Miembros del Grupo Fotográfico San Borondón con los Cronistas de La Aldea y Artenara
Buenas noches.
En los momentos actuales la participación ciudadana y el movimiento asociacionista no viven los tiempos de oro que tuvieron hace unos treinta años cuando comenzó el proceso de la Transición Democrática. Y difícil tienen mantenerse en vida las asociaciones con fines altruistas, sociales y artísticos.
El Grupo Fotográfico San Borondón, que hoy nos convoca aquí, es una de las asociaciones de esta capital que se mantiene en alza y que goza de buena salud, prueba de lo cual son sus constantes proyecciones de audiovisuales así como alguna exposición y su poder de convocatoria.
Breve historia del Grupo Fotográfico San Borondón
Esta asociación se constituyó el 25 de mayo de 1996 por iniciativa de Servando Hernández, Ildefonso Bello, Francisco Socorro, Ángel Rodríguez (fallecido en 2007) y Mariano Guillén, a los que se unen tres años después José Dévora y Antonio Fernández. Su principal objetivo es dar a conocer los paisajes de Canarias con un fin proteccionista, aparte la expresión artística fotográfica.
Su nombre propio responde a ese fenómeno, de los miles que produce la refracción de la luz en la Naturaleza, que generó la leyenda de la isla encantada: San Borondón. Y es que el fenómeno de la luz (de magia y encantos) es determinante en la técnica y el arte fotográficos.
En estos 14 años han presentado un total de 113 trabajos, casi todos audiovisuales, a una media de 8 por año. El primero se mostró el 24 de octubre de 1996 en el Club Prensa Canaria de esta ciudad y fue dedicado a paisajes de la isla de El Hierro a través de proyecciones de las tradicionales diapositivas de celuloide. Desde los años setenta ya se había generalizado la filmina a color en positivo, en 35 milímetros al alcance de todos, ideal para presentar imágenes de colores reales y detalles en alta calidad.
El Grupo Fotográfico San Borondón se dedicó, a lo largo de estos años, a captar con sus cámaras cientos de rincones de la geografía canaria y a componerlos en audiovisuales o en exposiciones de papel, en el marco de la temática paisajística con diversas monografías: flora canaria, municipios, arqueología, etnografía, etc., siendo 1988 el año de mayor actividad. Y va experimentando, a lo largo de este tiempo, los cambios de la técnica fotográfica: desde la analógica de celuloide y la directa reflexión de la luz, a la revolucionaria digital de hoy.
El arte de describir, pintar y retratar el paisaje
El paisaje se estudia, se pinta, se canta, se escribe… ¡y se fotografía! desde muchas ópticas, algunas superpuestas o integradas en los campos conceptuales del arte, la ciencia, la filosofía… Y ha sido uno de los principales motores de la fotografía a lo largo de su historia desde su nacimiento en 1826 con la primera imagen, tomada desde una ventana por Nicéphore Niepce sobre un paisaje rural.
El paisajismo, como género artístico, ha evolucionado constantemente desde el siglo XVII. Entre otras, en las Facultades de Geografía e Historia, Bellas Artes y en las Escuelas de Artes y Oficios, la técnica y el arte fotográfico se impone cada día más y su análisis conceptual es un tema vivo que despierta nuevas y sugestivas vías de estudio y reflexiones; sin olvidar que en el campo de las Ciencias de la Tierra el paisaje además conlleva el estudio ambiental y proteccionista. Y en la vida cotidiana los sentimientos estéticos engendrados en y por el paisaje forman parte del mundo vivido por cada uno de nosotros en nuestro entorno.
Por tanto, desde una tesitura existencial, es decir, desde la postura filosófica que defiende que somos los seres humanos los que en forma individual creamos el significado de lo que nos rodea, el paisaje forma parte de nuestra vida. De ahí que suela hablarse de paisaje existencial ya tratado en literatura por la Generación del 98, caso de Unamuno o Joan Margall.
A tal efecto, con los trabajos que realiza el Grupo Fotográfico San Borondón, y este en concreto de Mogán, se nos van a generar sensaciones de diverso grado: dígase la de la relación y de la asociación de la gente con su lugar, el paisaje que el hombre ha transformado en la costa, el fenómeno denominado en Geografía como antropización, frente al paisaje del interior o paisaje natural.
Un recorrido fotográfico por Mogán
Este audiovisual que hoy tenemos el honor de presentar realiza un recorrido fotográfico por todo el paisaje del municipio de Mogán, desde de la costa hacia los valles del interior.
Las tomas son por procedimiento digital a través de cámaras Nikon D300 y Canon 5d Mark II, con objetivos que abarcan distancias focales entre 24 y 200 mm para paisajes, mientras que los detalles se hacen con macros, sobre todo el 60 mm de Nikon, que da una excelente resolución. Se ha empleado el modo RAW para revelarlas en el conocido programa de Photoshop.
Entre las múltiples normas que orientan la composición de una imagen, se han empleado diferentes técnicas de encuadre, consciente o inconscientemente; unas veces centrando el objeto para buscar la simetría total, otra la de los dos tercios y, en ocasiones, aplicando la regla áurea para lograr imágenes con un encuadre de más encanto; todo lo cual sucede en décimas de segundo, a veces de manera fortuita, propia de la intuición que suelen desarrollar los fotógrafos experimentados, lo que coadyuva a transmitir de forma clara las sensaciones pretendidas.
