Revista n.º 1065 / ISSN 1885-6039

II Encuentro Internacional de Improvisadores. La voz de Corralejo.

Viernes, 27 de julio de 2007
Redacción BienMeSabe
Publicado en el n.º 167

El pasado sábado, 21 de julio de 2007, el Casco Viejo de Corralejo (La Oliva) volvió a tener voz pública de apoyo en un acto social con todas las de la ley, nunca mejor dicho. Pues la ley y la justicia es la que va dando la razón a todos los propietarios de las casas que, desde hace años, han intentado usurpar al pueblo llano, pesquero y trabajador. Los poetas, en su condición de pueblo que son, hicieron conciencia de este asunto a partir de la maravilla de su ingenio en este festival que, por la causa y maestría de sus actores, se convierte en todo un referente cultural de las Islas Canarias.

El grupo de improvisadores participantes hacia el final del acto.

 

Dimos cuenta el pasado año del I Encuentro de Improvisadores por el Casco Viejo de Corralejo, y este año no podía ser menos. Allí estuvimos para poder testimoniar, de nuevo, de primera mano, todo lo que sucedió. Las Fiestas del Carmen son el marco en el que se celebra, este año el día 21 de julio, en su mañana y en su tarde.

El pueblo de Corralejo se apreciaba sumido en la algarabía festiva de sus calles engalanadas, así como en la zona de playa, a la altura del Muelle Chico, donde sobre todo jóvenes pero también personas de no tan corta edad, disfrutaban de una jornada de sol con música y deportes varios a la orilla del Atlántico.

La fiesta, así, estaba en marcha. Sin embargo, ya al pueblo, a eso del mediodía casi, le faltaba la voz que, rememorando el pasado año, se quería hacer sonar. Era la voz de los poetas, pero de esos cercanos que son capaces de utilizar su garganta para tirar balas a los indeseables que se intentan aprovechar, desde su posición aparentemente bien alta, del pueblo humilde y pescador de estos rincones majoreros.

Así que las miradas y las escuchas, en torno a la una del mediodía, giraron al Muelle Chico, donde comenzaba la comida del día con el aperitivo inicial de la improvisación de los participantes. Antonio Betancor, el amable y recordado presentador de Tenderete, fue también el conductor de este acto. Todo un lujo para dar pie a las jóvenes promesas de Fuerteventura, Armando Torres y Ayose Cabrera, que dejaron ver ya sus armas con el verso; Yeray Rodríguez, comandante de la tropa, por allí también lanzaba sus siempre significativas creaciones, entre el desparpajo y la seriedad que la convocatoria manda; de nuevo la majorería madura de Domingo Umpiérrez El Cuco y el hijo de Puerto Cabras Marcos Hormiga que, con gorras protectoras cual escudos de sol, nos brindaron un plato excelente de polcas a esas horas del mediodía. Las cuerdas eran zarandeadas por los siempre fieles David León y Marcos Suárez.

El Cuco y Marcos Hormiga en plena batalla. Muelle Chico.
 El Cuco y Marcos Hormiga en plena batalla. Muelle Chico.


Todos y cada uno de ellos con la decoración más austera pero más significativa que se podía dar: una bandera canaria, la isla de Lobos al fondo y el inmenso escenario del mar, los cantos sobre el mar, en el mismo que azoca las desgracias de los dueños de las casas del casco viejo, pero vivo y ardiente en ese día de fiesta y lucha.

El inmejorable aperitivo terminaba con Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú, llegados desde México para unirse a la causa desde la idisiosincracia de su pueblo que aquí se hacía hermano de la palabra canaria en Corralejo. La creatividad de Guillermo, la atractiva música y el poético baile de su esposa al hilo de la brisa marina, pusieron la guinda final de la mañana para convocar a todo el pueblo, en torno a las 8 de la tarde, en la Plaza Patricio Calero.


En la plaza del pueblo.

Así se había anunciado, y allí estaban todos en la tarde-noche del sábado. Como el año pasado, diría bastante más, la plaza andaba rebosando gente, incluso la presencia vecinal desde los balcones que la rodeaban, con alguna imagen de la Virgen del Carmen que apoyaba.

Todos los presentes en la mañana otra vez se dejaban escuchar, más el folclore de Corralejo que participó y la celebrada presencia de Cuba en la palabra de uno de sus grandes poetas: Alexis Díaz Pimienta.

