Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Una nueva Discopedia sobre Néstor Álamo.

Viernes, 02 de Diciembre de 2011
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 394

La faceta musical de Néstor ha sido la que más huella ha dejado, siendo uno de los autores que más canciones ha dado a la música popular canaria, tal y como lo demuestra esta presente Discopedia que tiene como eje central su obra y trayectoria.

 

 

 

Nueva Discopedia Virtual Néstor Álamo

 

 

 

 

 

1. Néstor Álamo, CANCIONES DE GRAN CANARIA, COLUMBIA, CLP 11.000.

 

PALMERO SUBE A LA PALMA. Isas  canarias.
FOLÍAS, TRISTES FOLÍAS. Folías canarias.
EL ZAGALEJO. Canción canaria.
SANTO DOMINGO Y SEGUIDILLAS. Aires populares canarios.
                                                                                                                                                                                                                          

ADIÓS CANARIA QUERIDA. Canción canaria.
¡ISLA MÍA! Canción canaria.                                                     
RUBIO Y ALTO. "Arrorró".
AL CRISTO DE LA LAGUNA. Malagueñas canarias.

Por MARÍA MÉRIDA y Conjunto Canario, con acompañamiento de la  Orquesta del Maestro Tejada. Timple y dirección: LEOCADIO R. MACHADO.

 

La canción popular canaria ha conocido en estos años últimos una etapa de franca valoración; ello se debe por entero al entusiasmo de su creador, Néstor Álamo. Hasta 1932, la canción en las Islas se hallaba circunscrita a los viejos moldes —un tanto anquilosados— de la isa, la folía, malagueña y seguidillas. En Tenerife, junto a ellas, aparecía el "tajaraste", una especie de estribillo bailable, muy popular y vivo.

 

Fue Néstor Álamo el primero en descubrir las vastas posibilidades que había en el acervo lírico insular, que ya a fines del siglo XVI había impuesto a Europa una tonada que bailaron y cantaron muchas Cortes: "el canario". Este "canario" debió tener ritmo vivo, picado y alegre. Al parecer, hay vestigios de él en una obra de Lully.

 

La tarea que Néstor Álamo se impuso, al contrastar la indiferencia del medio ante su propia música, fue la de llevar a ésta nuevamente el corazón del pueblo, que ya apenas si se emocionaba con sus acentos. Esto lo logró impregnando a las tonadas tradicionales de aire vital del momento. Para este logro, arrancó de la base de construir con las melodías clásicas, un tanto reiterativas, nuevas canciones, donde aparecieran aquéllas pero con ilación perfecta entre texto y melodía; es decir, canciones donde una idea poética, eminentemente popular, va resolviéndose al unísono con otra idea melódica, pareja en riqueza lírica de estricta popularidad.

 

El éxito obtenido por esta forma de solucionar el problema ha sido inmenso, inigualado hasta la fecha en las Islas. Al crear la letra y música de sus canciones, Néstor Álamo ha dotado a su pueblo de un tesoro lírico de valor insuperable, y hoy las canciones canarias —sus canciones— recorren los rincones del mundo llevando hasta lo más escondido el nombre de las Islas Afortunadas, aquellas tierras de privilegio donde los antiguos situaron los predios del Paraíso…

 

Intrínsecas, auténticamente canarias, nacidas de la entraña más limpia y más viva del pueblo de las Islas, todas estas canciones rebosan del alma de ese propio pueblo; encarnan, como hasta ahora nadie pudiera lograrlo, las alegrías y las tristezas, las esperanzas y las nostalgias más íntimas y sentidas del pueblo canario. Estas bellas melodías, suaves y añoradoras, son la encarnación más veraz de la psicología de Canarias, rezumantes de cuanto constituye la esencia de la gracia isleña, de tan difícil captación para cuantos no sean nativos del Archipiélago.

 

Estamos seguros de que en cualquier lugar en que unos ojos canarios se abran, sentirán una emoción ahogadora al sentir cómo estas melodías van alzando en el recuerdo las Islas lejanas y maravillosas, y esos ojos se llenarán de lágrimas al ver revivir los viejos tesoros sentimentales, al escuchar el popularismo de la isa en "¡Ay Teror, qué lindo eres!", cuando la voz va diciendo con trémulo oscilar la copla bellísima:

 

¡Ay, Virgen del  Pino! Sos
morenita como el trigo,
y encarnadas como peros
tu carita y la del Niño.

