La Real Villa de Tegulse conserva una de tas tradiciones navideñas de más rancio abolengo en las Islas: Los Ranchos que en la Nochebuena cantan y danzan en honor del Dios-Niño en las distintas partes en que sodivide su intervención: «El Corrido», «El Salto», «Las Desechas» y «La Pascua». Desde todas partes de Lanzarote acuden numerosas personas para asistir a la celebración de la Nochebuena, que constituye la única actúación de los «ranchos» en la actualidad. Hace años participaban también en las «misas de la luz» que se oficiaban nueve días antes de la Navidad a las cinco de la mañana. Tampoco son frecuentes ahora otras manifestaciones del «rancho de Navidad» que les emparentaba con los «ranchos de ánimas» de otras Islas y «los divinos», aunque todavía sigan saliendo a otras partes el día de Navidad. Ahora los «ranchos» navideños perviven —tanto el «grande» como el «chico»— aunque acaso falten las improvisaciones sobre temas religiosos más conocidos. Así en el pie que corresponde al tercio (o coro) en el comienzo del «corrido»: «Cantemos con alegría/ ya nació el dulce Mesías» no faltaba la apostilla humorística de otros ranehos que acudían a Teguise: «Cantemos con alegría/ que la villa está llovía». Nos recordó esto pareado don José María Gil quien acostumbraba asistir a las «misas del gallo» de Teguise y que nos mentó otros ranchos de Tao y Guatiza, así como de Sah Bartolomé.
El legado de don Juan Crisóstomo García
Doña Juana Jiménez, viuda de don Juan Crisóstomo García, conserva unos cuadernos fechados en 1897 en que se recogen diversos cantos escritos por su esposo. Don Juan Crisóstomo estuvo al frente del Rancho Navidad de Teguise durante muchos años, hasta su fallecimiento en el 33. Nos cuenta don José María Gil (en la actualidad tiene 91 años) que don Juan Crisóstomo fue un hombre de gran religiosidad, que poseía, además, amplía cultura y que, en otro orden de cosas, fue un relevante luchador de su época, entre los mejores de la isla, junto a Mamerto Pérez, de Los Valles, y Nemesio Rodríguez.. Don Juan Crisóstomo casó con una sobrina del sacerdote don Juan Melián, que era natural de Agaete. Doña Juana Jiménez, la viuda de don Juan Crisóstomo, cuenta en la actualidad 99 años y, aI igual que nuestro informante, el galdense radicado en Lanzarote durante muchos años, el citado don José María Gil, se muestra muy lúcida y posee una memoria admirable.
Los cantos que interpreta el Rancho de Navidad de Teguise son tomados del legado de don Juan Cristóstomo, aunque puedan darse interpolaciones en algunos casos, según pudimos advenir al contrastar actuales interpretaciones con los textos que aparecen en el libro que conserva doña Juana Jiménez y también con los que reprodujo don Sebastián Jiménez Sánchez el 24 de diciembre de 1955 en el diario Falange, en un interesante artículo en el que narra las distintas fases de esas «coplas de exaltación del campo y del mundo sideral, villancicos y loas al Niño Jesús y versos descriptivos del Misterio y de elogio a la Virgen María y a San José». Jiménez Sánchez indica que «estas serenatas suelen tener cierto interés económico, por eso se las llama asimismo «serenatas de aguinaldo», en las que no faltan las originales coplas humorísticas y sentenciosas». Se relaciona esto último con lo que nos había manifestado don José María Gil, cuyo hermano, don Antonio Gil Santana, llegó a Teguise como coadjutor de don Juan Melián, el tío de doña Juana Jiménez, y permaneció veinte años en la villa, siendo destinado posteriormente a Puerto del Rosario, Gran Tarajal y San Mateo, donde su nombre está perpetuado en una calle.
Los textos de don Juan Crisóstomo, que tuvimos ocasión de conocer en la libreta que conserva su viuda, así como en algunas copias que guardan los componentes del rancho, se siguen cantando en la actualidad. Son varios los temas que desarrolló bien para cantos de «Pascua» o «desechas», así como otros de distinta inspiración, sin que falten los temas amorosos dedicados a su esposa, ni los religiosos independientemente de los destinados al rancho.
Tienen, pues, larga ejecutoria dentro del rancho de Tegulse los versos creados por don Juan Crisóstomo. Por otra parte, ya en 1955, don Sebastián Jiménez Sánchez en el referido artículo que publicó —en calidad de «comisario regional del Museo del Pueblo Español»— elogiaba la «raigambre especial» de los ranchos de Teguise, que están, escribió, «patinadas y consagradas por el tiempo y la tradición, por lo que su pureza es rigurosamente auténtica», añadiendo que «constituyen una institución y una característica singular de esta localidad» y que «transmiten de padres a hijos como rica herencia familiar».
Características del Rancho
Escribía don Sebastián Jiménez Sánchez que el canto de los ranchos «es lánguido y monótono, prolongado y elogioso, rebosante de dulzura e ingenuidad. Aunque a veces es movido, presenta una tonalidad predominantemente cadenciosa y acompasada y ricamente descriptiva de los misterios del Nacimiento. Todo el canto aparece matizado con los sones de los instrumentos de cuerda, de las espadas y las sonajas, triángulos y panderos y con las sonoridades de las castañuelas y, de manera especial, con los sonidos del requinto y del alborotador timple. Las panderetas son las que dan al Rancho el tono mayor y de volumen sobre los altibajos melódicos de los demás instrumentos. Toda la música de estos «ranchos navideños» es música pastoril y religiosa muy primitiva».
