A las diez de la mañana desde la trasera de la iglesia de La Concepción, sonará el volador que iniciará el ansiado baile que recorrerá las calles hasta la villa Arriba, para recoger las preciadas ramas traídas del Pinar de Tamadaba.
La alegría festiva tomará el pueblo al ritmo de las bandas de Agaete y Guayedra y las ramas se alzarán al cielo en un puro canto de vida que se repite cada cuatro de agosto.
El pueblo de Agaete bailará en su danza anual como el sólo sabe hacerlo, abriendo su corazón enramado para acoger a los amantes de esta fiesta que se vive con todos los sentidos.
Este lunes, la danza callejera será la gran protagonista en las calles de Agaete, ya que desde la Diana en la madrugada, pasando por la Rama mañanera, la Retreta nocturna, prolongará el baile, y con él, la alegría de un pueblo que cada año canta a la vida, con su ritual de ramas verdes alcanzando el cielo.
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