La romería del Pino volvió a ser multitudinaria, con una masiva participación que desbordó las expectativas trazadas, ya que parecía que en la isla nadie se quiso quedar sin la cita anual con la Virgen, que fue recibida con el aplauso espontáneo del pueblo, cuando asomó a las puertas de su Basílica.
Romeros y Romeras con timples y guitarras, y las canciones emblemáticas de nuestro folclore, dieron a la romería del Pino ese aire de tipismo y de autenticidad que tienen las fiestas de nuestra tierra.
Durante toda la tarde, las parrandas tomaron las calles del hermoso casco de la villa mariana, llevando la alegría del pueblo grancanario, unido en su sincero homenaje a la Patrona.
Este año, el Ayuntamiento de Teror quiso rendir un pequeño reconocimiento a una vecina de Artenara, Doña Paca Díaz, que ha participado en las 56 ediciones de la romería del Pino, a lomos de un burro y con su cachimba en la boca, dando vida a una de las estampas más habituales de la Ofrenda a la Virgen, ya que esta mujer nacida en la cumbre de la isla es ejemplo de la devoción que siente Gran Canaria por su Patrona.
El camino de Teror fue este domingo, el camino de Gran Canaria, con peregrinos y Romeros compartiendo una tarde de fiesta, presidida por la Virgen a la que el canto popular califica de la más hermosa.
La alegría colectiva se sintió con fuerza en este domingo de reencuentro con la Virgen, ya que Gran Canaria entera se fue Pal Pino, con el zurrón repleto y el cuerpo pletórico de fiesta.
La tarde romera dio paso a la noche de peregrinación, ya que desde el sur, el centro o el norte de la isla, los caminos se llenaron de peregrinos guiados por el único objetivo de arrodillarse ante la Virgen.
Hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, amigos y familias, en grupo o en solitario, caminaron hacia Teror, en una peregrinación llena de sentimiento y devoción, que tiene como recompensa el recibimiento de la Virgen del Pino, que los espera en las puertas de su templo.
Amplio reportaje fotográfico de la Romería pinchando aquí.