Lo que describía Jiménez Sánchez hace menos de un cuarto de siglo es en muchos aspectos válido en la actualidad. Pocas modificaciones se aprecian también respecto a los instrumentos que utilizaban: 4 ó 5 panderetas, 4 espadas, 2 triángulos, 6 sonajas, 2 castañuelas, 1 timple, dos o más guitarras y un requinto». En la ocasión que les vimos hace pocas semanas contamos una pandereta más y los mismos números de guitarras, requinto, timple y triángulos, así como dos espadas menos.
Los cantos siguen siendo los mismos. Se inicia la intervención con «El Corrido». El pie que reproducía Jiménez Sánchez («Cantemos con alegría/ ya nació el dulce Mesías») es el mismo que oímos hace poco. Varían algunas de las intervenciones del solista. También es Idéntico el pie de las «desechas» («Se celebra hoy/ en el mundo entero/ la Natividad/ del Rey de los cielos» e igualmente varían algunas intervenciones del solista aunque todas las estrofas están confrontadas en el libro de don Juan Crisóstomo. En «La Pascua» continúa asimismo cantándose la estrofa que apuntaba Jiménez Sánchez («Oh Rey de la Creación/ grandes tus misterios son/...»).
El «corrido» se canta al entrar el rancho en la iglesia. Después se saca el Niño-Dios y se baila «El Salto» («sin darle la espalda nunca al Niño», nos apuntaba don José María Gil) para tras salir y regresar al templo dedicarle en el «besapié» los cantos de «desechas» y «Pascua». «El Salto» es la única parte solamente instrumental y que da ocasión a presenciar una curiosa danza, que tiene pasos hacia atrás y hacia adelante espectaculares. Lo bailan los que acuden vestidos de «pastores». Lo fue durante muchos años en la actualidad el más veterano componente del rancho, Daniel González, de 73 años, que ahora toca la pandereta. Otros veteranos del grupo son Florencio Delgado, con más da 30 años en el «rancho», Hermenegildo Ventura, que tiene a su cargo asimismo el «rancho chico», y José Cabrera Rodríguez, que lleva ya 33 años.
Los actuales componentes de Rancho
El «rancho grande» de Teguise lo integran personas de distintas edades y profesiones. Los hay que proceden del «rancho chico» y también que están encuadrados en la rondalla «Guanapay». En cuanto a oficios y profesiones, van desde un constructor de tlmples (Antonio Lemes), al agente postal (Hermegildo Ventura), pasando por el carpintero (Francisco Herrera), maestro albañil (Francisco Ventura), labrador (Daniel González) y taxista (Florencio Delgado).
La relación completa de los componentes del rancho en la actualidad es ta siguiente: Cantadores de alante: Antonio González (pandero), Hermenegildo Ventura (pandero) y Valerio Bethencourt Machín (triángulo). Tercio (o coro): Daniel González Rodríguez, Julián García, Jacinto Padrón, Laureano Camacho Sosa, Marcial Betancor Lemes, Rafael Betancor Machín, Florencio Delgado Fuentes y Cándido Hernández González (panderetas y sonajas); Francisco Ventura Perdomo (castañuelas), José Cabrera Rodríguez y Luciano González Reyes (espadas), Carlos Burillo Machín (timple), Inocencio Cabrera Rodríguez Y Carlos Betancor Lemes (guitarras) y José Francisco Herrera Tejera (requinto).
Envío
El Rancho de Navidad de Tegulse es una de las manifestaciones folklóricas más Interesantes no solamente de Lanzarote, sino de todo el Archipiélago, donde tantas muestras de su pasado histórico persisten, tiene en estos ranchos navideños una importante expresión de |a religiosidad popular que en una población donde franciscanos y dominicos dejaron testimonios, tienen, sin duda, raíces de gran hondura. Han soportado el inclemente paso del tiempo, la torpeza de prohibiciones en una época en que no pocos confundieron tradiciones religiosas de raigambre popular como elementos paganos nocivos para una liturgia en no pocos sentidos estereotipada y excluyente: han seguido haciendo de la Nochebuena de Teguise en el tantas veces maltratado templo parroqulal de Nuestra Señora de Guadalupe —ahora custodio de imágenes procedentes de otros conventos y templos de la villa, y esperando restauraciones en el campanario que destruyó el incendio de 1909— algo verdaderamente único y merecedor de todos los estímulos y apoyos. Y pensamos que tan interesante legado, que continúan manteniendo vigente los esforzados miembros del rancho, debe seguir enhiesto y proyectándose incluso fuera de su ámbito original para que tengan conocimiento de ello quienes no han tenido ocasión de verles hasta ahora.
Del libro de don Juan Crisóstomo
Fechado en 1897 conserva doña Juana Jiménez (90 años) los poemas escritos por su marido don Juan Crisóstomo García, gran parte de ellos destinados para el Rancho de Navidad.
He aquí una muestra: el «Misterio del Nacimiento- para cantarlos por «pascuas», una de las partes w» «l"ie interviene el Rancho en la Misa de Nochebuena.
MISTERIO DEL NACIMIENTO (Antes de nada, canta el Tercio
Tercio
Cantor 1º:
Tercio:
Tercio
Tercio para guardarse del frío porque albergue no encontraron
Tercio
Tercio Y entonces se puso a orar
Tercio
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Este texto de Nanino Díaz Cutillas fue publicado por el recordado periodista el 31 de diciembre de 1978 en El Eco de Canarias.