¿Quién sentenció la música, el arte, el talento… debían quedar reservados a creadores que guardan las musas en cofres cerrados que sólo se abren con la llave de la subvención y tras el visto bueno de los nuevos censores que desde la burocrática oficina o desde una dócil tribuna mediática deciden lo que debe o no debe subir a los escenarios?
Desde esta humilde esquina quiero avisar a todos esos agoreros de la nada, quiero decirles que están muy equivocados. Porque Yeray Rodríguez y Edwin Colón existen, y cuando estos dos se juntan puede ocurrir lo que pasó la noche de este miércoles en el escenario del salón de actos del Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que la gente se da cuenta de que no ha fronteras para la música, que si se encuentran arte, improvisación, talento y emociones podemos descubrir que Artenara parió un genio que se llama Yeray Rodríguez.