Después de la larga noche de amanecida, el volador desde lo alto de la azotea abrió el baile callejero, dando permiso para que a las 5 de la mañana comenzara la Diana.
Con las primeras luces del día, llegó el momento de la taza de caldo caliente y una ducha rápida para reponer las fuerzas, y de nuevo los vecinos de la villa han salido a la calle.
A las diez de la mañana, en la trasera de la iglesia de La Concepción, sonó de nuevo el volador y comenzaba La Rama...