Los cuadernos de Marta también podría titularse «Historia de una maestra», pues es el relato de una joven cuyo mundo se viró del revés. En el primero de sus tomos conocemos que la única realidad para ella es un terremoto de más de mil grados en la escala del dolor, que ha hecho añicos su pequeña vida. Por eso, la pena se le escapa por la tinta del bolígrafo, por los cuadritos del cuaderno y hasta por el resorte metálico. Y por las noches esa pena se hace negra como la negritud de los posos del café en la soledad de su casa ahora vacía. Estamos en 1977, Marta da clases en el sur de Tenerife y ese curso conoce a unos compañeros de trabajo muy críticos con el momento político que se vive. Asisten al descalabro de la vieja y prepotente dictadura con la fuerza, la decisión y el compromiso de una humanidad en construcción. Marta reacciona con el asombro, la inocencia y la libertad de una mujer viva, que apuesta por el diálogo y la amistad y que escribe en sus cuadernos para conocerse, para aclararse, para responder a las cartas que recibe y dar continuidad a la reflexión sobre la justicia social iniciada con sus compañeros durante el curso.
En el segundo volumen de Los cuadernos de Marta la voz interior de la protagonista nos acompaña a sentarnos ese curso con unos compañeros hasta ahora silenciados: el revolucionario, el marginado, el desamparado, la feminista, el homosexual y también la monja. Es el momento de adquirir conciencia, de asumir la libertad, de reescribir la Historia desde el espacio de la amistad y la reflexión política, desde el ejercicio de la filosofía y la poesía. Nada queda fuera en estos debates alrededor de una mesa redonda y una taza de café. Pero el curso termina y el grupo de compañeros se disemina por las Islas. Mientras Marta, en ese extraño verano de la Transición política, traza en sus cuadernos el mapa de su estupor, van llegando cartas de La Palma. Cartas que no hace falta contestar y que contienen el impulso más poderoso; el que es capaz de librarnos del terrible dolor de la soledad y el aislamiento, el que calma la sed. Porque cuando amamos dejamos de ser extranjeros; porque el amor se expande más allá de nosotros mismos cuando amamos con los otros.
Trayectoria de la autora. Isabel Medina nació en La Gomera en 1943. Ha publicado las novelas La hija de abril (2003) y La libertad y tú (Ediciones Idea, 2008), así como los poemarios Gánigo de ausencia (1982), Chácaras de silencio (1986), La canción del alisio (1990) y Tara (1992). También es notable su aportación a la literatura infantil y juvenil con los tres volúmenes de Cuentos Canarios para Niños (1983-1994). Además, ha publicado, entre otros: Viaje Fantástico por las Islas Canarias (1996), Alizulh, el mundo mágico de las Leyendas Canarias (1997), Piel de Luna (1999), De parte de Don Quijote (2000), El tesoro del pirata Cabeza Perro y El guardián del Malpaís (2007). Ha escrito dos libretos para ópera: La leyenda de Guayota y Baralides, en colaboración con el compositor Francisco González Afonso. En 2009 publicó en Ediciones Idea Granadilla y el Caballero Tiempo y Las sandalias de la Luna, y en 2010 El secreto de Sofía. Su obra poética ha sido musicada por varios intérpretes, como Taburiente, Marisa y El Taller Canario. La editorial catalana Periferia Sheet Music publicó la ópera en tres actos Baralides, del compositor Francisco González Afonso, cuyo libreto pertenece de la autora.