El proyecto consiste en la selección y puesta en marcha de itinerarios o rutas que cuentan con bienes del Patrimonio Cultural y del paisaje de las localidades seleccionadas, y que van a ser interpretados por las personas mayores de estos municipios. Esta acción es pionera en la coordinación regional al unísono. Siete islas, siete rutas, coordinadores insulares, regionales, personas mayores, instituciones públicas y privadas, todos trabajando conjuntamente para recuperar los caminos de la historia y ofrecer una nueva imagen de las riquezas patrimoniales en Canarias.
A través de este proyecto se potencia la conformación de grupos de voluntarios que transmiten y promueven el Patrimonio de sus municipios de forma atractiva y peculiar. Así se recupera la historia de los pueblos con proyección educativa, cultural, turística y social. Esta última lectura está entre los objetivos destacados del programa, en la devolución activa del Patrimonio histórico a los generadores del mismo, las personas mayores, a quienes pusieron en uso suelo, convirtiendo en paisajes culturales nuestros espacios insulares. Esta visión está dirigida a los nuevos usos sociales del Patrimonio, encaminados hacia la gestión participada de los recursos culturales.
En Gran Canaria se ha seleccionado para esta primera edición rutas de los Sabios Guías Intérpretes que se integran en la I Ruta de SGI denominada Ruta del Agua. Ofrece recorrer el cauce del agua desde el Barranco de Las Madres (Firgas), siguiendo la Acequia Real de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, cantoneras, molinos de repartimiento, estanques, lavaderos. Se trabaja en colaboración con el Ayuntamiento de Arucas y Firgas.
Los mayores voluntarios, los Sabios Guías Intérpretes, serán los auténticos dinamizadores y coordinadores de este interesante programa. Un valor añadido que presenta el programa de SGI es el refuerzo del sentido de la comunidad, a través de la recuperación, disfrute y relectura del pasado común. Esta visión construida desde la colectividad local supone el fortalecimiento de identidades compartidas, tanto en actividades como en objetivos y en el reconocimientos de raíces, troncos y ramas que dan como fruto los saberes de largas experiencias vivenciales, historias de vida, que vertebran este sentido enriquecedor de la comunidad.