Revista n.º 1074 / ISSN 1885-6039

Cho Juan Perenal y su versión sefardí.

Miércoles, 12 de mayo de 2010
María Victoria Hernández Pérez (Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane)
Publicado en el n.º 313

Una de las más representativas y peculiares, junto al sirinoque, muestras del folclore musical palmero lo constituye la conocida pieza tradicional denominada Danza del Trigo o Cho Juan Perenal o Periñal. Esta danza palmera cuenta con una versión judío-sefardí, grabada en Canadá por el grupo Gerineldo, formado por tres judíos sefarditas del norte de Marruecos y Judith Cohen, también de estirpe judía.

Aspas de un molino palero de La Palma con gente subida, en una foto antigua.

 

En la cultura hebrea se la tiene por un canto y danza de bodas. La relación de la fecundidad marital con el trigo es usual en la cultura popular mediterránea. Esta relación canario-sefardí la han apuntado varios investigadores, y hoy se la podemos ofrecer a los lectores de BienMeSabe.org con voces y cantos.

 Imagen de la expulsión sefardí de wikipedia.

Esta semejanza evidente, en letra, apunta con rotundidad que el Cho Juan Perenal de La Palma debe tener una misma raíz popular con antecedentes anteriores al siglo XV, coincidente con la expulsión de los judíos de España y Conquista de la isla. Sería erróneo pensar que la danza y cánticos tengan origen judío; al contrario, debió ser una pieza popular generalizada en la España de esa época. Los sefardíes se la “llevaron” a la diáspora del destierro y por anónimos nuevos colonos hispanos llegó a la isla palmera.

 

 

Expulsión sefardí (wikipedia)

 

 

El grupo de investigación de la Agrupación Folclórica La Guanchería de Los Realejos (Tenerife), nos ha facilitado esta curiosa versión, que los sefardíes titulan Vivar Dueña. (Escúchala aquí)

 

En nuestra opinión, la versión canaria sufrió una adaptación a los usos gastronómicos de las islas y, como se verá, verdaderamente es un bello homenaje y reconocimiento a nuestro gofio, y debería ser también conocida por Danza del Gofio.

 

Algunos destacados investigadores equivocadamente han visto en el estudio de esta entrañable pieza musical palmera el cultivo del trigo y su transformación en harina y posteriormente en pan, sin percatarse de que en la elaboración de harina la sementera, en este caso trigo, no se elabora tostando el grano.

 

En la letra de la danza del Cho Juan Perenal se dice textualmente: Ansina lo tuesta Cho Juan Perenal. Se refiere a que está preparando y tostando cereal, en este caso trigo, para hacer el alimento básico de Canarias, el gofio, que necesita obligatoriamente tostar el cereal, sazonarlo y después molerlo. Al contrario, el trigo destinado a elaborar harina no se tuesta ni se le pone sal, sino que directamente desde la era se puede llevar al molino. Es decir, nuestro protagonista, Juan Perenal, siembra, tuesta, muele y después amasa, por medio de un zurrón sobre el muslo, el llamado gofio. Luego come un buen peloto.

 

Fotos de María Victoria Hernández

 

 

La agrupación palmera Coros y Danzas de Santa Cruz de La Palma, en los primeros años de su fundación (1948), dieron a conocer esta pieza fundamental del folclore canario, y se divulgó allá por donde fueron. En forma de romance lo había recogido en Barlovento el recordado maestro nacional Julio Guerra. El ritmo original lo marcaba una lanza de regatón o una vara de paseo o labranza sobre una tabla, sollado, o en la tapa de una caja de tea; hoy lo marca el tradicional tambor palmero.

 

Las exigencias que determinaron el recogerlo y grabarlo en aquellos primitivos vinilos, en el siglo XX, a lo que hay que añadir las exhibiciones sobre un escenario, propiciaron, en nuestra opinión, la reducción de los pasos de esta danza. Originalmente se bailaba cotidianamente en festejos populares, celebraciones familiares (bodas y bautizos) y al finalizar las labores de trilla sobre la misma era. Era una danza de aquellos lejanos años y su duración y pasos eran más extensos que las versiones actuales. Así lo recordaba Florentina Cruz Brito (1912-2001), quien a sus 86 años decía: Yo recuerdo, siendo muy niña, ver bailar el Cho Juan Perenal en La Laguna (Los Llanos de Aridane). Era mucho más largo que ahora y mientras lo bailaban yo me quedaba dormida. La letra era muy grande y mi madre -Josefa Brito Pais (1880-1932)- me decía que se llegó a bailar en el anillo de la era, formando un círculo. Esta primitiva corografía, en círculo, se ha perdido.