Dile a mi amante que venga
pa dir a verte conmigo,
y me diga que me quiere
y Tú sirvas de testigo...
y Tú sirvas de testigo...

 

o la sana bullanga de "P'al Pino", o la melancólica estampa, perfecta, maravillosa evocación de la Isla, que nos da en "Sombra del Nublo", o la honda "magua" que rebosa la ausencia nostálgica de Canarias en "Adiós, Canaria querida", o el bellísimo poema "Isla mía", donde música y palabras casan de asombrosa manera en un milagro expresivo repleto de serenidad.

 

Las folías "Bendito Cristo de Telde", en versión muy personal del autor, reflejan con fidelidad máxima la forma un tanto austera que reviste la folia de Gran Canaria respecto a la más florida versión de Tenerife.

 

El "timple'', el instrumento netamente canario, nacido en Gran Canaria hacia 1817 —de gran similitud con el ukelele—lo ha sido incorporado por vez primera a la orquesta por Néstor Álamo, y a ello se debe el auge actual de este instrumento isleño, tan representativo del espíritu musical canario. Néstor Álamo, fanático del timple y sus posibilidades, llega incluso a componer una bellísima canción—"Mire madre que me mira"— donde emerge, de entre motivos puramente regionales, la versión melancólica y canaria de una malagueña, tal como este reflejo del folklore popular español vive en las Islas.

 

El "arrorró", la canción de cuna universal del Archipiélago, ha obtenido también la atención del autor. En dos versiones del "arrorró" —"Rubio y alto" y "Anda y duerme"— ofrece Néstor Álamo la línea temática inicial superada, enriquecida con exquisita finura poética, en texto y melodía.

 

Y, como prestigio decisivo de esta serie de canciones, está la calidad de sus intérpretes, las de más alta clase que hasta hoy registra la música regional canaria. Nadie como Mary Sánchez y María Mérida han sabido interpretar, con estilo esencialmente isleño, los aires populares de su tierra. Ambas extraordinarias artistas han arrebatado hasta lo indecible a los públicos del Archipiélago, y los éxitos que sus versiones les han deparado han sido indescriptibles.

 

Distintas en sus estilos, de temperamento bronco y bravío, con desgarro de pueblo sin mixtificaciones, Mary Sánchez es la creadora inigualable de muchas de las mejores canciones de este autor, que ella canta con su temperamento extraordinario y subyugante. María Mérida ofrece una versión más suave, en que luce el dominio exacto de sus facultades, que ella juega con profundidad expresiva que permeabiliza muy hondo en sus auditorios, y las dos con un sentido personalísimo de esas canciones de su tierra, que ellas interpretan con el alma en vilo, vibrante de sentido insuperable de lo que saben suyo por encima de todo.

 

 

 

2. Gran Orquesta Filarmónica, Música de las Islas, Alhambra, MC25016.

 

Cara 1: Cantos Canarios (Teobaldo Power).
Cara 2: Tiempo de Gran Canaria (Néstor Álamo).

Director: Ataulfo Argenta.

 

La música canana cruza en estos instantes una etapa de algo que pudiera llamarse descubrimiento y revaloración. Los agonizantes fondos musicales canarios han recibido en estos años últimos el impacto de la vigorosa personalidad de Néstor Álamo, quien con el logro de una nueva expresión -dentro de los más nobles cauces del acervo musical de su pueblo- ha creado con aristocrática dignidad la canción popular canaria. Hoy, gracias a su fino concepto musical y a su sentido del más entrañado secreto del espíritu de su tierra, ésta es una realidad jugosa, y más interesante resulta aún el panorama que esa creación abre al porvenir musical de las Islas. Gran Canaria, gracias a esa su inspiración profunda y exquisita, repleta de popularidad auténtica, cuenta hoy con un tesoro lírico de calidad universal.

 

Pero las Islas tuvieron mucho antes, logros musicales de valor tan sobrado como los "Cantos Canarios" de Teobaldo José Power.

