En la antigüedad Asklepios era el Dios griego de la Salud que, según cuenta la mitología, fue sacudido por un trueno al intentar resucitar a un muerto a cambio de una gran cantidad de dinero. Asklepios tenía dos hijas: Panakeia, que es la diosa de la curación, la que conoce el uso de las drogas de cualquier origen; y su hermana Hygeia, la diosa para la cual la salud consistía, sin embargo, en el orden natural que nos enseña que podemos permanecer sanos viviendo de acuerdo con la razón, con moderación en todos los ámbitos.
Desde el inicio de la vida, el ser humano vive la angustia de la enfermedad e intenta alcanzar el mayor estado de bienestar posible, sobrevivir con la búsqueda de remedios que devuelvan la salud perdida. De esta manera se olvida la higiene y se persigue la panacea, el remedio milagroso que nos vuelve sanos; y la salud se convierte en un producto más de consumo del sistema económico vigente.
Así, en los países desarrollados, las plantas medicinales fueron relegadas al olvido y han sido sustituidas por medicamentos químicos y otras terapias sorprendentemente eficaces pero que, con el paso de los años, han ido mostrando efectos secundarios para la salud, inaceptables para un porcentaje cada vez mayor de la población.
De esta manera, aún en el siglo XXI, se vuelve la mirada de nuevo hacia la higiene, en la recuperación del orden natural, con el cuidado en la alimentación, el ejercicio físico, o la recuperación del conocimiento popular, la medicina tradicional o las plantas medicinales.
Así miramos con nuevos ojos la vida y el saber de personas como José Jaén Otero, que recorrió a pie muchos lugares de nuestras Islas Canarias y recogió el conocimiento tradicional de la medicina de las hierbas de muchos de nuestros mayores y yerberos de vocación. También la virtud de grandes maestros de las plantas medicinales como Mercedes Almeida Lantigua de Fontanales y como Enriquito Cáceres de Arucas, que ejercieron la profesión de yerberos y también transmitieron en vida generosamente sus conocimientos a jóvenes estudiantes de la medicina tradicional canaria.
Desde ahí parte la creación de la Asociación de Amigos de las Plantas Medicinales. Yerbero Enriquito Cáceres, que se propone entre otros los siguientes objetivos:
1. Fomento de la cultura que ponga en valor la biodiversidad y los recursos naturales de su paisaje y paisanaje en general, y en particular las plantas medicinales, sus hábitats y sus ecosistemas, así como los saberes tradicionales que de ellos se deriven del Archipiélago Canario.
2. Promover el uso correcto de las plantas medicinales, el conocimiento de sus beneficios, limitaciones e inconvenientes, para su aprovechamiento en el auto cuidado de la salud y el bienestar, en la prevención y tratamiento de enfermedades comunes.
3. Cualquier otro fin en general que mejore la vida de las personas, su bienestar de salud en equilibrio físico, psicológico, social y ambiental, en especial lo que tenga que ver con su relación con la Naturaleza en su conjunto y en particular con las plantas.
Momento de la quinta edición de las jornadas
Este es también el origen de la cita anual con la celebración de las Jornadas de Plantas Medicinales en Medicina Popular Canaria. Memorial Enriquito Cáceres que este año en su VI edición consecutiva tendrán lugar en Santa María de Guía acogidas por la Fundación Canaria Néstor Álamo durante los días 11 y 12 de junio del presente año, donde se desarrollarán conferencias y exposiciones prácticas impartidas por prestigiosos ponentes en torno al conocimiento de las plantas medicinales, entre las que destacamos temas sugerentes como: “De la herboristería a la fitoterapia”, “Elaboración de un huerto urbano de plantas medicinales”, “Plantas medicinales en medicina veterinaria”, “Institucionalización de las plantas medicinales en el sistema nacional de salud de Cuba”, “Cómo fotografiar plantas medicinales”… y otras. En el transcurso de las jornadas también habrá lugar para el homenaje y reconocimiento popular a uno de nuestros mayores, elegido por su labor de conocimiento y transmisión del saber de las hierbas, a quien se entregará la distinción Lágrima del Drago 2010. Durante las Jornadas se escenificará además, para recreación de los asistentes, una obrita de teatro costumbrista y una actuación de música tradicional canaria.
De las 2000 plantas de crecimiento silvestre que se estiman en Canarias, se considera que el 10% de ellas tendrían utilidad medicinal. Un valioso patrimonio si sopesamos que el 25% son endemismos, de crecimiento exclusivo en nuestro Archipiélago.