Revista n.º 1096 / ISSN 1885-6039

El Patronazgo de La Patrona: resumen de una conferencia.

Sábado, 4 de octubre de 2008
Manuel Hernández González
Publicado en el n.º 229

Resumen de una conferencia sobre el patronazgo de la Virgen de Guadalupe en La Gomera, por el historiador e investigador Manuel Hernández González.

Detalle del rostro y el niño de la talla de la Virgen de Guadalupe de La Gomera.

Tradicionalmente se ha considerado a la Virgen de la Guadalupe como la Patrona de La Gomera, pero ese patronazgo realmente comienza a ser efectivo bien entrado el siglo XIX, siendo cuanto menos discutible en las centurias anteriores. Sin embargo, su devoción data de principios del siglo XVI y está relacionada con la evangelización de América, al constituirse en una imagen extremeña que expandirá su culto por el Nuevo Mundo, un culto que propagarán más tarde en las Islas emigrantes canarios que retornarán con pinturas y tallas de Nuestra Señora, ya revestida con el atributo de patrona de Méjico.

Su arribada a la isla y su capilla se relaciona con el autotitulado primer Conde de la Gomera Guillén Peraza de Ayala (1484-1565), que mantuvo buenas relaciones con el convento extremeño de Nuestra Señora de Guadalupe, por lo que no es causal el santuario que, según la tradición, mandó edificar fuera dedicado a esta advocación  Su edificación se puede situar con anterioridad a 1542. La decadencia de su templo en el siglo XIX fue tal que en 1862 su ruina era manifiesta, y es precisamente a partir de 1872 cuando se erige la Bajada lustral, el comienzo de las Fiestas Lustrales que hoy conocemos, por lo que podemos centrar en ese período y no antes su conversión en fiesta insular.

Por lo tanto, no hay constancia del patronazgo insular de la Guadalupe hasta la segunda mitad del siglo XIX. Curiosamente, cuando en las primeras décadas del siglo XVIII fray Diego Henríquez habla de la Patrona de la Isla se refiere a la Virgen del Buen Paso. La erección de su ermita fue anterior a 1544 y estaba situada a la entrada de la rada de San Sebastián, nada queda de ella. Era una talla flamenca de madera, cuya fiesta se celebraba el día de la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre.


MANUEL HERNÁNDEZ GONZÁLEZ.
PROFESOR TITULAR DE HISTORIA DE AMÉRICA DE LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
FUENTE: HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M. Fiestas y creencias en Canarias en la Edad Moderna. Tenerife, Ediciones Idea, 2007.


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