 

La informante apunta un curioso detalle al decir que en la danza había pasos, como el de empilonar, que lo hacían conjuntamente y con diferente gesto el varón y la mujer. Ellos iban haciendo gestos, como si tuvieran en las manos un belgo o una pala mientras formaban el pilón, y ellas iban haciendo que barrían con escobas, en dirección al pilón que estaba formando. Era como una broma, todos se reían, y se rompían las dos filas enfrentadas, entre hombres y mujer, de la danza. Con la mano ellas llegaban a tocar los pies de los caballeros. Otro movimiento que recordaba Florentina Cruz era el de ensacar, cuando se decía, en el Cho Juan Perenal, que se estaba ensacando la mujer gesticulaba que mantenía un costal mientras él hacía lo llenaba de grano.

 

Fotos de María Victoria Hernández

 

 

Por su naturaleza es un baile mímico, donde a cada estrofa corresponde representarla con el gesto propio de la labor campesina. Paso a paso se va describiendo minuciosamente el trabajo de la preparación de la tierra, siembra, recolección, trillado, transformación en gofio y termina con el amasado, degustación de un peloto de gofio y la posterior defecación de heces.

 

En la versión recogida en 1971, en el municipio palmero de Barlovento, por el desaparecido folclorista grancanario Fernando Díaz Cutillas, la letra describe un total de 13 gestos o pasos, en el cultivo y transformación del trigo en gofio. Por el contrario, en la recogida, entre los años 1998 y 2001, por el investigador aridanense Juan Marcelino Rodríguez Ramírez en el barrio de La Laguna (Los Llanos de Aridane), existen 24 pasos, once más que en la versión de 1971. La letra de Díaz Cutillas, sólo en las gesticulaciones, dice lo siguiente:

 

 

Cho Juan Perenal tiene un arenal
Con grano de trigo lo quiere sembrar
Lo siembra en la cumbre lo coge en la mar

Ansina lo siembra Cho Juan Perenal
Ansina ponía su pata en la mar
Ansina se enseña mi danza a bailar
Ansina lo escarda Cho Juan Perenal
Ansina lo enfeja
Ansina lo carga
Ansina lo bota en la era
Ansina lo trilla
Ansina lo aventa
Ansina lo enjecha
Ansina lo cierne
Ansina lo tuesta
Ansina lo muele
Ansina lo amasa
Ansina lo come

 

 

 

Rodríguez Ramírez (director del Grupo Etnográfico Baile Bueno de La Laguna, en Los Llanos de Aridane), ha elaborado un interesante glosario de voces, palabras y expresiones, más de 400, propias del cultivo de la sementera. Denominación de útiles y acciones de la labranza, recolección y trilla, aparejos del ganado, voces del gañán y nombres populares del ganado, molienda, preparación y degustación del gofio, que son definidas con un lenguaje sencillo. Este interesante trabajo, inédito, hemos tenido la suerte de consultarlo y se nos ha facilitado la letra del Cho Juan Perenal recogida entre numerosos vecinos del barrio de La Laguna.

 

Molino palero en La Palma

 

 

Esta versión se bailó por primera vez e íntegramente en todos sus pasos por la Agrupación Folclórica San Isidro de La Laguna, con antecedentes fundacionales en 1947, durante los festejos de La Patrona 2002.

 

 

Cho Juan Perenal tiene un arenal,
con grano de trigo lo quiere sembrar,
lo siembra en la cumbre, lo coge en la mar.

Ansina barbecha Cho Juan Perenal,
ansina lo siembra Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo labra Cho Juan Perenal,
ansina lo escarda Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo siega Cho Juan Perenal,
ansina lo enmanilla, Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo engavilla Cho Juan Perenal,
ansina lo enfeja Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo carga Cho Juan Perenal,
ansina lo enfresca Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Lo bota en la era Cho Juan Perenal,
ansina lo espeja Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo trilla Cho Juan Perenal,
ansina lo vira Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo empilona Cho Juan Perenal,
ansina lo despajona Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo aventa Cho Juan Perenal,
ansina lo ensaca Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.


Ansina lo tuesta Cho Juan Perenal,
ansina lo muele Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo cierne Cho Juan Perenal,
ansina lo amasa Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Ansina lo come Cho Juan Perenal,
ansina lo caga Cho Juan Perenal,
ansina ponía sus pies en la mar
y ansina aprende Cho Juan a danzar.

Cho Juan Perenal tiene un arenal
con grano de trigo lo quiere sembrar
lo siembra en la cumbre lo coge en la mar.

