En 1981 comenzó su ya larga andadura en Arico Viejo el restaurante Casa Lala. Allí Candelaria o -como todos la llaman cariñosamente- Lala, empezó a deleitar nuestros paladares con recetas tradicionales y con algunas de creación propia, que hoy en día se han convertido en indispensables para todo amante de la buena gastronomía.
Desde el principio, los sabores de sus platos tienen mucho que ver con los productos de la medianía de Arico, que Lala combina con mano firme y sabia, y que pueden, por no decir deben, ser regados con los caldos blancos y tintos de cosecha propia, que son todo un jarabe para el ánimo.
Este buen hacer no ha pasado desapercibido siendo merecedor de premios tales como el Gánigo, otorgado a este restaurante por el CIT en 1996. Con todo esto, no es raro ver aparecer por aquellos lares gentes de todos los recovecos de la isla e incluso de fuera, en busca de exquisiteces como las castañas con pescado salado, sus famosos pucheros o sus postres caseros, por citar algunos de los manjares que allí se dispensan generosamente.
Es un negocio familiar, y esto se nota en el trato amable y distendido, lo que sumado al resto de virtudes enumeradas lo convierten en un lugar de obligada visita.
Ingredientes para cuatro personas
2 kg de castañas
1 kg de pecado salado (preferiblemente corvina)
4 dientes de ajo
1 pimienta roja
Pimentón
Aceite, vinagre y sal gorda
Preparación
Se deja el pescado desalando desde el día anterior (es importante cambiar el agua varias veces). Se tuestan las castañas y se pelan, siendo conveniente escoger castañas con buen tamaño ya que en el proceso de tostado merman y esto puede deslucir el plato. Para la elaboración del mojo, majaremos los ajos con la sal gorda y la pimienta e iremos añadiendo pimentón, aceite y vinagre al gusto. Se hierve el pescado previamente desalado durante unos 15 ó 20 minutos, se escurre, se desmenuza y se reserva. Después en un caldero se mezcla el pescado con las castañas y el mojo, y se lleva a hervor entre 3 y 5 minutos.
Presentación
Servir acompañado preferiblemente de batatas arrugadas o, en su defecto, de papas arrugadas, y por supuesto de un buen vino.
Restaurante Casa Lala
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Artículo publicado en el nº 6 de la revista Mundo Rural de Tenerife.