Revista nº 1036
ISSN 1885-6039

Nuevos pueblos formados por isleños de Luisiana: Marrero y Gonzales.

Martes, 15 de Noviembre de 2011
Manuel Hernández González
Publicado en el número 392

Los emigrantes canarios a Luisiana y sus descendientes no sólo levantaron los cuatro pueblos iniciales cuando arribaron entre 1778 y 1783 a ese territorio por entonces español. Con el devenir del tiempo dieron lugar a otros, que relataremos brevemente.

 

El primero de ellos fue Baton Rouge, la actual capital del Estado. Cuando en 1779 Gálvez se la arrebató a los ingleses apenas existía un fuerte militar erigido por éstos con el nombre de Fort New Richmond. Los españoles le dieron el nombre de San Carlos y lo transformaron en la capital de la Florida occidental. Al iniciarse el siglo XIX  este pueblo con la denominación francesa ya citada no era más que unas pocas casas. Fue en 1805 cuando se le dio el mayor impulso con la llegada de los colonos canarios que abandonaron Galvestown al ceder España la Luisiana a Francia en 1803 y ésta venderla a los Estados Unidos. Se trazó los planos de la nueva ciudad bajo el nombre de Spanish town para que los canarios siguieran viviendo en suelo español y para ayuda de la defensa del frente. Una placa en la moderma ciudad narra todavía la fundación de esa ciudad isleña. Los canarios obtuvieron concesiones de tierras. De la ciudad canaria se conservan calles en pie. Un mapa de 1855 hace referencia a 34 casas, con sus habitantes en parte diezmados por epidemias de fiebre amarilla y cólera. Sus huellas se mantuvieron con su habla hasta fines del siglo XIX.

 

Marrero, una ciudad de 50.000 habitantes al Sur de Nueva Orleán, al otro lado del Missisipí, en la parroquia de Jefferson, debe su nombre a un ilustre isleño, Luis H. Marrero (1847-1921), que fue su jefe de policía y presidente del gobierno parroquial entre 1884 y 1916, y senador por Luisiana de 1892 a 1896, por lo que se considera una de las figuras más destacadas del Estado. Fue el presidente de una sociedad inmobiliaria que contribuyó a su crecimiento. Su padre, Bastián Marrero, era natural de San Bernardo e hijo de uno de los pioneros canarios. Casó con una pariente suya en 1869, Elodie Marrero, hija de un hacendado, Antonio Marrero, y otra descendiente de isleños, Eugenia Serpas, ambos naturales de San Bernardo, mostrando una vez más la endogamia canaria. Su hermano Frank, natural de Nattchez médico, fue alcalde del lugar por tres ocasiones.

 

El otro pueblo fundado por canarios, de 6.000 habitantes, es Gonzales. Situado en la parroquia de Ascensión, al Este de Baton Rouge, debe su nombre a José Gonzáles, de ascendencia isleña. Tuvo que luchar para conservar ese nombre con la compañía de Ferrocarril que, al trazar en la zona la línea ferroviaria, quiso rebautizarlo con el nombre de Edenborn. La batalla duró muchos años hasta que en 1910 triunfaron los lugareños y conservó esa denominación antigua. El nombre rinde tributo a este isleño que en 1887 regentaba allí una pequeña tienda y que estableció una oficina postal. Su padre había sido jefe de policía en 1866 y el hijo alcanzó la posición de alcalde, considerado el mejor de su historia. En 1822 alcanzó el rango de pueblo.

 

Ejemplos como éstos contribuyen a entender el papel desempeñado por los isleños y sus descendientes en la configuración histórica y social de la personalidad del actual Estado norteamericano de Luisiana.

 

 

Foto de portada: mapa militar antiguo de Luisiana

 

 

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