De nuevo Antonio Betancor coordinó este gran asunto en marcha, y lo comenzó con la lectura de un texto con garra que reflejaba de las mejores maneras el espíritu del acto (ese texto lo ofrecemos a todos ustedes, lectores, al final de nuestra crónica). Así, entraban al escenario los majoreros, ahora entremezcladas las generaciones: la maravillosa voz de la tierra seca de El Cuco y Armando Torres, frente a frente, historia viva y futuro por hacer; al igual que Marcos Hormiga con Ayose Cabrera, para nosotros un verdadero descubrimiento de creatividad con marca de Lajares. El mismo Hormiga lanzó una composición poética sobre la leyenda de la Luz de Mafasca verdaderamente entrañable en su tono y cadencia.

 Guillermo Velázquez con "su Coca Cola".
Cuando le tocó el turno a Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú, ya con la noche sobre y dentro de nosotros, el marco del acto tenía más que nada una sola presencia: el público lleno de alegría por la fiesta que se les brindaba, en el dolor un descanso siempre necesario, tan merecidamente. Poco faltaba para decir, realmente, que el escenario era la gente. Así lo comprendían los mexicanos, totalmente entregados a la razón del pueblo de Corralejo. Primero, varios temas propios que daban a entender por qué ellos estaban allí: la especie de “oda crítica” a la Coca Cola y todo lo que la rodea, así como otros temas enraizados en la cultura de donde proceden y que ejercen, encantaron al personal asistente. De nuevo, el baile peculiar de la mexicana hacía las delicias de nuestros ojos. A Marcos Hormiga no le quedó otro remedio que acompañarla, al igual que había hecho en la mañana El Cuco, demostrando uno y otro estar preparados para cualquier batalla que se avecine.

Guillermo y sus leones, verdaderos maestros de sus instrumentos, incluso se echaron un corrido mexicano hecho expresamente para la lucha y la razón del pueblo de Corralejo. Todo un detalle que reafirmaba el compromiso adquirido por la justicia de su música, ahora en el caso que nos reunía. Las improvisaciones, en su estilo, de Velázquez dejaban con la boca abierta a todas y todos. Y tras él llegaba Alexis Díaz Pimienta, otro “animal” de la poesía improvisada en décimas entre nosotros. Y en frente: Yeray Rodríguez, el compañero de batallas de nuevo en otra escena, tras estar también al lado de los mexicanos. Dos verdaderas bombas de la décima improvisada sobre el escenario que dejaban boquiabiertos al personal, amén de las sonrisas constantes que generaban al son del silencio de luna que vigilaba el recinto, por si algún especulador se atrevía acercarse.

El final desembocó en la unión de todos los participantes en el escenario, aunados en la misma voz, ellos y el público, que repetíamos hasta diez veces esas palabras que volvían a recordar y a insistir, de nuevo y sin cansancio hasta que todo se solucione, la razón del pueblo de Corralejo por sus casas del Casco Viejo.


Final.

Las palabras de los poetas son armas, al decir de otro poeta que con el futuro las relacionaba. Tal vez sea así, pero el presente de estos años problemáticos en esta parte de Fuerteventura debe ser un referente tanto para otros pueblos canarios con problemáticas similares, como para la creatividad de nuestros artistas, vengan del ámbito que vengan.

Poco a poco, este Festival Internacional de Improvisadores, con tan solo dos ediciones, ha puesto el listón muy alto. Es una evidencia que estamos ante uno de los más relevantes actos de Canarias en relación a la improvisación de décimas y polcas. Encima, con varios puntos más a su favor: su vinculación a una lucha social y el marco del escenario a ras del suelo, cercano.

Dejémoslo aquí. Y reflexionemos ante esta nueva vía que, por muy normal que nos parezca, quizás no lo sea tanto y, por ello, debamos seguir el trayecto al que nos convida.

 Alexis Díaz Pimienta y Yeray Rodríguez durante su actuación en la Plaza Patricio Calero.



Texto de presentación de Antonio Betancor.

Buenas noches. Gracias por estar ahí, respondiendo a esta iniciativa musical en apoyo de una más que justa reivindicación que intenta evitar un atropello más en este pueblo.

