… De pronto el de Tacoronte mirando de cabo a maestro Pedro, le dijo en tono provocativo: "¿Usted es?".Y tío Pedro contestó en igual forma: "¡Yo soy!". Sin más retos ni más palabras, tomaron campo enarbolando los garrotes y se armó una de "no te menees". Las gentes acudieron solícitas para ver el choque de aquellos dos maestros en el arte de jugar al palo, pero se les "maguó" el gusto, porque el chasnero, sacrificando el lucimiento de reglas y filigranas a la presteza del porrazo, le atizó un tan soberano a su rival, que lo dejó tendido, al decir de los espectadores, "con los ojos saltándosele del casco"...
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Nada más adecuado para iniciar estas líneas sobre el juego del palo que un fragmento del cuento “¡Que te pierdes Pedro!”, de Benito Pérez Armas, cuyo relato se desarrolla durante las Fiestas de San Miguel, en la plaza de la iglesia, y que fue publicado en la revista Gente Nueva de Santa Cruz de Tenerife el 21 de mayo de 1900.
Como sabe mucha gente, todavía se sigue jugando al palo en las Islas, y gracias a relatos como éste o a la obra de etnógrafos como el sanmiguelero Juan Bethencourt Alfonso, podemos decir que por aquellos entonces, hace ya más de 100 años, la práctica del juego del palo coincidía mucho con lo que hacemos en nuestros días. Quizás con la única diferencia de que lo de tener que sacrificar el lucimiento de reglas y filigranas a la presteza del porrazo, probablemente fuera por aquellos años más habitual de lo que es ahora, que a veces también pasa pero es más bien raro. Los tiempos que cambian...
Actualmente, el juego del palo es casi siempre un enfrentamiento amistoso con palos entre dos personas (jugadores) que intercambian golpes (mandados o tirados...) controlados (retenidos) de manera que se evita el impacto pleno. Estos golpes han de ser apropiadamente defendidos, deteniéndolos (atajes o paradas...) o esquivándolos (desvíos, esquivas...), todo ello siempre conforme a dos reglas básicas:
1. Evitar tumbar al contrario, lo que no impide que se pueda escapar involuntariamente algún variscazo.
2. Abrir el juego, es decir, evitar romper de cualquier manera los ataques del contrario o forzar los propios con brutalidad, favoreciendo en lo posible el juego de filigrana y maestría, aunque evitando también el extremo de caer en el juego pactado o coreografiado.
Su origen no está claro: siendo sin duda su manifestación más antigua en las Islas los combates y juegos con palos de los aborígenes canarios, el juego del palo se ha transmitido hasta la actualidad pasando de maestro a discípulo. Esta transmisión tradicional ha sido la mayor parte de las veces cerrada, entre familiares y allegados, dada su evidente utilidad como recurso defensivo y ofensivo y la conveniencia de mantener ocultas unas puntas (técnicas) que podían dar ventaja en un momento de apuro; de modo que tan sólo en tiempos relativamente recientes, ya más de 100 años, se sabe de escuelas abiertas de juego del palo. La más célebre, y que se puede considerar como la cuna del actual Juego del Palo Canario, es la Escuela de San Andrés en Tenerife, surgida hacia 1875 en esa localidad en torno a la saga familiar de los Morales.
Desde un punto de vista técnico y deportivo, el juego del palo es una esgrima de bastón, similar a las que se conservan y practican en varias partes del mundo, aunque las variedades isleñas han desarrollado una riqueza técnica poco común. Consiste esencialmente en dirigir el palo a las partes descubiertas del otro jugador, que debe defenderse correctamente y buscar una oportunidad para efectuar un ataque de respuesta o contra, desde una posición segura. Existen ataques directos que buscan o el impacto (golpeados, con la parte plana del final del palo, o clavados, con sus extremos -puntas, trozos, troncos...-); o el enganche con el palo para desequilibrar o derribar (traspiés, burras...); o desarmar (quites...). También hay ataques simulados (amagos, falseos...) para descubrir la defensa del contrario. Igualmente existen otras técnicas como ataques y defensas con las extremidades (atajados con la mano, barridos con el pie...), etc.
