Por tradición familiar Matilde Arroyo Felipe venía elaborando polvorones totalmente artesanos, sin ningún conservante, para engrosar la repostería de las mesas navideñas de la familia, allegados y vecinos. En aquellos años era el tradicional obsequio de las Arroyo, y aún hoy se recuerda los apreciados polvorones de Doña Nieves Felipe, madre de Matilde Arroyo. En los años 60 del siglo pasado, sobre la gran mesa del comedor, los más pequeños de la familia y niños del vecindario pasaban las tardes envolviendo, en papel de seda con flecos cortados a tijera, uno a uno los deliciosos polvorones bajo la atenta dirección de alguna de las mayores reposteras.

Hoy la pequeña industria repostera comercializa unos 300 kilos que se pueden adquirir en un solo punto de venta en la isla, en la calle Benigno Carballo de la ciudad aridanense.

Desde hace unos tres años y después de un trabajo de investigación y pruebas, han incorporado a la pequeña oferta comercial el polvorón de gofio palmero. Los ingredientes necesarios, además de la harina tostada o gofio, son: manteca, “mucha” almendra (preferentemente palmera) y azúcar. Los ingredientes concluyen dándole a la masa el punto heredado de varias generaciones de antepasadas de la familia, el horneo exacto en las tradicionales milanas y con posterior espolvoreo con azúcar glass.

Ver entrevista en BienMeSabe TV a la Repostería Matilde Arroyo

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