Este reconocimiento supone que sólo la producción isleña obtenida bajo los controles y certificación requeridos podrá comercializarse aludiendo al Archipiélago evitando así la competencia desleal, trámite que supone un paso muy importante hacia la obtención definitiva de esta figura de protección, la primera en distinguir el cultivo del plátano en la UE.
La solicitud del pliego de condiciones de la IGP de este producto -donde se justifica la singularidad del mismo y su historia asociada al Archipiélago- fue remitido con fecha de 10 de marzo a la Comisión Europea, que será la encargada de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) para que los productores de otros países pueden presentar alegaciones a dicha petición. "La Indicación Geográfica Protegida (IGP) para el plátano canario sería el primer sello de calidad de toda la UE para este cultivo, lo que permitiría que la marca Plátano de Canarias pase a tener reconocimiento comunitario y pueda, por tanto, beneficiarse de la protección y acciones que tiene prevista la normativa europea para alimentos de calidad diferenciada", señaló la directora del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), Sulbey González.
En el pliego de condiciones se establece la única variedad de plátano protegida, la Cavendish, así como sus características fisicoquímicas y organolépticas, y la delimitación de la zona geográfica en la que se produce. Se determinan también los métodos de cultivo, recolección, manipulación, envasado y transporte, así como las normas de etiquetado. En dicho documento se explican los vínculos del producto con el medio geográfico -haciendo referencia a la historia, suelo, clima y orografía de las Islas- y se designa al ICCA, como autoridad encargada de la verificación del cumplimiento de estos requisitos. A través del Instituto se están gestionando sellos de protección europea para otras producciones agrarias como las papas, el gofio o la miel.
Producto de calidad. En las Islas se cultivan diferentes variedades de plátano, que pese a estar presentes en otras regiones del mundo, destacan por un extraordinario sabor derivado de su composición, rica en azúcares y baja en almidón, su intenso aroma y su gran actividad enzimática que originan las peculiares motitas oscuras en la piel.
Las suaves temperaturas y los vientos húmedos que llegan al Archipiélago marcan el lento desarrollo de las plataneras y el mayor tiempo de maduración del fruto, aspectos que determinan las características diferenciales que avalan la notoriedad de la marca.
IGP. La Indicación Geográfica Protegida es una figura de protección que hace referencia a una región, un lugar determinado o, en casos excepcionales, a un país, y sirve para designar un producto agrario o alimenticio. Se refiere a productos que no proceden de variedades locales, pero cuya calidad es el resultado de la influencia del clima y el suelo junto a prácticas y técnicas tradicionales vinculadas a un lugar concreto, como sucede con el Plátano de Canarias.
La solicitud para obtener un sello de calidad diferenciada implica la aceptación por parte de los operadores de someterse a un control extra de trazabilidad y calidad final que culmine en una certificación del producto.
Un factor cada vez más influyente de las decisiones de compra es la imagen de la calidad de los productos autóctonos, es decir, el conocimiento que de ella tiene el consumidor, que constituye la base fundamental para el desarrollo de estrategias comerciales. Los sellos de calidad europeos de Denominación de Origen e Indicación Geográfica Protegida suponen un respaldo y un reconocimiento a estos productos y a sus sistemas de producción tradicional, respetuosos con el medio ambiente.