 

Oriundo de familia irlandesa emigrada a Canarias en el XVIII, nace en Santa Cruz de Tenerife el 5 de Enero de 1848: sus más alquitaradas esencias musicales se hallan en estos "Cantos" que hoy ofrecemos. La línea romántica del músico canario aflora aquí en forma indudable; se advierte en ellos la fluencia francesa que explica el haber sido pensionado su autor por la Diputación Provincial de Barcelona -1862- para completar estudios en el Imperial Conservatorio de  Música y Declamación de Paris; allí obtuvo las más altas distinciones.

 

Termina su etapa formativa -1866- y viaja por América; regresa a Francia y la guerra con Prusia le sorprende en Poitiers, al frente de una compañía de Opera. Hace viaje a Madrid, pero añora el hálito de la gran urbe y regresa a Paris de nuevo. Allí, su viejo maestro y amigo, Marmontel, lo presenta a sus alumnos como prototipo del pianista perfecto.

 

Ese vivir trepidante hace que su salud se resienta gravemente. Al sentir sus pulmones heridos, recuerda la dorada luz de Canarias, la existencia quieta de las Islas, apartadas de todo vértigo, y regresa al rincón nativo en busca de reposo. Recupera energías y decide emprender una tournée como concertista de piano, que es su fuerte. Tenerife, Las Palmas y Madeira primero; de allí a Lisboa, y ante la Corte de Su Majestad Fidelísima obtiene un éxito intenso y real. Continúa la gira por la Península, pero el mal vuelve por sus fueros y regresa a Canarias más herido aún que antes.

 

En el suave tempero del monte de Las Mercedes, donde se refugia, redacta su obra El arte del piano y compone estos famosos Cantos Canarios, estrenados el 5 de agosto de 1880. El autor, con ponderada magistralía, entrecruzada por una serena fuerza expresiva, logra arribar con ellos al primer puesto musical del Archipiélago.

 

Pero le ahoga el ambiente estricto -conventual casi-, de las Islas, y decide regresar, quemando sus naves, a Europa; a Madrid. En la Villa y Corte obtiene en forma rotunda la Cátedra de Piano en la Escuela Nacional de Música y el cargo de organista en la Capilla Real.

 

Pero nada detiene su mal tremendo; su resistencia física se disuelve y el 16 de mayo de 1884 -a los treinta y seis años de edad- ve cómo se rinde para siempre aquel apasionado espíritu.

 

En estos "Cantos" de Power quedó superada toda nebulosidad posible por la fuerza del acento popular que los domina, por la emoción transparente que rezuman todos sus compases.

 

En la versión que aquí ofrecemos, el poderoso ímpetu -amplio y grave- del Maestro Argenta, ha sabido desentrañar el secreto aterciopelado de esta música del Archipiélago, ofreciendo acaso la versión más perfecta de cuantas hasta hoy se han hecho de tan bella página musical. POWER, en cuanto al "Tiempo de Gran Canaria'' de Néstor Álamo, obedece a una concepción enteramente clara y sencilla; distinta, como distinta ha sido la expresión lograda por este popularísimo autor dentro de los medios no muy extensos de la música de su región. Sobre un fondo orquestal, la melodía de sus más famosas canciones van jugando su papel, al tiempo que ofrecen la jugosa visión, cálida, llena de luminosidad y fuerza expresiva, de las Islas de la Fortuna, de las fabulosas Hespérides donde los antiguos situaron la elísea residencia de sus dioses.

 

 

 

3. Los Gofiones y Mary Sánchez cantan a Néstor Álamo, DL GC 481/1994.

 

CD 1.

1. MASPALOMAS Y TÚ. Interpretada por Néstor Álamo.
2.  MASPALOMAS Y TÚ.
3.  CAMINITO DE TEROR.
4.  ADIÓS CANARIAS QUERIDA.
5.  TAMADABA.
6.  EL ZAGALEJO.
7.  ISLA MÍA.
8.  SEÑA FRANCISCA Y EL LEGO.
9.  MARIQUILLA LA PERRERA.
10. LA PEREGRINA.
11. ANDRÉS, REPÁSATE EL MOTOR.

 

Todos los temas compuestos por Néstor Álamo, excepto "La perla", habanera traída por Néstor Álamo de Cuba. Grabado en directo en el Centro de Iniciativas de la Caja de Canarias, CICCA, los días 13 y 14 de mayo de 1994.

