Revista n.º 1073 / ISSN 1885-6039

Antonio Fernández Grilo: autor de la letra de Lo Divino. (y II)

Lunes, 22 de diciembre de 2008
María Victoria Hernández Pérez (Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane y Presidenta de la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias)
Publicado en el n.º 241

En reiteradas monografías se ha venido atribuyendo parte de la autoría de la letra de este villancico a los escritores canarios Ramón Gil Roldán (1881-1940), Diego Crosa, Crosita (1869-1942), Néstor de la Torre (1887-1938) y el presbítero Santiago Beyro Martín (1859-1926). No dudamos que posiblemente estos poetas canarios tuvieran algo que ver especialmente en la primer parte de la letra, que no corresponde al cordobés.

Detalle de la partitura de Lo Divino de Cedrés.


(Viene de aquí)


El poeta Antonio Fernández Grilo.


El poeta Antonio Fernández Grilo nació en Córdoba en 1845 y murió en Madrid en 1906. Nació el 13 de enero hijo del cordobés Rafael Fernández y de la genovesa Magdalena Grilo. Autor de las obras Poesías, 1860; Oda al príncipe Don Alonso y las damas españolas, 1870; e Ideales, 1891. Fernández Grilo pasó su infancia y juventud en su ciudad natal, donde en 1862 obtiene el primer premio en los juegos florales del Círculo de la Amistad y de ahí se le abren las puertas a la literatura. Su carácter simpático y mundano, además de buen recitador, lo introdujo en los círculos sociales de Madrid.

Se le ha definido como poeta de ocasión, de amistad..., se dice que Isabel II, Alfonso XII, María Cristina y Alfonso XIII sabían de memoria algunas de su poemas. Esa amistad con miembros de la monarquía y políticos le sirvió para que su poemario Ideales, publicado en París en 1891, se editara bajo el patronazgo de Isabel II. Fue conocido como el Castelar de la poesía. Grilo fue elegido para ocupar el sillón C (mayúscula) de la Real Academia Española, que no llegó a tomar posesión por fallecimiento, a consecuencia de una mortal caída.

Los numerosos trabajos sobre Antonio Fernández Grilo lo definen como poeta de salón y sus rimas se reparten entre periódicos y revistas de la época. Concretamente, con el título "En la Noche Buena (a mi madre)", la primera parte de Las Dos Noches Buenas se vuelve a publicar en el título Ideales: poesías escogidas (París: Sánchez y Cia, 1891, pp. 82-86). Ya en el siglo XX el poema que nos ocupa se llegó a publicar en la conocida revista Lecturas (fundada en 1921), posiblemente en los años 20.

Su ciudad natal le ha dedicado una plaza con su nombre y Madrid lo ha honrado con la designación de una de sus calles céntricas. En la entrada-patio de una de las ermitas de Córdoba, se encuentra un mural de mármol con su efigie y parte de su poema "En las ermitas de la sierra de Córdoba".



Fernández Grilo con José Zorrilla



1871, fecha de composición del poema "En la Nochebuena".

A una altura de este trabajo era necesario obtener la fecha de la composición del poema. El doctor en Filología Románica Joaquín Criado Costa, presidente de la Real Asociación Española de Cronista Oficiales y de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, en su tesis doctoral Vida y creación poética de Antonio Fernández Grilo, publicada por la Universidad de Córdoba en 1975 (un ejemplar se conserva en la Biblioteca de la Universidad de La Laguna); y en otro trabajo, El poeta Grilo (un ejemplar se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), recoge:


En la Nochebuena de 1871 compone y dedica a su madre el poema "En la Nochebuena"; recuerda nuestro poeta el nacimiento que en su casa se colocaba durante sus años de infancia al llegar esas fechas; describe cada figurita de barro y de corcho lleno de nostalgia:



Y por las cuestas de las montañas
rubias pastoras, de talle erguido.
Frutas y mieles de sus cabañas
llevando al Niño recién nacido.





Ermita de la sierra de Córdoba con mural dedicado a Fernández Grilo



Atribuciones a poetas canarios.

En reiteradas monografías se ha venido atribuyendo parte de la autoría de la letra de este villancico a los escritores canarios Ramón Gil Roldán (1881-1940), Diego Crosa, Crosita (1869-1942), Néstor de la Torre (1887-1938) y el presbítero Santiago Beyro Martín (1859-1926). No dudamos que posiblemente estos poetas canarios tuvieran algo que ver especialmente en la primer parte de la letra, que no corresponde al cordobés.