 

 

 

Dentro del glosario de Rodríguez Ramírez de voces del Cho Juan Perenal se recogen, entre otras muchas, las que se expresan en la letra de la conocida pieza musical.

 

 

Amasar. Acción de formar masa con el gofio, y un poco de agua, en un zurrón o en un lebrillo.

Aventar. Lanzar la sementera al viento para separar el grano de la paja. En el entorno de la era se colocaba una vara verticalmente con un trapo en su punta, llamado popularmente bandera, que indicaba la dirección del viento y facilitaba al campesino el colocarse a favor de él en la acción de aventar al aire.

Ansina. Así. En diccionarios del siglo XIX ya se consideraba como una voz “anticuada”.

Barbechar. Preparar la tierra para sembrar. Una vez caídas las primeras lluvias se barbechaba ayudados de un arado, tirado por una yunta. Por lo general unos ocho días después se sembraba el grano, tapándolo con la acción de labrar con yunta.

Botar. Acción de tirar.

Cargar o sacar. Transportar las mieses desde la tierra de labor hasta la era sobre los hombros de los mismos campesinos o en bestias o corsas.

Cernir. Acción de separar, con un cedazo, las impurezas del gofio.

Despajonar. Separar la paja pequeña de la sementera o grano, utilizando por lo general la cernidera.

Empilonar. Amontonar. Colocar el grano en pilones o amontonarlo en la era para empezar a limpiarlo.

Enfrescar. Frescal. Acción de colocar, por lo general fuera de la era, sobre unos palos los fejes de mieses en forma de círculo, con las espigas hacia el vértice, a la espera de la trilla. En caso de lluvia se tapaba con mantas.

Ensacar. Acción de recoger el grano en costales, por medio de almudes o palas.

Era. Construcción circular de piedra, de un medio metro de alto. Lugar donde se trilla el cereal y otros granos.

Escardar. Extraer malas hierbas de los sembrados antes de que en la sementera nazca la espiga.

Espejar. Espajar. Extender las mieses en la era para empezar a trillar.

Feje. Haz o fajo atado de cereal. Conjunto de gavillas atadas.

Gavilla. Conjunto de manillas, entre ocho y diez, de mieses con las que se va formando un feje. No hay número determinado de gavillas para formar un feje.

Labrar. Acción de rotular la tierra con el arado. Una vez expandida la semilla, a voleo, se vuelve a labrar para cubrirla con la tierra.

Manilla. Cantidad de mieses que abraza la mano cuando se está segando.

Moler. Acción de quebrantar el grano hasta hacerlo polvo.

Segar. Acción de cortar con la hoz las mieses en el lugar donde se cultivó.

Sembrar a voleo. Acción de arrojar y esparcir las semillas sobre la tierra. La semilla se porta en un especie de saco, llamado sementero, y que se lleva al campo colgado de un hombro.

Tostar. Acción de tostar, sobre un recipiente -tostador- de barro o metálico, distribuyéndose por medio de un mejeriquero que evita que el grano se queme.

Trillar. Quebrantar la mies tendida en la era y separar el grano de la paja. La hora elegida para comenzar estas labores era las once o doce de la mañana, cuando el sol calentaba la paja y rompe el grano, según el decir de los campesinos.

Virar. Acción de dar la vuelta, con la horqueta, a la mies para continuar con la trilla. En La Palma a esta acción se le denomina media burra.

 

 

 

Por ahora las dos versiones publicadas de mayor extensión en pasos del Cho Juan Perenal son las que publicamos en este trabajo. Esperemos que valga de análisis y estudio para otros investigadores y definitivamente se establezca que la Danza del Trigo es el más bello homenaje al gofio, y de ninguna de las maneras al pan o a la harina como hasta ahora han visto algunos.

 

Entendemos que queda suficientemente justificado que la famosa Danza del Trigo es un detallado relato con música, letra y baile mímico de la elaboración de nuestro querido alimento, básico en la comida canaria: el gofio; y como decíamos en los primeros párrafos de este trabajo, bien se podría denominar con toda justicia Danza del Gofio.

 

 

 

Cho Juan Periñal por Coros y Danzas "Nambroque" de La Palma.

 

Bibliografía

 

Hernández [Pérez], María Victoria, “La Danza al Gofio (Cho Juan Perenal o Danza del Trigo)”, El Gofio. Un alimento tradicional canario, pp. 32-39. Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria, Gobierno de Canarias, CCPC, Loiu, Vizcaya, 2006.

 

 

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