 

Equipo técnico de grabación: Román Grau, Paco Salas e Yves de Souza-Pinto. Equipo de directo: Serafín Ramírez y Pedro Hernández. Mezclado en Digitrón Studios  por Román Grau. Edita: UMC.

 

CD 2.

1. PAL PINO.
2. LA ALPISPA.
3. CABRA LOCA.
4. MIS BUEYES.
5. LA NOCHE EN ARGUINEGUÍN.
6. SOMBRA DEL NUBLO.
7. TONTÓN, QUÍTAME DE EN MEDIO.
8. EL CUERVO.
9. LA PERLA.
10. AY TEROR, QUÉ LINDO ERES.
11. EL CAMBULLONERO.

 

Arreglos e interpretación: Los Gofiones. Arreglos e interpretación: Mary Sánchez y Los Bandama. Arreglos: Los Gofiones. Interpretación: conjunta,

DISEÑO GRÁFICO: Carlos de Cos, Francisco Marrero y Francisco Hernando.

FOTOGRAFÍAS: Gerardo Montesdeoca (portada), Carlos Más (interior), Felipe Molina (contraportada) FOTOMECÁNICA: Fotomecánica Canaria, S.A.

Nuestro agradecimiento a Televisión Española en Canarias por la realización del video sobre la figura de Néstor Álamo, utilizado en el concierto homenaje. Agradecimiento a Alfonso Pozuelo por ceder la grabación de Néstor Álamo interpretando "Maspalomas y tú". Idea y Coordinación General: Canarias 7.

 

 

 

4. Mestisay, Querido Néstor, ALBA Records, DL M: 13817-1995.

 

1. El zagalejo.
2. Maspalomas y tú.
3. Tamadaba.
4. Pàl Pino.
5. Adiós, Canarias querida.
6. Pál Pino / Caminito de Teror.
7. Rubio y alto.
8. Mariquilla la perrera.
9. Mis bueyes.
10. El cambullonero.
11. El cuervo.
12. La noche de Arguineguín.
13. Casar, casar, eso dicen y Andrés, repásate el motor.
14. Balada de Sabanda.
15. Sombra del Nublo.

 

Mestisay y Compañía: Alfonso Estupiñán, voz. Antonio Montesdeoca, voz. Juan Carlos Monzón, voz. Olga Cerpa, voz. Manuel Alonso, voz. Loly Rivera, voz. Manuel González, voz. J. Mario Rodríguez, guitarra. Marti Walker, flauta. Gustavo Sarmiento, laudino. Miguel Ángel Santana, bandurria. Juan Carlos Sierra, laúd. Saulo Valerón, teclados. Paco Perera, bajo.

Coros: Luisa Nuez, Inmaculada Sosa, Rosy Blanco, Laura Pérez, Mary Blanco, Mary Carmen Granados, Conchi López, Rocío Manzano, Mary López, Celi Santana, Esther Medina, Mary Carmen Pérez, Sara Osuna, Yolanda Suárez, Carmen M. Rodríguez, Leticia Jiménez, Luis Guillermo Suárez, Octavio Montesdeoca, José Juan Torres, Gregorio López, Nicolás Quintana, Fidel Claudio Suárez, Juan Carlos Martel, Emilio López, Carmelo Cruz, Fernando Ramos, Jesús Trujillo, Manuel C. Valido, Luis Medina, Luis Santana, Rafael Retuerto, Sebastián Simón, Ramón Ramos, Santiago Rodríguez, Óscar Castellano, Marcos Castellano, Sergio Castellano, Óscar Afonso, Francisco Espino, Ramón Comió, Miguel Ángel Jiménez, José Miguel Martín, Carmelo Ojeda, Federico Santana, Francisco R. Padrón.

