El tambor, como cualquier otro instrumento, necesita de una correcta afinación para que se pueda llevar a cabo una perfecta ejecución. Dentro de este grupo de instrumentos podemos encontramos los tambores de candela como el daf iraní, que deben ser expuestos a fuentes de calor, como un brasero de brasas incandescentes, antes de ser tocados. Otro tambores llevan un sistema de tensión fija y la exposición al calor es la única forma de tensar las membranas. También se puede estirar o aflojar el parche mediante tornillos o elementos mecánicos.
Por último, como sucede en el caso del tambor herreño, así como en los djembés africanos o tambores rocieros, la piel, generalmente de cabra, va tensada mediante cuerdas...
Foto de portada: M.A.R.D.