Hablar de Luis Morera es hablar de Taburiente, voz y conjunto referenciales para entender los fundamentos éticos y artísticos de la música canaria contemporánea. Luis Morera nace en 1946 en Santa Cruz de La Palma. Su historia es la de una persona inquieta, que se pregunta por qué ocurren las cosas que le rodean tras meses de contemplación, interpretando cada tono del silbido del viento que corta los profundos y verdes barrancos de la Isla Bonita.
La isla de La Palma es su refugio y el lugar donde vive, ama, crea y le inspira. Pintor, escultor y músico, Luis Morera siente la necesidad de abrirse y contar cosas a todo el mundo.
El talento de Luis ya se demostró en su adolescencia, cuando con catorce años expuso por primera vez sus cuadros en Tenerife, y, con dieciséis años, ganó un premio en una competición escolar de arte, acudiendo a clase, aparte del instituto, en la Escuela de Artes y Oficios gracias a una beca.
Cobijado en casa de su hermano mayor, Álvaro, que vivía en Santa Cruz de Tenerife, fundó el grupo de rock Los Atlantes y más tarde actuó con Los Tomcats ante un público de turistas, integrando en su repertorio canciones de Aretha Franklin, Otis Redding o Marvin Gaye.
Como se ha dicho, su andadura personal está ligada a la de Taburiente, conjunto creado en 1974 en Santa Cruz de La Palma y que actualmente completan Miguel Pérez Acosta y José Eduardo Martín Castillo.
Igual que en la pintura, la plástica y demás gamas artísticas, también en sus canciones, para las que primero compone la música y luego escribe sus textos, la naturaleza y la identidad canaria constituyen el hilo conductor para él.
Es la suya una voz nacida de la entraña del pueblo y que, además de comunicarse con sus contemporáneos, hace música para las nuevas generaciones, "para que tengan esperanza en el futuro, amen la naturaleza, la vivan y la entiendan, porque en ella está la clave de la vida".
Luis Morera, una de las grandes voces de Canarias, ofreció, como decíamos, un nuevo espectáculo en el ciclo Intimando con…, cargado de emotividad y sentimiento con un repertorio donde se pudo disfrutar de temas como “Yo vengo a ofrecer mi corazón” o “María la Portuguesa”. Lo acompañó a la guitarra Carlos Martín.