Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Más de 400 personas participarán este 2011 en la representación de la Librea.

Martes, 02 de Agosto de 2011
Ayuntamiento de Tegueste
Publicado en el número 377

El Ayuntamiento de Tegueste (Tenerife), a través de las Concejalías de Fiestas y Cultura, sigue perfilando lo que será una de las celebraciones más importantes que tienen lugar en la Villa. La Librea, cuyo origen se remonta en torno al año 1600 (siglo XVII) según algunos estudiosos, volverá este año a la plaza de San Marcos (9 de septiembre) dentro de los actos programados para las Fiestas Patronales en Honor a Nuestra Señora la Virgen de Los Remedios, co-patrona del municipio. Una representación que este año reunirá a más de 400 vecinos vestidos con trajes típicos de Tegueste, en cualquiera de sus modalidades (traje de fiesta o traje de campesino en sus diferentes variantes), entre grupos folclóricos, figurantes, etcétera.

 

Dentro de las reuniones que se llevan a cabo desde hace semanas, el Teatro Príncipe Felipe de la Villa acogió recientemente un encuentro de todas las personas que participarán en La Librea para informarles de aspectos importantes de la celebración. La reunión informativa contó con la presencia del alcalde de la Villa, José Manuel Molina, quién agradeció a todos los vecinos su participación en La Librea, una celebración que “no sería posible sin su presencia”. Además, desde la Corporación teguestera se aprovechó la reunión en el teatro de la Villa para volver a hacer un llamamiento a todos los vecinos que quieran participar en esta importante celebración.

 

La Librea de este año será una representación de un día de fiesta en el Tegueste de 1850 en el que, además de una amplia exposición de las costumbres y tradiciones de la época, se plasmarán escenas basadas en documentos encontrados en el Archivo Municipal de la Villa. El director artístico de la Librea 2011 será Miguel Ángel Hernández, un teguestero que recuperó este acto en 1997.

 

En estos documentos de índole administrativa se certifica que la antigüedad de esta importante celebración en la Villa es de comienzos del año 1600, según consta en los oficios escritos, por aquel entonces, entre el alcalde de Tegueste, Juan Manuel González, al Coronel del Regimiento Provincial de Milicias y el Comandante General, sobre los préstamos de fusiles y tambor necesarios para la aparente marcha que, junto a danzas y barcos, celebran la fiesta de Nuestra Señora de Los Remedios.

 

En estos oficios se recogen las conversaciones de Juan Manuel González con el coronel del Regimiento Provincial, y donde queda constatado el origen de la Librea: “Con motivo de haberme hecho presente el Gobernador de Armas de este lugar no serle posible en el presente año franquear como se ha acostumbrado siempre, los fusiles desde su compañía para formar aquella reunión de aparente marcha con que entre danzas, Barcos y otras diversiones, solemnizan estos vecinos la festividad de su Patrona desde que por su poderosa protección se libertaron de la epidemia que se padeció a principios del año de 1600”, decía el entonces alcalde teguestero en septiembre del año 1814.

 

El regidor, según consta en estos documentos, proseguía indicando que “lo manifesté a este Ayuntamiento quien, enterado de esta novedad en su vista, acordó que yo como su Presidente y a su nombre, me dirigiese a Vuestra Señoría con la súplica de que, si lo tiene a bien, se digne expedir las órdenes que correspondan a fin de que dichos fusiles puedan franquearse para que por esta parte no resulte deslucida la función, asegurando a Vuestra Señoría que no recibirán detrimento alguno respecto a que de ellos no se hace otro uso que el de llevarlos en la marcha, y que en todo caso, este Ayuntamientos saldrá garante de cualquiera que por un incidente puedan experimentar”.

 

La fecha de 1600 vuelve a reiterarse en una de las misivas del Coronel: “(...) teniendo en consideración que esta celebridad cuenta dos siglos y catorce años pues fue su principio en el de 1600, y que en esta época ha habido muchos coroneles antecesores míos, parecería un efecto de ridiculez el que por falta de concurrir los militares se desluciera una celebridad tan antigua”. Estos documentos y su análisis, junto con otros que también han podido ser descubiertos, dan lugar al primer Boletín del Archivo Municipal de Tegueste que verá la luz en breves fechas.

 

La epidemia. Según la tradición, el nacimiento de la fiesta está vinculado a la mortífera peste de landres que azotó la isla de Tenerife en 1582-1583 y de la cual Tegueste se libró gracias a la intervención de la Virgen de los Remedios. Desde entonces se celebraría la Fiesta en acción de gracias.

 

Sin embargo, diversos estudios han demostrado que el Valle de Tegueste sí se vio afectado por la citada epidemia, y en alto grado. Según las actas del Cabildo, en febrero de 1583 todavía se encontraban afectados los dos Teguestes (El Viejo y el Nuevo), Tejina y Tacoronte, extendiéndose también por  La Punta del Hidalgo, Taganana y Tabares. Por tanto, los documentos demuestran fehacientemente que Tegueste, como el resto de la comarca, sufrió los estragos de la terrible epidemia de landres.

 

A estos hay que añadir, en lo que respecta al origen de la fiesta, los inventarios encontrados en la ermita dedicada a San Marcos Evangelista, que fue construida con anterioridad a 1530 en el lugar denominado El Llano, núcleo originario del pueblo.

 

La fiesta. La Librea, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y que cada tres años llena las calles de la Villa, consiste en una especie de milicia mandada por un capitán. Esta típica escuadra de tierra adentro marchaba por riguroso orden según la promesa ofrecida, del siguiente modo: el Barco de Pedro Álvarez en primer lugar, seguido del de Tegueste, y en último lugar, el de San Luis.

 

El Socorro también rendía pleitesía de reconocimiento por la aludida merced, navegando todos sobre la carretera que el hombre del campo, con su yunta de vacas, ha arrastrado orgulloso hasta nuestros días. En principio, cuando en Tegueste existieron las milicias, con sus brillantes uniformes y su capitán al frente, la cuadrilla descargaba sus armas de fuego en señal de honor a la salida y entrada de los santos patronos.

 

Al desaparecer del pueblo estas fuerzas, continuó la tradición formando compañías de voluntarios, que al no disponer de armas de fuego, idearon las "escopetas de caña", con las que desfilaban en las procesiones.

 

Hay investigadores de las fiestas canarias que no comparten del todo las ideas expuestas en esta nota del Ayuntamiento teguestero. Para más información puede pinchar aquí.

 

 

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