Dicho lo que antecede, recordemos que el libro que contiene el poema de Fernández Grilo está fechado, en su 3ª edición, en 1882; y en la 1ª en 1880, aunque el libro estaba preparado para editar a finales de 1879 y que, según Joaquín Criado Costa, el poema fue compuesta en la Navidad de 1871. Ante esto último, es imposible -vistas las fechas de nacimiento de los poetas canarios- que sean los autores de los versos posteriores a la primera estrofa añadida en las versiones más populares del villancico Lo Divino. La mayoría no habían nacido en 1871: Gil Roldán tendría unos dos años y el mayor, Beyro, tendría entre 11 ó 12. Lo que descarta rotundamente la atribución reiterada -incluso por declaraciones en 1980 de Aurora, hija de Cedrés- de que Santiago Bayro es el autor de:



Madre del alma
cesen tu pena
calma tu angustia
¡por Dios, no llores!.
mira que viene
la Nochebuena
los Reyes Magos
y los pastores

Lucen los campos
blancos corderos
hay regocijo
en las cabañas,
y los tomillos
y los romeros,
llenan de aroma
nuestras montañas.




Otras fuentes apuntan que los poetas canarios son coautores de la primera cuarteta, "Anunciar nuestro cantar", aunque existe la opinión de que pertenece sólo a Gil Roldán.






El músico Fermín Cedrés Hernández.

El artífice de la recopilación y adaptación de la música se debe al recordado músico tinerfeño Fermín Cedrés Hernández (1844-1927). De él se han escrito interesantes biografías. Además sabemos que, al menos en el período 1866-1885, se encuentra trabajando en el antiguo convento de Santo Domingo de La Laguna. Con sólo 22 años, en 1866, se le hacían pagos por el arreglo del órgano de Santo Domingo, en 1870 figura como organista y en 1885 como sochantre y organista.

Faltaba comprobar las partituras de Lo Divino de Fermín Cedrés Hernández, que se conservan en el convento de las Claras, Orfeón La Paz y en el Archivo Diocesano de La Laguna. En esta partitura, además de la estrofa que comienza por "Anunciar nuestro cantar", sólo figura una cuarteta de Fernández Grilo que dice:



Madre del alma, cesen tus penas
calma y angustia por Dios no llores.
Ella bendice la noche buena.
Los Reyes Magos y los pastores.




Al parecer, y según varios autores, este villancico se preparó y adaptó, en Santa Cruz de Tenerife, por el músico Cedrés Hernández a principios del siglo XX con ocasión de un festival a beneficio del Hospitalito de Niños.






Con posterioridad a la partitura, de puño y letra de Cedrés Hernández, aparece una partitura impresa por la litografía A. Romero S.A. en la que consta un texto donde se refieren al "viejo" músico tinerfeño que no se alcanza a entender a cuál de los dos Cedrés se refiere, porque un hijo de Cedrés Hernández, Fermín Cedrés Nóbrega, hizo arreglos a la partitura de su padre. Fuera como fuese, esta segunda versión aporta algunos cambios en su letra y aumenta las estrofas de la primera manuscrita de Cedrés Hernández con versos de Grilo, diciendo:



Madre del alma, cese tu pena,
calma tu angustia, ¡por Dios no llores!
que ya bendicen la Nochebuena,
los reyes magos y los pastores.
Lucen los valles blancos corderos
hay regocijo en las cabañas,
y los tomillos y los romeros
llenan de aromas nuestras montañas.




Como puede observarse, la primera cuarteta es textualmente la de Fernández Grilo, salvo lo puesto entre exclamación, el "¡por Dios no llores!". Los interrogantes y las hipótesis son muy amplios. Cabe preguntarse cómo es posible que la primera letra de Cedrés Hernández se aumente, en partitura impresa, con otros cuatro versos del mismo poema de F. Grilo.

Qué pasó entre una y otra para que en la partitura impresa por A. Romero aparezca "cese tu pena, calma tu angustia", igual que en F. Grilo, y en la de Cedrés Hernández "cesen tus penas, calma y angustia", no lo sabemos. Cómo explicar que Cedrés Hernández diga "Ella bendice la Nochebuena, los Reyes Magos y los pastores" y, por el contrario, en la partitura impresa se diga "que ya bendice la Noche Buena, los Reyes Magos y los pastores", de igual manera que Fernández Grilo.

Aún más interrogantes: cómo es posible que en la segunda cuarteta, de la versión impresa por A. Romero, aparezca "Lucen los valles blancos corderos", y en la versión que se conserva en La Palma se diga, de igual manera que el poema de Fernández Grilo, "Bordan los valles blancos corderos".

Y aún más inexplicable, cómo es posible que la versión grabada por el Centro de la Cultura Popular Canaria en 1997, recogida en Punta del Hidalgo por José Manuel Ramos, cuente con una cuarteta -aunque con inversión de los versos- y dos versos más de Fernández Grilo sin que estos aparezcan en ninguna otra versión.






La versión de Aquilino Alonso Herrera en Punta del Hidalgo.