Se conservan en las Islas Canarias distintas formas de jugar al palo, que se integran en tres tipos (modalidades), diferenciados técnicamente por el tamaño del palo empleado: grande (mayor que la persona que lo maneja), medio (no mayor que la distancia entre el suelo y la barbilla) y chico (no mayor que la distancia entre el suelo y la cintura). Siendo el palo medio, o vara, el más rico y complejo, tanto que de los nueve estilos tradicionales reconocidos (los transmitidos directamente por maestros tradicionales) siete son de palo medio. De estos últimos, cuatro son de Tenerife (Déniz, Verga, Morales y Acosta), entre los que está el Estilo Déniz, que es el que nosotros jugamos.
A pesar de ser bastante practicado y conocido en estos últimos tiempos, el juego del palo estuvo a punto de perder su línea de transmisión directa a fines de los sesenta por la inexistencia de núcleos estables de juego y enseñanza. Su conservación y actual situación se debe única y exclusivamente al esfuerzo y generosidad de algunos maestros tradicionales y colectivos que lucharon por su mantenimiento y promoción.
Destacan entre los primeros D. Tomas Déniz (el auténtico promotor del proceso de “renacimiento” del juego del palo en la década de los 70), D. Pedro Morales, D. Elisio Díaz, D. Maximiliano H. Acosta, D. Leopoldo Acosta, D. Francisco Santana, D. Miguel Calderín, D. Cristín Feo, D. Simeón Alberto, D. Domingo Alberto, D. Eloy Quintero, D. Juan Cabrera Machín y D. Tomás Hernández Medina. Entre los segundos hay que señalar a la AJUPAL, una asociación que englobaba en los años 80 a la gran mayoría de los practicantes del Archipiélago y que representó la primera organización “moderna” del tradicional Juego del Palo Canario; y también al hoy denominado Colectivo Universitario de Palo Canario (C.U.P.C.) de la Universidad de La Laguna. Esto último en función de su papel como primera escuela de juego del palo de la etapa moderna, fundada por el propio maestro Déniz y llevada por él mismo entre l972 y l983, año en que falleció y en que asumió su papel su alumno el maestro Ángel González; y en función también de ser la escuela decana, al llevar 30 años de actividad ininterrumpida.
Fotografía de la Fedac del año 1928
La práctica organizada y estable se da actualmente en todas las islas del Archipiélago, fruto de la iniciativa de los maestros indicados y de diversos colectivos que han sido apoyados por los organismos públicos. No obstante, y a pesar de una considerable difusión en los últimos tiempos y del innegable apoyo de las instituciones, el juego del palo se encuentra en una situación crítica y bastante comprometida, puesto que se debate entre su manifestación más tradicional, como actividad lúdica no reglamentada y método de defensa popular, y su posible conversión en actividad plenamente deportiva (tipo arte marcial), con competiciones, reglas escritas, jueces, rutinas deportivas, etc.
Entre los organismos públicos a destacar en la promoción actual del juego del palo, hay que nombrar siempre a la Universidad de La Laguna y, más recientemente, la de Las Palmas de Gran Canaria; a los Cabildos de Lanzarote, Tenerife y El Hierro; y, en el caso de Tenerife, a una serie de ayuntamientos que se han comprometido firmemente con este arte tradicional: en primer lugar el de La Laguna, que mantiene escuelas municipales de juego del palo desde l985, y luego los de Güímar, Granadilla, San Miguel, La Orotava y El Rosario.
