a los cánticos con los que los mancebos obsequian a las doncellas en la última noche de abril.

 

En La Palma, especialmente en su capital, se exhiben unos simpáticos muñecos grotescos de tamaño natural que se conocen popularmente por mayos. Esta tradicional y original forma de comenzar el quinto mes del año ha evolucionado con el paso del tiempo.




 

Se inició a principios del siglo XIX (como nos confirma doña Marina Duque, ex presidenta de la asociación de vecinos “Zeloy” de la Barriada de Las Nieves), en las calles del Tanque y de los Molinos, hoy llamadas A. Rodríguez López y Baltasar Martín respectivamente.

 

Desde sus más lejanos antepasados le ha llegado mucha información acerca de cómo se confeccionaban y de qué temas trataban. Ella, con un grupo de colaboradores del barrio, trató de rescatar del olvido una tradición que estaba a punto de desaparecer. Se iba perdiendo por las prisas, la comodidad, la desunión vecinal, el ritmo actual de vida y sus valores, que poco respetan las tradiciones… Así, fue recuperada en 1982 y se continuó trabajando duramente hasta 1999, año en que dejó de hacerse.

 

Recuerda con gran emoción, mientras observaba con melancolía las fotos de esas fiestas, cómo un año de votaciones se instaló una mesa electoral con mayos en la que no faltó el que representaba a don Antonio Sanjuán (ex alcalde de la capital palmera), ni el de don Manuel Fraga. También aparecían otros que simbolizaban: una anciana sentada en las escaleras vestida de negro riguroso con su pañoleta y papeleta en mano; una madre con su hijo en brazos al que le cantaba una nana; un policía que mantenía el orden; una señora de pelo rubio que ponía el voto en la urna…




 

A raíz de la gran aceptación vecinal, comenzó a hacerse más cantidad de mayos y a ampliar su radio de exposición. Ya no sólo se colocaban en las “Ex Colonias” y en sus escalinatas, sino que penetraron en las callejuelas del barrio y en sus plazoletas.

 

En 1983 surgió la idea de hacer un homenaje al programa de la televisión Tenderete. En una fila de mesas y sillas situadas sobre la azotea de la asociación, se colocaron numerosos muñecos, unos cantando, otros tocando instrumentos, un camarero sirviendo… Un ambiente festivo en el que no faltaba detalle: vasos y botellas de vino, cestas de mimbre en el suelo, una cantina hecha de madera y palmas con un cartel que rezaba “¡Qué tenderete!”, etc.

 

Otros temas que se trataron fueron: en el 94, “los patios canarios” (una pareja de mayos vestida con el traje típico mantenía de pie, entre sus manos entrelazadas, la cruz enjoyada. Otro año, un grupo de mayos custodiaban una cruz azul cuajada de prendas que surgía de un estanque de agua lleno de peces de colores…); en el 85, “la Bajada de la Virgen” (se recuperó uno de los números tradicionales, lamentablemente desaparecido de esas Fiestas Lustrales: “los acróbatas”); en el 99, “la pesca” (en las callejuelas se colocaron muchos peleles, tanto solitarios como agrupados, cosiendo redes, barriendo la calle, mirando cómo otros trabajaban, etc.).

 

En 1998 el tema elegido fue la lucha canaria. Se instalaron 180 mayos: un colegio de niños sonrientes y emocionados, guiados por su profesora con pañoleta azul para ver una luchada entre el “Tedote” y el “Candelaria”. Doña Marina agradece la participación de ambos clubes, los de “verdad”, por la donación de los trajes y por enseñarles la posición de las agarradas, etc.; el escenario: un terreno de lucha lleno de serrín en el que dos luchadores se enfrentaban ante un árbitro que los aleccionaba, mientras en el banquillo los dos equipos aguardaban su turno; unos espectadores sentados comiendo pipas, otro apostando, etc. Se necesitó más de tres meses para elaborarlos.

 

Lamentablemente, con la salida de doña Marina Duque de dicha asociación, en la Barriada de Las Nieves no se ha continuado con la tradición.





 

Para el recuerdo nos ha quedado la grabación del programa de televisión titulado Senderos Isleños. Una emisión repetida en varias ocasiones por la demanda del público y que mostraba un taller lleno de complicidad y alegría durante la dura pero amena confección de los peleles, una juventud entretenida y “localizada”, un barrio más unido que nunca trabajando orgulloso con la mirada puesta en conseguir que todo saliese bien.