La divulgación en prensa, radio y televisión en el año 2001 facilitó la investigación de este interesante tema. El puntahidalguero José Manuel Suárez nos facilitó la versión de su abuelo Aquilino Alonso Herrera (1907-1997) que cantó, siendo sordo no solo de apodo, toda su vida en unión a otras familias de Punta del Hidalgo, especialmente con la familia Barreto. La versión que hoy en día se conserva en Punta del Hidalgo, no sólo tiene las tres estrofas y dos versos que recogió José Manuel Ramos, sino que está formada por un total de seis estrofas o cuartetas de Fernández Grilo que se cantaban en la Nochebuena y Reyes en la iglesia de San Mateo.

Según José Manuel Suárez, su abuelo le contaba que cuando la rondalla o parranda de Punta del Hidalgo terminaba la Misa del Gallo, se trasladaba a la iglesia de Taganana y volvían a interpretar las 22 estrofas de que está compuesta los cantos de Pascua y los 11 de Reyes; hasta que en este vecino lugar, aunque muy distante por su escarpada orografía, comenzaron también a interpretar esta misma versión. Se sabe que estas letras y sones de Navidad de Punta del Hidalgo cruzaron el océano con destino a Cuba y volvieron de nuevo a su lugar de origen.

La versión de Aquilino Alonso (1907-1997) tiene seis cuartetas de Fernández Grilo, entre otras.



Madre del alma cese tu pena
calma tu angustia por Dios no llores.
Ella bendice la Nochebuena,
los reyes magos y los pastores.

Lucen los valles blancos corderos
hay regocijo en las cabañas
y los tomillos y los romeros
llenan de aroma nuestras montañas

Y por las crestas de las montañas
lucen pastoras de talle erguido
frutos y mieles de sus cabañas
llevan al niño recién nacido.

Hoy es del niño la edad serena
jamás tornaron tiempos mejores
y siempre vuelve la Nochebuena
con sus veladas y sus pastores.

La sombra opaca de la arboleda
los verdes juncos sobre los lagos
se hallan trotando por la vereda
en sus corceles los reyes magos.

Horas felices del alma mía
breve, tranquila y seductora
Madre del alma cuanto daría
por un instante de aquellas horas.




Analizando esta interesantísima versión tinerfeña de Punta del Hidalgo, con variaciones al poema de Fernández Grilo achacables a la transmisión oral, se viene a corroborar lo que en un principio era una sospecha.

La única conclusión o explicación se deduce de la siguiente manera: Si tenemos en cuenta que fue a principios del siglo XX cuando el músico teguestero Fermín Cedrés Hernández (1844-1927) pasó a versión culta en pentagrama la melodía popular de Lo Divino, este villancico y su letra ya se encontraba posiblemente muy extendido desde mediados o finales del siglo XIX por la geografía canaria, especialmente por Tenerife, La Palma e incluso en Lanzarote. Si no fuera así no se entendería que se conserven seis cuartetas de Grilo en Punta del Hidalgo y sólo una en la partitura manuscrita y dos en la impresa de Cedrés.



(Manuscrita)

Madre del alma, cesen tus penas
calma y angustia por Dios no llores.
Ella bendice la noche buena.
Los Reyes Magos y los pastores

(Impresa)

Madre del alma, cese tu pena,
calma tu angustia,¡por Dios no llores!
que ya bendicen la Nochebuena,
los reyes magos y los pastores.

Lucen los valles blancos corderos
hay regocijo en las cabañas,
y los tomillos y los romeros
llenan de aromas nuestras montañas.




La evolución natural y popular, el paso de los años, los diferentes copistas, la amplia divulgación por la geografía canaria, la transmisión oral, la reducción de la letra para facilitar las grabaciones y puesta en escena han ido modificando la letra original de Fernández Grilo.


Nacimiento familiar de 1956 en Los Llanos de Aridane.
Nacimiento familiar en Los Llanos de Aridane. 1956



Conclusión.

Rondallas cantando villancicos siguen recorriendo las calles y templos canarios anunciado la Buena Nueva, el Nacimiento de un Niño. Los viejos e infantiles nacimientos familiares con figuritas de barro o plástico chino se iluminan con pequeñas luces y ahora nuestro más querido cantar navideño tiene autor, en gran parte de su letra: un cordobés que rememora, en forma de sinceros versos, sus recuerdos infantiles el Nacimiento familiar y la noche de Navidad con su madre. Lo Divino ha dejado de ser de autor anónimo en gran parte en su letra.

La cultura popular, las gentes y los años dieron forma a cientos de variantes de Lo Divino. Letras y sones que cruzaron el mar canario y se fueron adaptando y enriqueciendo en cada lugar gracias a dos hombres: el músico tinerfeño Fermín Cedrés Hernández y el poeta cordobés Antonio Fernández Grilo.



Publicado en el periódico Diario de Avisos, los días 16, 23 y 24 de diciembre de 2001.


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