En cuanto a los colectivos más implicados en estos últimos tiempos, creemos indispensable citar a la Coordinadora Magado de Colectivos Tradicionales de Juego del Palo de Tenerife, que integra a la inmensa mayoría de los que pueden demostrar su ascendencia tradicional. Esta agrupación surgió realmente en torno al Proyecto de Intervención sobre juegos y deportes autóctonos y tradicionales Tenerife y lo Nuestro elaborado por el Cabildo de Tenerife entre 1996 y 2000. Sus logros son evidentes: de una situación de absoluta dispersión de los grupos tradicionales en la isla tras la fractura de AJUPAL en 1992, se ha pasado a otra caracterizada por la solidez de una organización de seis años de edad que ampara a 9 grupos (6 más que en su origen), y dos más en perspectiva inmediata, constituida por más de 140 practicantes, con 23 núcleos de enseñanza y con 9 maestros de los cuatro estilos tradicionales de la isla (D. Pedro Morales Martín, D. J. Eugenio Díaz Rodríguez, D. Elicio Díaz Rodríguez, D. Cipriano Mejías Gil, D. Anastasio Acosta Acosta, D. José Santos Acosta Acosta, D. Ángel González Torres, D. Antonio Cabrera Expósito y D. Fernando García Pérez). La Coordinadora fue legalmente inscrita en diciembre de 2000 como Grupo de Recreación Deportiva siguiendo las recomendaciones dadas por el propio Cabildo Insular, con el fin de poder formalizar la dinámica estable de relaciones mantenida hasta entonces con esa Entidad y continuar avanzando hacia los dos principales objetivos a medio plazo que parecen más naturales:
1. La consolidación de al menos un núcleo estable de juego del palo en cada municipio de la isla;
2. La creación de una instancia insular estable, una Escuela Insular de Juego del Palo, cuyo sentido sería establecer un diálogo fluido y constante entre el Cabildo, los municipios y los grupos de juego del palo tradicionales, de manera que se pueda actuar realmente y de forma efectiva en la difusión y promoción de este deporte antiguo tan único y tan nuestro.
El antiguo juego del palo, curiosamente, está demostrando ajustarse mucho a las necesidades y demandas actuales de un tipo de práctica física de simple esparcimiento, en la que no se reproduzca la competitividad dominante en lo cotidiano, y que sea apta para personas de cualquier edad (al menos entre 8 y 90 años). El juego del palo tiene además la ventaja de formar parte de nuestro propio patrimonio cultural: es de aquí mismo, y no hace falta aprender palabras en chino, en japonés o en inglés para practicarlo.
De entre los grupos que forman la Coordinadora, el nuestro, Tilena, es de los recientes, puesto que sólo tiene 5 años. Fue en 1997, transcurrido mucho tiempo ya desde aquellas puntas del cuento de Benito Pérez Armas con el que empezamos estas líneas, cuando un grupo de entusiastas de nuestras tradiciones populares nos propusimos unirnos en un colectivo con el ánimo de reimpulsar el juego del palo y otras manifestaciones tradicionales que pensábamos que ya habían estado demasiado tiempo abandonadas por estas bandas de la isla. Así, y rescatando del archivo de la memoria de nuestros mayores los nombres de los más destacados jugadores de palo de la comarca, entre ellos los sanmigueleros don Lucio Rodríguez Gómez y don Miguel González Monroy, comenzamos a practicar en la entonces incipiente Escuela Municipal de Juego del Palo de San Miguel (CUPC), aunque algunos ya estábamos algo aprendidos en el Grupo de Juego del Palo de Abona, del maestro Antonio Cabrera. Este nuevo colectivo convinimos en denominarlo Grupo TILENA, adoptando el nombre de la fuente así llamada y situada en la montaña del mismo nombre: atalaya en lo más alto del municipio de San Miguel de Abona. Nuestra ascendencia directa en el juego del palo canario es en relación con D. Tomás Déniz Hernández, el conocido jugador de María Jiménez, maestro de nuestros maestros.
Puedes ver un video ilustrativo de BienMeSabe TV sobre el Juego del Palo Canario.
Publicado en el número 2 de la Revista Cultural La Tajea (2002).