La verdad es que me gustaría saber qué es lo que ha hecho esta tierra y su gente, los majoreros, para que reciban permanentemente el maltrato que históricamente ha sufrido y sufre. Tremenda Desventura la de este pueblo en manos siempre de gente de fuera que se ha encargado de anularlo en toda su historia. Hoy, cuando disfruta de una bonanza económica más que merecida, y cuando todo hacía pensar que se habían acabado los abusos y los sobresaltos del pasado, aparecen los desalmados de siempre a intentar arrebatarles hasta lo que han conseguido con tanto sudor y sacrificio: Sus Casas...

Gente de fuera, sin ningún tipo de escrúpulos, que utilizando a los testaferros de la tierra, a los vendepatrias de siempre, registran a la “zorruna” unas propiedades que no les pertenecen.

Menos mal que lo que es de ley es de ley y la justicia está resolviendo a favor de los auténticos y únicos propietarios de las casas del Casco Viejo de Corralejo, nuestros viejos, nuestros mayores, que con su esfuerzo, posibilitaron que este lugar sea hoy lo que es.

 Antonio Betancor con Yeray Rodríguez al fondo.


Ganas de vomitar me dan cuando los veo, porque tienen nombre y apellidos y, además, tienen el descaro de confundirse con el pueblo llano y sencillo, al que pretende engañar. Por ejemplo, son capaces de participar en la procesión marinera de la Virgen del Carmen, aquí en Corralejo, no a bordo de un barquillo pesquero, sino a bordo de un insultante yate producto de sus pillerías.

La pena es que por ello, por sus pillerías, no vayan a parar a la cárcel, a donde van a parar los delincuentes. También deberían ir allí los ladrones de cuello blanco.

Y uno se pregunta si realmente estos individuos logran dormir, conciliar el sueño... seguramente sí, porque no tienen ni idea de lo que es la conciencia. Eso le sobra al majorero, que duerme a pierna suelta, porque tiene la conciencia tranquila. Ya lo recoge en una de sus famosas coplas uno de los mejores cantadores que ha dado no solo la isla, sino toda Canarias. Me refiero a Manuel Navarro, el Viejo Navarro, que más de una vez ha cantado aquello que dice:

                              AUNQUE PAREZCO UN GUANAJO
                              Y TENGO MALA PRESENCIA
                             TENGO LIMPIA MI CONCIENCIA
                             VAYA ESTE MUNDO AL CARAJO.


Aquí podríamos cambiar, con permiso del Viejo Navarro, el final. En lugar de VAYA ESTE MUNDO AL CARAJO, podríamos decir VAYAN ESTOS ESPECULADORES PAL CARAJO.

Pues así, con esta recomendación, vamos a disfrutar de la música y de la palabra que nos traen una buena parte de los mejores improvisadores que existen ahora mismo. Ellos, como los majoreros, ofrecen lo que tienen: la sinceridad de la palabra, la que da el Majorero para sellar un acuerdo. Y es que todavía hay gente de asiento, gente de fundamento, con vergüenza en este pueblo, y gente solidaria que le tiende y estrecha la mano con el mayor de sus valores, la palabra, para mostrar su solidaridad y apoyo, uniéndose a la justa lucha de los vecinos del Casco Viejo de Corralejo por la conservación de sus Casas, uno de sus mayores tesoros.


Muestra fotográfica del Encuentro.

 Marcos y David, con Yeray Rodríguez en el Muelle Chico.

 Yeray durante su actuación de la mañana.

 Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú.

 El Cuco se atrevió con el llamativo baile de la mexicana.

 Cuco y el joven majorero Armando Torres.

 Guillermo y los suyos en la noche.

 El baile que a todos cautivó.

 La joven promesa majorera Ayose Cabrera, con Marcos Hormiga.

 El numeroso público asistente a la Plaza Patricio Calero.

 El folclore de Corralejo también quiso participar.

 El cubano Díaz Pimienta en acción.

 Yeray y Alexis, ahora en ebullición.

 Ayose Cabrera con sombrero.

 Guillermo también se atrevió con las polcas finales.

 Domingo Umpiérrez alza el puño del cubano.

 La maestría mexicana.

 Todos a una: Guillermo, Yeray, Alexis, Marcos, Domingo, Armando y Ayose.

Ver más fotos
 
 
 
A continuación les ofrecemos la polca majorera interpretada por los jóvenes Armando Torres y Ayose Cabrera, en la sesión matinal celebrada en el Muelle Chico, donde la maestría de ambos garantiza la vitalidad de la polca improvisada en tierras majoreras.


 


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