Orquesta: Violines 1°: Malgorzata Calvayrac, Peter Mervart, Julia Markovic, Ana Dobreva, Óscar Pichelnic, Snezana Diankova, H. Belén Castellano.
Violines 2°: NebojsaMilanovic, Vicky Chu, Víctor Meschulam, Mariar Lejava, Evert Sillern, Cornelia Burea, Inmaculada Domínguez.
Violas: Irán Paruzel, Nathan Parjzel, Kristof Bozek, Ricardo Ducatenzeiler.
Violoncelos: Josef Racz, Dulce M. Rodríguez, Piroska Doughty, Soledad Marrero.
Contrabajo: julio J. Hernández. Oboe: Antonio Robaina. Percusión: Jesús P. Dámaso. Bajo Eléctrico: José Carlos Machado. Piano: Alejandro Monroy. Guitarras Solistas: J. Mario Rodríguez, Carlos Montero. Bandurria: Pedro Chamorro. Laúdes: Caridad Simón, Roberto Mayor, Juan J. Santana. Acordeón: Ariel Segura Timples: José Antonio Ramos, Emilio López, Ramón Ramos. Acomp. Guitarra: Quelo Montesdeoca

Nuestro agradecimiento a Guillermo García-Alcalde, Diego Talavera, Delia y Pedro Siemens, Miguel Pízzarro, Néstor Álamo Jr., Pacota Mesa, Fran Jerez, Cristóbal, Mercedes Lomas, Román Grau, Gabriel Aguiar, Elvireta Escobio, herederos de Néstor Martín Fernández de la Torre, Murga "Los Sobrinos", Asociación de vecinos del barrio de San Francisco, Parroquia de San Juan e lltmo. Ayuntamiento de Telde (Concejalías de Cultura y Tráfico). A todos, mil gracias.

Todas las canciones, letras y música de esta obra son de Néstor Álamo.

 

Néstor Álamo. El alma de Gran Canaria

Néstor, cuando niño, se sentaba en la mecedora de la tía Juana, la que después moriría tuberculosa, y se remaba al ritmo de las habaneras que cantaban sus tías Asunción, Micaela y Hortensia. Fue allí donde le empezó a nacer el carácter bohemio, volandero, que lo acompañaría durante su larga travesía por la vida. Guía olía entonces a tomillo y laurel, y sus calles llenas de antiguos blasones hidalgos bordados por heliotropos y claveles, respiraban al pálpito de la cochinilla y las plataneras, cuyos frutos salían del pueblo en carromatos de bueyes con rumbo a los barcos ingleses apostados en la rada de Las Isletas. Mientras su abuelo Virgilio, que tenía una librería en la esquina del pueblo, lo andaba buscando por los recovecos de la casa familiar para llevarlo a tocar el cornetín en la banda del pueblo, el niño Néstor se escapaba a La Atalaya, a la cima, a la punta de arriba, para estar más cerca de Dios.

 

En la Atalaya, respirando el aire limpio de la mañana, al niño Néstor se le incrustó en el alma la querencia por Gran Canaria, mientras escuchaba el eco dormido de las montañas que traían las susurradas canciones de los arrieros: "En el gorito, bebiendo lento/ van mis dos bueyes, en el silencio./ Sobre lo alto tiembla el lucero/ tiemblan las flores del embeleso". Después, cuando se hizo galletoncito, fue a acompañar a Fefa la de Nicasio, su tía, que se casó por poderes con uno que andaba en La Habana de emigrante. Para él, que siempre tuvo una temprana madurez, el descubrimiento del Caribe fue el mejor bautismo para una pubertad que se ahogaba en los pacatos rosarios y Misas de la Luz del pueblo. Eran los locos años veinte, y aunque estaba cerca el abismo de la Depresión, La Habana explotaba en un mar de lujuria, de teatros, de café, de música cantada y bailada por los antiguos negros esclavos.

 

Diblusadas, echadas sobre la puerta, abanándose cansinamente con el pay-pay para engañar al calor del trópico, las putas de La Habana lo amaron como al hijo que nunca podrían tener. Su padre, enterado al fin de sus aventuras, lo mandó a buscar. Al viejo, que nunca lo entendió, no le cabía en la cabeza que el chiquillo estudiara; quería que vendiera papas y cosas de esas. Pero en el cuartel alguien le incitó a leer la historia de las Islas; hasta entonces él, como muchos hijos de la isla, pensaba que su mundo no tenía agarraderas, que nuestra tierra era plana, que no tenía fondo. Las clases de gramática con el cura Feo, el viejo lectoral de la Catedral, lo convirtieron a la noble causa de la defensa de nuestros signos históricos.