Sobre la luz, el color y el contraste que verán en las imágenes de este recorrido por la geografía de Mogán, es decir, los aspectos tonales frente a los descriptivos, se ha empleado una amplitud de recursos, la que nos da la luminosidad de Canarias. Destacamos una serie de primeros planos de frutos y flores tropicales en la costa y, hacia el interior, de plantas autóctonas y riscos en las alturas, tomados en los meses claves del año y en las horas determinantes del día. Porque la luz es fundamental en el arte de la fotografía, sobre todo en las horas brujas, por la mañana y por la tarde, cuando los rayos del sol inciden lateralmente sobre los objetos, se cuelan entre los diversos planos superponiendo y dispersan luces y sombras, dando así un poderoso encanto a la imagen que embelesa nuestros sentidos; de ahí lo de hora bruja u hora azul, la magic hour o la golden hour que, a veces, es de relámpago: la ves, preparas la cámara y se te va. La encontramos en el campo, en el mar, en la ciudad y sólo se precisa simple observación. Para la composición del audiovisual se han elegido unas 130-140 imágenes.
En el Mar de las Calmas
Comienza la exposición con imágenes de la costa del sotavento insular, desde Arguineguín hasta Playa de Mogán, con profusión de contrastes azulados, donde se nos muestran aspectos diversos como estampas marineras que nos recuerdan la importancia que, desde principios del siglo XX, tuvieron para la economía local, cuando se instalaronn las primeras fábricas de salazón: de las cuatro que hubo no queda sino los restos de una en Tauro, que es fotografiada.
Pero la riqueza de esta costa ya no es la pesca sino la industria turística, base de la economía actual, cuyo primer plan urbanístico, el de Puerto Rico, se aprobó en 1967; precisamente aquel año desde el Ministerio de Turismo se advertía al alcalde: no se realice ninguna clase de tropelías que destrocen para el futuro todo esa bella zona (…) aún estamos a tiempo el estudiar bien los proyectos (…). La exposición recoge planos de la realidad urbanística actual de este sobreexplotado espacio costero.
Por el valle de Mogán
Barranco arriba de Mogán se recogen aspectos agrícolas y bienes patrimoniales históricos como el Molino Quemado, la Máquina (donde se situó el primer molino de gofio movido por una máquina de vapor), la casa parroquial y la ermita de San Antonio construida en 1814, que dio paso a la conformación de Mogán como un ente propio parroquial y luego municipal independiente de Tejeda. Aquí el paisaje es historia, porque conforma una acumulación, una fuente rica de datos sobre las gentes y las sociedades que lo crean. O lo que es lo mismo: es el retrato de la geografía existencial o geografía histórica que reconstruye los paisajes a los ojos de sus ocupantes.
En Veneguera
En el valle de Veneguera también se recrean arquitecturas urbanas históricas e hidráulicas, así como variados elementos del paisaje agrícola y de especies arbóreas autóctonas, como el gran palmeral de las Casas de Veneguera, que tiene como fondo la imponente montaña de Ojeda-Linagua o de los Hornos, apoyada en una discordancia geológica de alto valor plástico: los Azulejos, producidos a lo largo de millones de años por afloramientos hidrotermales continuados que colorearon la roca, fenómeno asociado al gigantesco hundimiento que sufrió la isla hace unos 12 millones de años.
Los altos. Majada Alta, Pajonales y Soria
A partir de la casa del Pie de la Cuesta, la exposición nos lleva a las alturas de la Majada Alta y de Pajonales, lugares coronados de pinares donde la Naturaleza alcanza otra dimensión, donde nuestros fotógrafos experimentan mil encuadres en mil colores hasta alcanzar el pago de Soria y la obra de ingeniería hidráulica más voluminosa de Canarias: la presa del lugar.
Verán perspectivas soñadas del agua, las que hemos experimentado en las pasadas lluvias donde los caideros dormidos tanto tiempo ahora imponen, con sus impresionantes saltos de agua, una carga sensitiva y emocional poco común en la gente.
De vuelta a los orígenes: al Mar de las Calmas
El recorrido fotográfico desciende por Cercado de Espino y el barranco de Arguineguín para alcanzar de nuevo la costa, el encantado Mar de las Calmas de Canarias que en los equinoccios nos ofrece los reflejos esmeraldas de una marina llana y encantada, sobre todo en las horas mágicas del día, que en segundos vamos a contemplar y experimentar en agradables sensaciones.
Por tanto, acabamos con el deseo de que este nuevo audiovisual coadyuve aún más en la protección de nuestro paisaje rural, urbano y natural de nuestras Islas y de nuestro Planeta porque, como decía uno de esos valedores del paisaje existencial de la Generación del 98, Joan Margall, difícilmente puede un hombre amar toda la tierra si no comienza por aquella más próxima, por aquella que él conforma.
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Gracias a ustedes por la atención. Espero que disfruten del audiovisual al que acompañan piezas musicales de Charles François Gounod, Joseph Hellmesberger, Joshep Cannor y Richard Addinsell.
Gracias a San Borondón por sus regalos del paisaje canario y, personalmente, por confiarme esta presentación.
Las Palmas de Gran Canaria 27 de abril de 2010
Las fotografías forman parte del audiovisual presentado.