Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Lo que la mar trae a nuestra orilla.

Martes, 28 de Agosto de 2007
Rafael C. Gómez León (Director de EL PAJAR. Cuaderno de Etnografía Canaria)
Publicado en el número 172

Lo que la mar trae a nuestra orilla, frase con la que abrimos este artículo; encierra un sentimiento, un compromiso con la diversidad y el respeto a la particularidad. Ella, esa mar con nombre de mujer, permite que se acerquen manifestaciones culturales que nos sirven para intercambiar y confrontar realidades distintas. Esa diversidad permitirá un enriquecimiento personal y colectivo que nos servirá para diseñar un futuro de compromiso.


A todos los seres humanos que tuvieron, tienen o tendrán que ir más allá del mar.


Nuestro Archipiélago siempre ha estado al son de las mareas de este Atlántico que todo envuelve y rodea. Mar que tanto permite coger la senda de la emigración para descubrir y colonizar nuevos mundos, como traer a miles de seres humanos en condiciones de extrema pobreza los cuales deben hacernos recordar nuestras salidas clandestinas hacia América, décadas atrás, buscando “el porvenir” y el sostén de nuestras familias.

Idas y vendidas por un mar que ha sido nuestro sustento y la vía de comunicación intercontinental entre culturas diversas. De él hemos comido y de él llenamos la memoria. Ese trasiego oceánico nos ha permitido configurar una señas de identidad que nos diferencian como pueblo y nos compromete con el mundo.

Canarias, tierra atlántica, ha bebido de sus orígenes norteafricanos, de esos primeros pueblos que poblaron nuestras islas. De ellos, heredamos elementos culturales que aún perviven entre nosotros; toponimia, vestigios lingüísticos, ancestrales ritmos musicales, vías pecuarias que sirven de enlace entre diferentes poblaciones isleñas, o una alfarería neolítica que por suerte, aún, se mantiene viva. Pero también bebimos mucho de América, del proceso de transculturización que provocan los fenómenos migratorios y que han salpicado nuestra historia reciente.

Europa, ejerció y ejerce una influencia cultural importante antes y después de la conquista castellana. Numerosas oleadas de habitantes del Viejo Continente, ávidos de nuevas tierras van marcando los tiempos de la historia. Pero Canarias siempre ha sido un pueblo solidario y amable, abierto a quienes sin afanes “conquistadores” se acercaron o se acercan a nuestras Islas con intención de compartir, respetando nuestra identidad y aportando la suya. De esa comunión, de ese equilibrio, nace el pueblo canario que quiere y debe defender esos elementos que nos diferencian pero que también nos unen.

Durante muchos años, la Asociación Pinolere. Proyecto Cultural y su revista, EL PAJAR. Cuaderno de Etnografía Canaria, se ha marcado como objetivo el profundizar, investigar y difundir las raíces de nuestro patrimonio cultural, la cultura popular de los que, hasta no hace muchos años, poco tenían que decir. De los sin voz. Pero también han tenido cabida los de “más allá del mar”.

Año tras año, pretendemos sumergirnos en segmentos significativos de nuestra identidad. Reunir a un conjunto de personas que desde ópticas y realidades distintas nos permitan ver y conocer la globalidad en el conjunto de elementos que dibujan la evolución y transformación de las sociedades.

Lo que la mar trae a nuestra orilla, frase con la que abrimos este artículo; encierra un sentimiento, un compromiso con la diversidad y el respeto a la particularidad. Ella, esa mar con nombre de mujer, permite que se acerquen manifestaciones culturales que nos sirven para intercambiar y confrontar realidades distintas. Esa diversidad permitirá un enriquecimiento personal y colectivo que nos servirá para diseñar un futuro de compromiso.




En esta ocasión, nuestro compromiso con los oficios tradicionales nos va a permitir conocer una actividad muy arraigada en Canarias: la cestería. Hoy en día, esta actividad artesana en las Islas y en el mundo está viviendo una situación límite, ya que debe competir con nuevas tecnologías invasoras, con capacidad para proporcionar productos; “mucho mejores” y con unos costes de producción muy bajos.

Aun así, la cestería tradicional se resiste ante las innovaciones tecnológicas radicales, ante la manufactura y la producción de cestos de forma industrial y con mano de obra barata -en ocasiones de menores de edad-.

Los cambios radicales en los modos de producción tradicionales están afectando a nuestros artesanos, y por supuesto a los cesteros, que ven irremisiblemente cómo se generan nuevos negocios que transforman o destruyen los existentes. La lucha por la supervivencia de lo nuevo con lo viejo; entre un cesto de castañero para recoger uvas en la vendimia con una simetría singular y su combinación de formas y colores, frente a una monótona caja de plástico elaborada en serie con residuos del petróleo, maderas tradicionales frente a los aglomerados y fibras...

Nuestro proyecto pretende seguir siendo un manifiesto a la resistencia, un no sucumbir ante esa vorágine destructiva de lo personal, de lo artístico, de lo popular con sus señas de autor. De ese arte popular que se resiste a romper el cordón umbilical que le une a una cultura material identitaria, singular, que no debe zozobrar ante la invasión tecnológica radical en la que estamos sumidos.

Entendemos, no obstante, que ese apego a lo tradicional no debe estar reñido con la innovación en las formas, en los materiales, en los usos... pero siempre estará ligado a un estilo de vida. Reutilizando materiales de reciclaje para la manufactura de estas obras del arte popular o usando materias naturales que nos hagan sentir más cerca, más unidos a esa Naturaleza que despiadadamente esquilmamos y a la que lentamente vamos practicando una eutanasia colectiva, aunque se pretenda mimetizar en ocasiones por políticas seudo protectoras del medio ambiente.

Estos dos nuevos números de EL PAJAR -Estampas isleñas y Lo que la mar trae a nuestra orilla-, han supuesto un esfuerzo importante, tanto económico como humano. El reunir a tantos expertos y tantas expertas en el mundo de las fibras vegetales, de un sobrado reconocimiento local e internacional de cada uno de ellos y ellas, nos llena de orgullo y satisfacción al ver cómo esta revista, que naciera hace ya doce años y ya ha editado veinticinco números, es hoy un referente en el panorama cultural internacional.

Esa mirada atlántica, siempre presente en nuestros proyectos, se nos llena de gratitud al ver lo que la mar trae a nuestra orilla.


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Comentarios
Miércoles, 29 de Agosto de 2007 a las 13:45 pm - p.b.

#03 .......no se olviden de llevar el Timple y la Guitarra pa la feria......

Martes, 28 de Agosto de 2007 a las 21:25 pm - Goretti y Güicho

#02 Felicidades por la gran labor que hace la gente de Pinolere y como no la que llevas tu despues de tantos años.

Gracias por lo que el mar trae a nuestra orilla y sigue adelante.

Nos vemos en La Feria

Martes, 28 de Agosto de 2007 a las 09:27 am - Belicar

#01 Amigo Rafa, nuestro eterno agradecimiento a la labor que ustedes hacen es infinítamente proporcional al trabajo que realizan. Espero que sigan en la senda del \"buen quehacer\" pese a las dificultades económicas y otras penurias. Un saludo a Jesús y al resto de la gente. Felicidades.