 

Cientos de personas acudían de todos los sitios para recorrer las exposiciones y esto animaba y generaba riqueza en el lugar.

 

La madrugada del primero de mayo era costumbre colocar esos mayos, como ocurre en lugares de Madeira (Machico) y de Azores (Terceira), unas graciosas figuras que se hacían con trapos viejos y se cubrían con ropas de sus dueños (incluso en uso, ya que no había abundancia como ahora), zapatos desgastados… Se mimaba cada uno de los detalles.

 

Ha evolucionado su confección y los materiales empleados son diferentes en la actualidad: guata, muselina, papel de periódico… Del teñido del pelo de estropajo con cochinilla, se ha pasado a los hilos de colores y a la soga…

 

También nos informa doña Marina que se está alcanzando un alto grado de sofisticación a la hora de la confección de los muñecos. Hay que tener en cuenta que “los nuestros” tienen la cara pintada con nariz, ojos, cejas… y no es bueno para la continuidad de esta bella tradición un “forzado refinamiento y fingida exquisitez”. De esta guisa no fueron creados a principios del siglo XIX y es necesario seguirlos haciendo así para su perdurabilidad en nuestra cultura.

 

En cambio sí han sido recuperados de forma espectacular en la mencionada calle del Tanque. En las últimas ediciones todos hemos disfrutado con un trabajo bien hecho: una gran profusión de mayos que anunciaban la llegada a las diferentes cruces que salpicaban el recorrido. Éstas estaban muy bien engalanadas, con espectaculares joyas y flores, plantas, etc. Un trabajo concienzudo que ha sido magníficamente elogiado por propios y extraños.

 

Se recupera así un “Via Crucis” o “camino de la cruz” que hicieron los frailes franciscanos cuando llegaron a La Palma, justo después de la Conquista, en recuerdo a los pasos que dio Jesucristo en su camino al Gólgota y que rodea las callejuelas en torno al Ex Real Convento de la Inmaculada Concepción, hoy San Francisco de Asís.

 

Doña Marina insiste en que la tradición debe volver a su pureza original, que es su fundamento y su razón de ser. Originalmente los mayos se colocaban en la madrugada del día primero, como una revelación del lugar donde iba a ser entronizada la cruz en la noche del día siguiente. Se trataba de informar: Aquí habrá una cruz.





 

Actualmente ambas tradiciones se funden en una y sería conveniente que los vecinos se acostumbraran a continuar con lo que hacían nuestros ancestros: primero los mayos y luego la cruz. Sin embargo, con los tiempos que corren, no se dan las perfectas condiciones de seguridad para que estos altares efímeros y mayos permanezcan las dos noches sin ser asaltados, destruidos, robados o modificados.

 

Recordemos que en el día tres de mayo se celebra la Fiesta de la “Santa Cruz Gloriosa”, Patrona titular de la capital palmera junto a Santa Águeda. Se conmemora este año el 513 aniversario de su fundación a manos del Adelantado Alonso Fernández de Lugo, el 3 de mayo de 1493.

 

La periodista palmera María Victoria Hernández, en su magnífico trabajo La Palma. Las Fiestas y Tradiciones, nos informa acerca de las peculiaridades de esta celebración. Lo de madrugar se seguía con todo rigor y cuidado. Los vecinos se levantaban a medianoche para comenzar con la colocación de los mayos el día primero. “Si estaban dormidos al entrar el mes de mayo, éste se les metía por el culo y las consecuencias no podían ser más desagradables”.

 

Doña Marina, al relatar todo lo que ha vivido en estos diecisiete años al frente de la asociación de vecinos y de su lucha por rescatar los muñecos, cita con orgullo y nostalgia la fructífera experiencia de su visita a la Barriada del Pilar para enseñar allí los detalles y entresijos de cómo se confeccionaban siguiendo fielmente con la tradición. La elaboración de mayos continuó en esa zona capitalina durante un cierto tiempo, pero pronto dejó de hacerse.

 

 

Ver galería de fotos Cruces y Mayos de 2011 en Santa Cruz de La Palma

 

 

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