 

Es curioso que, siendo como fue toda su vida un convencido anticlerical, Néstor tuviera tan alta estima por la iglesia canaria, aquella que alumbraran Viera y otros clérigos ilustrados. Pero ni los legajos de la Inquisición ni las noches de insomnio compartidas con los espíritus de las momias de los antiguos canarios que habitan en el Museo que fundara Chil y Naranjo, domesticaron la voluptuosidad artística de nuestro hombre.

 

Su amistad con Néstor de la Torre, el pintor, hizo prender en él la llama dormida de sus canciones.

 

Debieron ser algunos de los años más felices de su vida, transgrediendo aquel mundo insular cerrado, obtuso, volcándose con los amigos de Néstor (el pintor) en regenerar la isla, en vestirla de limpio para recibir al progreso. Nunca Gran Canaria tuvo tan afortunados adalides, nunca la isla estuvo tan unida en una sola voluntad, la de aquellos que tenían la fe en un ideal de bienestar; nunca la isla fue, a la vez, tan cosmopolita corno amante de su memoria permanente.

 

Recordando sus vivencias de niño, alentado por ecos poéticos del Cancionero Gitano de Lorca, por coplas marineras de Alberti, Néstor inauguró una de las primeras y más hermosas páginas de la canción popular de Canarias.

 

Después vendría su apadrinamiento de Mary Sánchez, la hija de unos humildes pescadores del Refugio, cantadora del pueblo: "Yo soy Chona la Cangreja,/ nieta de Pancho Paíndo/ Yo nací cambullonera/ y mi madre fue lo mismo". Después de la guerra, estuvo muy cerca del poder. Por qué no decirlo: a él también le dominó el fatum terrible que vive en la olvidada colonia insular novelada por Alonso Quesada.

 

Néstor tuvo enemigos ganados a pulso por su carácter intempestivo y polémico; sin embargo, nunca olvidó el primer ánimo de su existencia: defender, con devoción infinita, a la isla, a Gran Canaria. Por eso ideó la Casa de Colón, argumentando con uñas y dientes la escala del Almirante en la isla; por eso alentó la Fiesta del Pino; por eso siguió la pista de Agustina Romero la Perejila, o de Baldomero o de Roque Morera, los más grandes bohemios que ha tenido nuestra ciudad. Todo lo hizo con ese aire de esteta que recrea la belleza natural que existe en estas cosas modestas, en la letra menuda con la que se escribe la historia de los pueblos.

Manuel González Ortega

 

 

 

5. Néstor Álamo y la Canción Canaria, Centenario Néstor Álamo, Autor SRL SA01357, DL M. 2688-2007.

 

DVD 1.

1. Tiempo de Gran Canaria.

Concierto celebrado y grabado el 15 de julio de 2006 en el Auditorio Alfredo Kraus. Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y coros de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.

Pedro Halffter: Director. Director Coro; Luis García.

Intérpretes: Abelardo García, Beatriz Alonso, Héctor González, José Antonio Ramos, José Manuel Ramos, Juan Manuel Padrón, Luis Morera, Manuel Estupiñán, Mary Sánchez, Mary Carmen Mulet, Mayelín, Olga Cerpa y Totoyo Millares.

Orquestaciones de Alejandro Monroy, Carlos Montero, Carlos Oramas, Javier López de Guereña, Jesús Gluck, Joan Albert Amargos, Juan José Falcón Sanabria, Juan José Solana, Juan Manuel Marrero, Manuel Bonino y Peter Hope.

Concierto-homenaje en el centenario del nacimiento de Néstor Álamo (Guía de Gran Canaria. I906- Las Palmas de Gran Canaria, 1994).

 

2. Álbum de fotos del concierto Tiempo de Gran Canaria.

Fotografías: Pedesiero SL. / Femando Palmero

 

DVD 2.

1. Querido Néstor. Documental de Pedro Siemens.

2. Así se hizo Tiempo de Gran Canaria. El Concierto. Documental de Pedro Siemens.

Libreto, textos y fotos con un estudio preliminar de Manuel Gónzalez Ortega.

 

 

Ver más Discopedias Virtuales de Canarias

 

 

Noticias Relacionadas
Comentarios