Las instalaciones donde han comenzado a impartirse las enseñanzas han sido habilitadas especialmente para tal fin. Así, se ha instalado un pavimento adecuado para que los alumnos practiquen y, al mismo tiempo, disponen de un altillo donde comprobar la perspectiva de sus creaciones, un requerimiento imprescindible si se tiene en cuenta que las tradicionales alfombras de la Plaza del Ayuntamiento están concebidas para ser vistas desde los balcones del edificio consistorial.
Los escolares tienen a su disposición arenas recicladas y flores, y durante estas fechas, aprovechando que se están elaborando las alfombras de la Plaza, realizan visitas periódicas a las mismas para comprobar in situ cómo trabajan los maestros. Han colaborado, incluso, con algunas de las labores bajo la supervisión de los docentes, entre ellas la colocación de cañas en los flancos.
El primer teniente de alcalde y concejal de Educación y Cultura, Francisco Linares, considera que la creación de una Escuela de Alfombristas era una asignatura pendiente del consistorio orotavense, pero entiende que “se ha materializado en el momento adecuado, una vez consolidada la Escuela Municipal de Arte y tras contar con unas instalaciones idóneas para tal fin”. Linares añade que “una práctica artesanal tan específica y peculiar como la de alfombristas no se puede aprender en un aula convencional. Es necesario crear las condiciones adecuadas, tanto en lo que tiene que ver con los materiales como con las perspectiva, para que los alumnos logren unos conocimientos y habilidades a la altura de la de los grandes maestros alfombristas”. En ese sentido, subrayó que el traslado de la Banda de Música a la Casa de Doña Chana ha permitido desalojar parte de las dependencias de la Casa de la Cultura de San Agustín y disponer del espacio adecuado.