El arqueólogo vinculado a la Universidad de La Laguna explicó que las fuentes clásicas que hablan de los pueblos asentados en el área de influencia bereber (llamados libios por los griegos) dan algunas pistas interesantes sobre el origen de los canarios ya que “existen algunas descripciones de costumbres y rituales que son muy similares a lo que podemos leer en las crónicas de la conquista o en los textos del siglo posterior que hablan de los aborígenes”. Para Tejera Gaspar, pese a reconocer que “en el lapso de 1.500 años hay cambios palpables en cualquier hecho social”, hay ecos que relacionan a los aborígenes de las Islas Canarias con esos pueblos, con los libios de los que habla Herodoto en sus libros de Historia. “Hay vinculaciones clarísimas que aún pueden verse en los yacimientos de Gran Canaria, por ejemplo, o la propia escritura líbico bereber que sólo se encuentra en Canarias y el Norte de África. Pero si se lee a Herodoto aparecen costumbres relativas al matrimonio, a la religión o a los ritos funerarios que tienen muchísimo paralelismo con lo que nos contaron un milenio y medio después los primeros europeos que llegaron a las islas”, comenta.

En este sentido, aseguró el catedrático de Prehistoria, el estudio comparado de los textos que hablan sobre la religión puede ser “un filón poco explotado por los investigadores que puede darnos muchísimas claves para entender quiénes vinieron y cuándo lo hicieron”.

Tejera Gaspar polemizó sobre las teorías que pretenden “emparentarnos con antepasados más ilustres que los bereberes” y declaró con rotundidad que “nuestra cultura es nuestra cultura y el origen de aquellos hombres y mujeres es tan válido como cualquier otro”. El arqueólogo señaló que estas teorías vienen de lejos y mencionó a Viana o a Viera y Clavijo que buscaron el origen de aquellos pueblos en Fenicia y la Atlántida, respectivamente. En la actualidad, prosiguió, hay investigadores que siguen ese camino. El arqueólogo comentó, por ejemplo, que los pozos que se encuentran en la costa Sur de Lanzarote y que se han querido asociar con la presencia púnica en Canarias son “de clara factura medieval y son muy similares a los que se encuentran en el sur de la Península y por toda la cuenca mediterránea".


Un parque fantástico.

El catedrático de la Universidad de La Laguna aseguró que las actuaciones que se han llevado a cabo en la Cueva Pintada de Gáldar son fantásticas y que el centro gestionado por el Cabildo de Gran Canaria es “un ejemplo de lo que se debería hacer en otras islas”. El veterano arqueólogo evocó los tiempos en los que “había un balde azul y otro verde para recoger el agua de las goteras” y señaló que el tratamiento museístico y arquitectónico del yacimiento son “impresionantes”. Tejera Gaspar destacó que la apertura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada ha sido “un éxito para todos los canarios”. “Fui uno de los muchos que lucharon para que un centro patrimonial como éste recibiera el trato que se merece y he seguido con interés y atención la construcción del edificio”, finalizó.